Municipios: ¿competitivos?…, ¿y competentes?

En efecto, entre esas decisiones vitales se destacan las relacionadas con la calidad de los servicios públicos, y aun cuando hay variaciones entre un país y otro, las prestaciones que suelen proveer los municipios son agua corriente, recolección de residuos, mantenimiento de drenajes, cuidado de parques y arreglo de las calles.

Tal como días pasados escribía el periodista mexicano Ricardo Medina Macías en su artículo "¿Los pobres municipios?", refiriéndose a los de México, las principales virtudes cívicas de las cuales los municipios debieran ser escuela son la libertad y la responsabilidad. Quizás parezca ambicioso. Es simplemente imperioso.

La libertad desafortunadamente seguirá siendo limitada, y este es un problema crónico en América Latina, mientras los municipios carezcan de recursos propios y no asuman su responsabilidad en el cobro de impuestos (de los relevantes…): siempre será más cómodo gastar sin tener que pagar el costo político de recaudar. Aunque el precio de esa pírrica victoria sea la perpetuación de la pobreza.

Ello, además de resultar demasiado evidente como para no ser observado, le abre la puerta a la politiquería barata y al clientelismo. Amén de promover la ineficiencia en la utilización de los recursos, que por ser recibidos "de arriba", mediante transferencias desde los gobiernos centrales, pueden parecer gratuitos. Nunca lo son para la sociedad.

Sobre este tema hay un breve e interesante video de Milton Friedman que puede verse en Youtube, titulado: "Las cuatro formas de gastar el dinero", que destaca la que todo mortal ejecuta con mayor ineficiencia: gastar dinero ajeno para satisfacer necesidades de otros. Es lo que hacen los políticos…, y peor cuando no les costó recaudarlo.

La responsabilidad, por su parte, fue objeto de una medición reciente en los municipios de El Salvador, a través de un estudio denominado "Indice de Competitividad Municipal 2009, El Salvador", preparado para USAID por RTI International y la ESEN.

El estudio, que establece el ranking de competitividad entre diferentes municipios a lo ancho de un país, de alguna manera replica el proyecto "Doing Business" del Banco Mundial, que establece el ranking de competitividad entre diferentes países a lo ancho del planeta.

Se evaluaron nueve aspectos de la gobernabilidad económica local en los cien municipios más poblados de El Salvador. Los datos se recolectaron mediante dos tipos de entrevistas: una a 4,000 dueños de negocios de diversos tamaños y sectores, y otra a alcaldes y funcionarios municipales.

Los nueve aspectos seleccionados fueron: transparencia, servicios municipales, proactividad, pagos informales, seguridad ciudadana, tiempo para cumplir con regulaciones, tasas e impuestos, costos de entrada y regulaciones municipales.

¿Por qué utilizar valores numéricos? Porque trabajar con información cuantificada facilita la comprensión del público en general, de los políticos y de los periodistas.

Y ello debería también obligar a quienes no obtuvieron buenas notas a hacer el esfuerzo por mejorarlas. Es cierto, esto suena bastante ingenuo…, a menos que alguna zanahoria incentive tal mejora. Para eso están las neuronas.

De todos modos, a este ranking de competitividad municipal, quizás con mayor razón que al ranking mundial de "Doing Business", hay que tomarlo con recaudos: a la hora de decidir dónde hacer una inversión difícilmente alguien elegiría Texistepeque (pequeño municipio entre Santa Ana y Metapán) antes que San Salvador o que Santa Tecla, aun cuando el primero haya obtenido una mejor calificación.

Finalmente, quizás ya vaya siendo tiempo de cuestionarse no sólo qué tan competitivos son los municipios, sino qué tan competentes son para desempeñar sus importantes funciones: parece surrealista que en un territorio tan pequeño existan 262 unidades municipales.

Algunos nunca mejorarán su gestión simplemente porque carecen de un mínimo de personas calificadas para administrarlos. Que de todos modos se gastan su dinero (de usted, claro).

Hasta la próxima.

El autor es ingeniero, Máster en Economía (ESEADE, Buenos Aires) y columnista de El Diario de Hoy.