En la Argentina, criar un hijo cuesta más de u$s 200.000 ó 15 años de sueldos
Usted ha hecho muchas cosas por su hijo. En cumpleaños, se disfrazó del dinosaurio Barney (si tiene 30 años), paquita de Xuxa (40 años) o Margarito Tereré (50 años). Además, haga memoria, se cultivó en la modalidad “parabólica humana” para cambiar pañales tan rápido como los mecánicos de Ferrari con los neumáticos del F1, y hasta ostentó la anómala habilidad de esquivar sus propias ojeras cuando la estoica criatura sólo quedaba dormida si usted entonaba algo de Jazzy Mel.
Pero también hay resto para la “nueva guardia”, en palabras de la generación mayor “esos que no saben lo que es hervir los pañales”, y si bien las épocas han mudado, la tarea de encarar la crianza de un hijo en la Argentina es, desde lo económico, una aventura más arriesgada que sacar crédito a tasa variable.
La maravilla de un hijo en nuestras vidas trae consigo, después de un sinfín de satisfacciones y la mar de las alegrías, una sensación que tiene mucho de especial. Quizás sea por eso que, en la mayoría de los casos, nunca nos ponemos a pensar en el impacto que esto tiene en nuestras finanzas familiares.
Criar a un hijo es un tema central desde el punto de vista financiero. No es arriesgado afirmar que hasta que un hijo se independiza económicamente de sus padres (alrededor de los 23 años en la Argentina), su crianza y manutención pueden llegar a costar más de u$s 200.000 e incluso, para presupuestos más ambiciosos, superar los u$s 500.000 (a valores presentes), según el nivel de ingresos que se tenga.
La estimación realizada por El Cronista no es ajustada por la tasa de inflación, ya que por razones de fuerza mayor resulta casi imposible calcular con poco margen de error una tasa futura de inflación para un período de más de 20 años. A la vez, involucra un alto grado de subjetividad, ya que cada familia definirá sus gastos de acuerdo a su conveniencia.
Ya en plena aritmética, un bebé representa 30% del presupuesto de un matrimonio sin hijos. A partir de los 15 años, equivale a un adulto.
Para un ingreso mensual de $ 4.500 de uno de los cónyuges –por encima del ingreso promedio de $ 3.500 para la Ciudad de Buenos Aires–, el costo total hasta que el hijo se independiza es de $786.680 (u$s 204.312), que equivale a 15 años de sueldo. Para mayor nivel de ingresos, la cifra de gastos asciende vertiginosamente, aunque la cantidad de salarios invertidos en la crianza disminuyen.
Señores saquen una hoja
Entre los principales gastos, la educación y la alimentación figuran en los primeros escalones. Para el primer rubro, se pensó en un colegio privado de media jornada en primaria y secundaria, mientras que la universidad, se consideró que concurre a una pública. Así, los $ 165.600 contemplan el costo promedio de los años escolares, desde jardín al secundario. Para la alimentación, los $ 138.000 se estima el aumento en el presupuesto familiar por tener un hijo en el costo de las comidas en restaurantes (una cada 15 días), las comidas en el colegio y el incremento en los gastos mensuales de supermercado. En lo que hace a esparcimiento, se ha pensado en el costo de las salidas a espectáculos, alquiler de películas, la cuota del gimnasio o algún taller de arte o música. También se incorporan los regalos para las fiestas (cumpleaños, reyes, papá Noel, día del niño).
Como ambos progenitores trabajan, el costo de las vacaciones se ha calculado junto con el del servicio doméstico. Aquí se piensa en una ayuda de 3 veces por semana y para las otras dos, algún familiar que haga empatía y se so-li-da-ri-ce. A la vez, la obra social de los padres cubre la atención médica del hijo (no se calcula prepaga), aunque una parte de los medicamentos y ortodoncia debe abonarse en mostrador.
Otro de los rubros que se tuvo en cuenta es el de alojamiento. Se pensó en un matrimonio que tiene un departamento de dos ambientes y que, al ver que crece la familia, se animó a pedir un crédito hipotecario de u$s 30.000 para pasar a un departamento más grande. La cuota mensual de $ 1.600 a 20 años y 21,23% de costo financiero total, se divide entre 4 teóricos integrantes de la familia.
Con todo, algo que puede concluirse es que, si bien se piensa en la educación y la alimentación como los pilares del gasto doméstico en la crianza de un hijo, otros rubros como esparcimiento y vacaciones resultan tan relevantes como los primeros, argumento que deja entrever que muchas veces, a la hora de recortar gastos, habrá que revisar estos aspectos.
Usted lo sabe: si bien criar un hijo puede resultar costoso, ser padre (madre, tutor o encargado) no tiene precio. Julián Guarino es subeditor de Finanzas del Cronista.
Julián Guarino es subeditor de Finanzas del Cronista.
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