Guatemala: La libertad de expresión vs. Los Colom
Rafael Espada, vicepresidente de la República, presentó una denuncia en el Ministerio Público contra la periodista Marta Yolanda Díaz-Durán. El médico machete acusa a Marta Yolanda de calumnia y difamación por la columna titulada El beso de Espada, que ella publicó el lunes 31 de agosto de 2009 en el diario Siglo Veintiuno.
Espada no accionó como individuo cuyo honor hubiera sido puesto en duda; sino al amparo de la vicepresidencia y presuntamente alegando que los señalamientos de la periodista ponen en peligro la institucionalidad. El caso pues, ha sido llevado al orden político por Espada.
Creo que la movida del Vicepresidente tiene sentido por dos razones principales:
Si lo convierte en algo político, y de apariencia institucional, el VP despersonaliza el asunto y se aleja personalmente de los señalamientos que le hace Marta Yolanda en su columna.
La denuncia en cuestión allana la posibilidad de que la administración socialdemócrata de Los Colom –en la misma línea que lo han hecho administraciones como la de Hugo Chávez, Rafael Correa y Daniel Ortega– inicie procesos de control de la Prensa independiente.
Resultaría muy conveniente para la administración y para el Vicepresidente que la razón de estado fuera un elemento a considerar cuando se avance en las investigaciones de este asunto.
Adicionalmente, la administración de Los Colom ya hace ratos que le lleva ganas a la Prensa independiente y a la libertad de expresión: En octubre de 2008, Alvaro San Nicolás Colom dijo estar hasta la coronilla de la cobertura periodística que recibía su administración y amenazó con revivir el delito de desacato, que es una figura delictiva propia de la represión y que por ello fue declarado inconstitucional en 2006. En septiembre de 2008, la administración insinuó la posibilidad de que ¡hasta los correos electrónicos fueran censurados! si resultaban ofensivos para quienes ejercen el poder.
El control absoluto de la prensa independiente, y de la libertad de expresión, es una pieza clave para el futuro de la socialdemocracia en Guatemala y esa práctica tiene una tradición que podría servirles a Los Colom: La primavera revolucionaria de Guatemala, con Juan José Arévalo a la cabeza, promulgó una Ley Mordaza, y ese mismo régimen les cobraba impuestos a las personas por sus radios de transistores. Claro que la Asociación de Periodistas de Guatemala surgió para luchar contra aquella legislación abusiva, y claro que ahora se espera que las asociaciones de periodistas actúen en consecuencia; porque parece ser un hecho que Los Colom se encaminan tras los pasos de Arévalo, Chávez, Correa y Ortega.
¿Por qué querría la socialdemocracia chapina controlar a la Prensa independiente y anular la libertad de expresión? Porque saben que a cualquier costo deben ganar los próximos comicios. ¿Y por qué a cualquier costo? Porque:
Si pierden el poder ya no lo recuperarán y hasta podrían desaparecer como le ocurrió a la Gran Alianza Nacional, al Partido de Avanzada Nacional, al Frente Republicano Guatemalteco, al Movimiento de Acción Solidaria, y a la Democracia Cristiana Guatemalteca.
Si pierden el poder, y con la historia de corrupción que están acumulando, algunos de sus dirigentes podrían ir a parar a prisión, como le ocurrió a Juan Francisco Reyes, vicepresidente de Alfonso Portillo y a otros funcionarios de la administración del FRG.
A mí me parece evidente que la socialdemocracia chapina aprendió de los errores de sus antecesores y que está consciente de que debe controlar la libertad de expresión, la educación, el Organismo Judicial, la Corte de Constitucionalidad, el Tribunal Supremo Electoral y al Ejército, para asegurarse de que no perderá el poder.
Por lo pronto, acciones como las del Vicepresidente tienen efectos muy graves entre los ciudadanos y para la libertad de expresión. En mayo pasado, el proceso contra el twittero @jeanfer, erradicó de todos los medios de comunicación la necesaria discusión acerca de una auditoría forense en el banco que el asesinado abogado, Rodrigo Rosenberg, mencionó en su denuncia póstuma.
Atemorizados por la posibilidad de ser perseguidos, ¿quiénes nos atreveremos a mencionar bancos, o a cuestionar a funcionario alguno?
Como lo demuestra el caso de @jeanfer, es fácil para la administración controlar la libertad de expresión, aún con los instrumentos legales poco refinados con los que cuenta. ¿Qué ocurrirá si Los Colom avanzan como han avanzado Chávez, Correa y Ortega?
En el gran esquema de las cosas, no hay tal cosa como el caso @jeanfer, o el caso Marta Yolanda; y frente a un momento de inflexión, en el contexto político latinoamericano, el caso es el de la libertad de expresión en Guatemala por lo que vale recordar que, como dijo Thomas Jefferson, el precio de la libertad es su eterna vigilancia.
Lea una entrevista con Marta Yolanda titulada Colom sabe de esas reuniones y la columna de Jorge Jacobs titulada La espada-mordaza.
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