Impresiones de Vietnam
El primer país que conocí en Asia fue Vietnam. Llegué a Ho Chi Minh City y lo primero que me llamó la atención fue la ola de motos que se apilaban en cada carril de diez en diez. Luego me enteré de que desde que se abrió el país al comercio exterior uno puede conseguir una moto nueva con apenas 200 dólares. De China vienen las más baratas y de Japón las más caras y los vietnamitas ahora pueden escoger entre varios modelos y marcas de todo precio.
Entre el aeropuerto y el hotel vi un centenar de construcciones. Para un burócrata acostumbrado a planificar el desarrollo de una ciudad, me temo que Ho Chi Minh City le hubiese causado un dolor de cabeza. Había grúas que pasaban a un pelo de distancia de autobuses y tractores parqueados en plena carretera.
En Hanoi las veredas se habían convertido en expansiones de los locales comerciales: los restaurantes sentaban a sus clientes en banquitos donde toman cerveza acompañada de una caliente sopa de verduras con pollo o carne. La vibra es irresistible: todo es nuevo, todo está estrenándose, y hay mucho por hacer todavía.
Las casas son “propiedad privada” nos lo dijo claramente uno de los guías turísticos. “En Vietnam ahora nosotros somos dueños de nuestra propia casa”, dijo con una sonrisa. Minutos después el mismo guía se refería a su país como una nación comunista, pero la propiedad privada y el comercio exterior revelan que eso es algo puramente nominal.
Otro guía turístico me dijo que tenía la suerte de trabajar para una empresa extranjera de turismo. “Las empresas internacionales no se preocupan de qué apellido tienes o a quién conoces. Solo les importa lo que sabes. A mí me contrataron porque puedo hablar bien inglés. En cambio, en la aerolínea estatal verá que casi ninguna de las azafatas habla inglés… Solo están ahí porque tienen algún tío o primo en una posición importante del partido”. Él estaba feliz de que hoy en día existían empresas privadas en Vietnam que reconocían el mérito del individuo sin importar su abolengo o ideología.
En Vietnam se considera que alguien está por encima de la línea de la pobreza si puede consumir al menos 2.100 calorías al día. De acuerdo con esta definición de la pobreza extrema, esta se ha reducido marcadamente entre 1993 y 2006. En esos 13 años 42% de la población vietnamita o 35 millones de personas salieron de la pobreza.
Otra cosa llamativa de Vietnam –donde tanto la pobreza como la opulencia parecen ser más marcadas que en Ecuador– es que ni una sola vez pude ver a alguien pidiendo limosna en las calles. Ni en los pueblos rurales donde parecía haber mucha pobreza ni en Hanoi, donde una señora sin zapatos recogía el carbón usado de los restaurantes y lo revendía en las esquinas. Nunca pidió limosna durante los cinco minutos que la observé, estaba concentrada en su trabajo. Parecía saber que ella valía algo y podía producir algo, inclusive sin zapatos y en ese estado de pobreza.
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