Uruguay: la vuelta de los viejos fantasmas
Montevideo.- Uruguay, país homogeneo, tranquilo y de amplia tradición democrática, está viendo con pesadumbre como la polarización y la crispación se adueñan del escenario político. La sociedad uruguaya comprueba con sorpresa como regresan los viejos odios políticos y los enfrentamientos que parecían superados y como los dos principales candidatos se dedican a revivir los fantasmas del pasado.
Dentro de dos semanas (26 de octubre) se conocerá el nombre del próximo presidente uruguayo o si será necesario disputar un ballotage. José Mujica del oficialista Frente Amplio y Luis Alberto Lacalle son los favoritos para ganar o al menos para acceder a la segunda vuelta. Mientras, continúa una campaña electoral gris, deslucida y de poca altura en cuanto a propuestas.
El pasado guerrillero de Mujica
El pasado guerrillero de José Pepe Mujica le ha perseguido en esta campaña. El candidato del Frente Amplio fue uno de los líderes de la guerrilla urbana uruguaya de los años 60 y 70, los tupamaros.
Siempre ha negado que interviniera en atentados terroristas, como hizo en la entrevista concedida al diario La Nación, el periodista le preguntó: "¿a usted le tocó matar a alguien en esos años? -No, contestó Mujica- a mí no. No le pegué [Se ríe.] ".
La semana pasada aparecieron en el centro de Montevideo carteles en los que se le acusaba de asesino: "Mujica asesino de Villalba". El cartel narraba hechos que supuestamente sucedieron en 1970 luego de que J. Leandro Villalba reconoció a Mujica en un bar de Montevideo y lo denunció a la Policía para que lo capturara ya que estaba en la clandestinidad. Según los carteles, el dirigente tupamaro "orden(ó) ejecutar a Villalba" que fue asesinado el 10 de octubre de 1971.
De forma más sutil, Luis Alberto Lacalle levantó los fantasmas del terrorismo y la violencia de los años 60 y 70 cuando afirmó que "vemos al Partido Nacional como la esperanza y el depositario de los valores y virtudes del país, frente al retorno de los años `60, a la expropiación de la propiedad privada, a la intervención del Estado en todo, al retorno de un tiempo que había desaparecido en el fondo de la historia".
No sólo se acusa de terrorista a Mujica sino también a su mano derecha Eduardo Bonomi, ex ministro de Trabajo y posible ministro del Interior de Mujica. El senador nacionalista Luis A. Heber le acusó de matar a un policía en los 70: "volver para atrás no. Solamente volvimos para atrás en el caso de Bonomi porque lo pusieron como ministro del Interior. No creo que se sienta representada la gente de la Policía que no olvida lo que pasó".
Mujica ha hecho un gran esfuerzo por presentar un rostro amable a lo largo de la campaña. Se ha querido vincular al modelo de izquierda que encarna Lula da Silva más que al de Hugo Chávez y ha tendido puentes con los empresarios:"sé que la propiedad es santa y que tiene un valor casi mitológico", les dijo a un grupo de empresarios de la Cámara de Industria.
Los excesos verbales de Mujica
De todas formas, sus viejas convicciones subsisten: "si a mí me llegan a poner en una coyuntura electoral lo que yo pienso del punto de vista filosófico, salimos a las pedradas. No tengo empacho en reconocer que antropológicamente pienso que el bicho humano es socialista. Ustedes me matan si agarran eso al pie de la letra como programa para mañana".
Mujica es Mujica y en ocasiones no es capaz de controlar sus expresiones. El candidato a vicepresidente del partido blanco Jorge Larrañaga lo ha sabido ver muy claramente: "la legítima preocupación, no de estar analizando su pasado, no de estar analizando el daño que pudo hacer hace 30 o 40 años. No, no nos preocupa el pasado de Mujica, nos preocupa el futuro del Uruguay si Mujica es el presidente de los uruguayos".
Luis Alberto Lacalle concuerda con Larañaga: "a partir de la revelación del pensamiento profundo de Mujica, sabemos que tiene un pensamiento chavista, castrista, sesentista, notorio, orgánico y completo. Es una visión del mundo, de la justicia, la propiedad y del funcionamiento social. Es una fotografía profunda y clara…Larrañaga acuñó una frase que dice que lo peligroso no es el pasado de Mujica; lo peligroso es un eventual futuro de un gobierno de Mujica".
Lacalle neoliberal
El Frente Amplio y José Mujica también acuden al pasado para atacar a Lacalle quien fue presidente entre 1990 y 1995. Mujica, en referencia a su rival, dijo que "hay personas con sentimientos aristocráticos que desprecian a la gente y no ocultan su carga de odio y de veneno".
Mujica denuncia que Lacalle tuvo una amistad con los presidentes más cuestionados de los años 90: Carlos Menem, ex presidente de Argentina, Juan Carlos Wasmosy de Paraguay o con Fernando Collor de Melo de Brasil.
Le reprochó que durante su gobierno el líder nacionalista no condenó la invasión a Irak, y calificó su postura como "adulonería". Agregó que no hay que olvidar el tácito apoyo que dio al golpe de Estado de Alberto Fujimori. El candidato del Frente Amplio dijo que Lacalle cuando era joven y admiraba a Francisco Franco.
"Se siente ofendido en su espíritu arrogante y aristocrático de clase poseedora, de patricio de doble apellido, que siente odio permanente por aquello que le puede cuestionar su intención de poder", ha dicho Mujica.
El candidato del FA acusa a Lacalle de elitista "qué republicanismo aristocrático… dijo que los pobres hedían y había que mandarlos a bañar… Recomendó que en Uruguay no se hicieran inversiones hasta que él llegara y también acota su patriotismo a su sentido de clase. Hay patria si la maneja su clase, él particularmente, y si no, no hay patria, o el interés de la patria pasa a ser secundario. Desde este punto de vista, una actitud francamente enfermiza, mucho más reaccionario de lo que realmente parece, mucho más reaccionario".
Debate decimonónico
Incluso, Bonomi ha sacado a relucir la guerras civiles del siglo XIX en las que los blancos se sublevaron en repetidas ocasiones contra los gobiernos colorados: "los blancos reivindicaban su condición de revolucionarios. Llama la atención que tantos años después caiga el Partido Nacional en las mismas simplificaciones que usaron contra ellos los colorados. Lo que dicen ahora los blancos es lo mismo que decían hace 104 años los colorados de los blancos".
Bonomi pidió que no "se deforme" la historia y recordó las revoluciones decimonómicas del líder blanco Aparicio Saravia: "es cierto que esas revoluciones hay que inscribirlas dentro de la lucha por la democracia pero no es creíble, como afirma Luis Alberto Lacalle, que en esas luchas no haya habido muertos ni fusilados ni degollados. Los hubo en ambos bandos",
Las encuestas
La primera encuesta de octubre de la consultora Factum, muestra que la intención de voto para la fórmula oficialista José Mujica-Danilo Astori (Frente Amplio) cae del 45 al 44%. Baja también la de Luis Alberto Lacalle-Jorge Larrañaga (Partido Nacional) el 32% al 29%, y llega al 11% la formada por Pedro Bordaberry-De León (Partido Colorado). Tiene leves subidas las de Mieres-Posada (Partido Independiente) del 2 al 3% y la de Rodríguez-Villalba (Asamblea Popular) que llega al 1%.
Al quedarse en 44% ó 45%, el Frente Amplio se aleja de una victoria en primera vuelta ya que necesita un 50% más uno del total de votantes (incluso los que votan blanco o quedan anulados). Las encuestas sobre un hipotético ballottage (que sería el 29 de noviembre) dan ventaja para el candidato de izquierdas: según Factum, Mujica obtendría el 50% y Lacalle el 43%.
- 23 de julio, 2015
- 4 de septiembre, 2015
- 5 de noviembre, 2015
- 15 de abril, 2025
Artículo de blog relacionados
Instituto Juan de Mariana La presidenta del estadounidense Comité para la Protección de...
20 de octubre, 2016CEDICE Durante la primera quincena de agosto se discutió y sancionó la polémica...
17 de agosto, 2011Fundación Libertad y Progreso Marcos Aguinis y Alberto Benegas Lynch (h) conversan sobre...
7 de octubre, 2020El Heraldo, Tegucigalpa No debemos desearle la visita de la pelona a nadie,...
27 de agosto, 2012