América Latina y la libertad
En 200 años de independencia los líderes de América Latina, incluyendo los actuales, no han entendido el concepto de libertad integral (individual, política y económica). Para los Libertadores, el objetivo de la Independencia era separarse de España.
En el proceso se les presentaron dos dilemas: 1) Si la independencia debía ser absoluta, rompiendo definitivamente con la Madre Patria (la Gran Colombia); o moderada, mediante la cual se nombraba un emperador o príncipe español que gobernara, pero atados a España (Argentina, Chile, Perú y México); 2) Cuál debía ser el sistema de gobierno a implantar. Los ejemplos disponibles eran la monarquía constitucional inglesa, la independencia de Estados Unidos, la Revolución Francesa, donde prevaleció el reino del terror, y el movimiento liberal español con la Constitución de Cádiz y la Santa Alianza, que según Servando Teresa de Mier, en su Memoria Político Instructiva, los españoles inventaron para evitar perder las colonias.
El proceso de democracia parlamentaria inglesa descrito por Richard Pipes en su libro Propiedad y Libertad, se inicia con la Carta Magna de 1215. El Parlamento evolucionó en función de la estructura de la propiedad privada y los derechos de libertad que sus miembros intercambiaban con la Corona. A medida que ésta fue empobreciéndose, pasó de ser su servidor (siglos XI al XV), a ser su socio (siglo XVI al XVII), para convertirse en su jefe (siglo XVII en adelante). Finalmente, se constituyó en dos Cámaras, la de los Lores, que era hereditaria, integrada por la aristocracia y el clero, y la de los Comunes, cuyos miembros eran elegidos en función de sus propiedades. Padres fundadores
La independencia americana, según el profesor Rufus Fears, fue excepcional porque sus padres fundadores redactaron su Declaración con base en principios universales fundados en la Ley Natural. Jefferson comentó que son evidentes por sí mismos: todos los hombres fueron creados iguales; dotados por el Creador con derechos inalienables a la vida, a la libertad y la búsqueda de la felicidad. La vida es dada y solo puede ser quitada por Dios; la libertad es el poder que cada ser humano tiene sobre sus acciones y su derecho a disfrutar de su trabajo sin dañar la sociedad; la búsqueda de la felicidad es la práctica de la excelencia en todos los aspectos de la vida. Su Constitución, desde su aprobación, además de continuar siendo la misma, estableció otro principio fundamental: la democracia limitada. Con ello, logró consolidar sus instituciones, separar los poderes y elegir 44 presidentes. Si bien han tenido serios tropiezos, se convirtió en una potencia política y económica
Los héroes de nuestra independencia eran criollos: Iturbide en México, San Martín en Argentina, Bolívar y Santander en la Gran Colombia. Los dos primeros eran monárquicos y se inclinaron por una independencia moderada. A Iturbide lo nombran Emperador. Según Masur, biógrafo de Bolívar, éste abogaba por un protectorado inglés y se inclinó por su sistema de gobierno: como en América del Sur no había Rey, sería sustituido por un presidente vitalicio con poderes y un Senado hereditario constituido por familias criollas ricas. Los miembros de la segunda Cámara serían elegidos siempre que fueran propietarios. Santander fue el único que peleó ferozmente por mantener la constitución liberal de la Gran Colombia
El resultado fue una independencia sin libertades políticas, económicas y civiles. En los 200 años de independencia los países de América del Sur han tenido dictaduras militares, golpes de Estado, y han modificado sus constituciones muchas veces para satisfacer caprichos del gobernante de turno e incluir derechos que no pueden cumplirse. En los años 80 proliferó la democracia, pero creyendo que consiste en elegir un Presidente que haga lo que le dé la gana
La falta de principios universales, el desequilibrio de poderes y el atropello a las libertades, han llevado a los líderes a aplicar un mercantilismo salvaje que privilegia a los grupos de poder. La consecuencia, una corrupción rampante. En el Índice de Transparencia Internacional, las calificaciones son del 1 a 10. Uruguay y Chile tienen 6,9. El resto está por debajo de 5. Tienen el "privilegio" de estar entre los más corruptos del mundo. En las reuniones internacionales lo que prevalece son intereses al mejor postor. Los presidentes negocian acuerdos comerciales y la soberanía del poder. Es lo que marca el paso de las jóvenes democracias.
- 28 de diciembre, 2009
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