Lula, dispuesto a seguir violando el Mercosur
En su afán de lograr que la Venezuela del aprendiz de “dictador perpetuo” Hugo Chávez ingrese como miembro pleno del Mercosur, aunque violando la Cláusula Democrática del bloque sudamericano, el presidente brasileño Lula da Silva está dispuesto a pactar hasta con el mismo Diablo. Debemos aclarar que esta “predisposición” no es gratuita, ya que en ella subyace el propósito de sacar alguna ventaja económica de un régimen que rápidamente se está convirtiendo en una auténtica tiranía.
Un reporte internacional publicado en la víspera en nuestro diario señala que el Presidente brasileño dijo “estar seguro” de que el Senado de su país aprobará el ingreso de Venezuela al Mercosur como miembro pleno, pese a las resistencias existentes.
La Cámara de Diputados ya dio el visto bueno. “No hay oposición, sino que un proceso natural de discusión de los senadores que quieren evaluar los pros y los contras de la ampliación del Mercosur con el ingreso de Venezuela”, afirmó el Mandatario en una entrevista concedida a “Folha de Boa Vista”, principal diario de Roraima, estado del norte de Brasil, fronterizo con Venezuela.
Según Lula, el ingreso de Venezuela beneficiará especialmente a los estados del norte del Brasil, como Roraima, poco favorecidos por el comercio con países distantes como Argentina, Paraguay y Uruguay. “Durante mucho tiempo se creyó que el Mercosur era un proyecto que beneficiaría apenas a los estados del sur de Brasil, pero eso es una equivocación”, aseguró Lula.
Sin embargo, esto revela que poco o nada le importa al Presidente brasileño que en el país a ser incorporado como nuevo socio pleno existan realmente todos los aditamentos de una democracia republicana: libertad de reunión, de expresión, de manifestación, de tránsito y, sobre todo, libertad económica.
Está demasiado claro que lo que al Gobierno del Brasil le interesa es la incorporación de un mercado más, y con todos sus recursos disponibles, donde poder colocar sus productos, especialmente los industrializados, pero sin otorgar absolutamente nada, tal como ya nos tiene casi acostumbrados a los “socios fundadores”, en especial a los de menor tamaño, como Paraguay y Uruguay.
Me atrevería a asegurar que de Venezuela buscará sacar exclusivamente ventajas y beneficios, sin ceder absolutamente nada. De acuerdo con informaciones de público conocimiento, Brasil ha descubierto recientemente una serie de nuevos yacimientos de hidrocarburos; sin embargo, hace tiempo está “sediento” del petróleo y del gas venezolanos, y así como nos ha “chupado” toda nuestra energía generada por la binacional Itaipú, hoy no va a titubear en agotar primeramente las reservas del citado país caribeño antes que tocar las suyas.
Al mismo tiempo, Venezuela no representa ningún “peligro” para las altamente protegidas industrias brasileñas, teniendo en cuenta que el régimen cuasi totalitario de Hugo Chávez ha aniquilado sistemáticamente la iniciativa privada del país y sus sectores productivos, de modo que en la actualidad solo pueden representar un mercado que puede volverse apetecible.
En este contexto, hay que señalar que solo el consumo de alimentos en el citado país caribeño depende casi en un 80% de las importaciones, porque de un tiempo a esta parte no existe producción local. De ahí el “elevado interés” del presidente Lula.
Ojalá que el Senado brasileño muestre coherencia y rechace el ingreso de la Venezuela chavista a nuestro bloque regional que, de todos modos, ha demostrado suficientemente a propios y a extraños ser un absoluto fracaso como proceso integrador, sobre todo para el Paraguay.
En nuestro país, esperemos que el Congreso Nacional también se mantenga firme y sus miembros sean cuidadosos, porque –según fuentes dignas de crédito– el régimen chavista tiene preparada una importante cantidad de petrodólares para “convencer” a todos los incrédulos y dubitativos de nuestro país.
- 23 de enero, 2009
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