El mensaje de España en Cuba
MADRID. – El anuncio del gobierno español de que impulsará una mejora en las relaciones de Europa con la dictadura cubana cuando asuma la presidencia de la Unión Europea el próximo 1ro. de enero es una mala noticia no sólo para los activistas prodemocráticos de la isla, sino también para los opositores en otros varios países latinoamericanos gobernados por autócratas.
Durante una visita de 48 horas a la isla realizada a principios de esta semana, el ministro de Relaciones Exteriores español Miguel Angel Moratinos anunció que España aprovechará su próxima presidencia de la Unión Europea durante el primer semestre del año próximo para tratar de cambiar la "posición común'' de la EU respecto de Cuba. Según esta política, establecida en 1996, los miembros de la Unión Europea condicionan el aumento de su cooperación con el gobierno cubano a que existan señales de una apertura política en la isla.
Moratinos, que se negó a reunirse con miembros de la oposición pacífica durante su estadía en Cuba, también dijo que España intentará lograr que la Unión Europea renueve su cooperación económica con Cuba, o al menos que se incluya a la isla en los programas de ayuda al Caribe.
La "posición común'' de la Unión Europea incluye también medidas como pedir que los miembros de la UE inviten a disidentes a las celebraciones de fiestas patrias en sus embajadas de La Habana. Eso es un anatema para el régimen militar cubano, que se niega a asistir a reuniones con disidentes y describe a todos los opositores como "mercenarios del imperio'' estadounidense.
Durante una vista a España esta semana, me sorprendió escuchar, tanto de los partidarios como de los críticos del gobierno socialista español, que es muy posible que España logre –aunque sea parcialmente– suavizar la "postura común'' de la UE respecto del gobierno cubano.
Gustavo de Aristegui, el líder del opositor Partido Popular, de centro-derecha, en la comisión de relaciones exteriores del Congreso español, me dijo que es probable que el gobierno logre lo que se propone, porque otros países de Europa occidental posiblemente dejarán en sus manos las relaciones de la UE con Latinoamérica, teniendo en cuenta los vínculos históricos de España con esa región.
"España es el referente de la Unión Europea sobre América Latina, y varios países de europa occidental van a hacer lo que España diga'', me dijo de Aristegui.
Asimismo, varios países miembros del ex bloque soviético en Europea Central y Europa del Este que en los últimos años habían liderado las presiones europeas para lograr una apertura política en la isla se encuentran ahora debilitados políticamente, por sus problemas económicos y conflictos diplomáticos.
La República Checa, uno de los principales defensores de los derechos humanos y la democracia en Cuba en años recientes, ha perdido su credibilidad en Europa en los últimos meses debido a las posturas del presidente checo Vaclav Klaus de poner trabas al tratado de Lisboa, destinado a fortalecer la integración política europea, agregó.
Otros políticos y diplomáticos españoles me dijeron que Suecia, Alemania e Inglaterra pueden resistirse a cambiar la "posición común'' de la UE respecto de Cuba, pero que probablemente hagan algunas concesiones a España. Podría ser que la UE retire su «posición común'' de apoyo a los disidentes cubanos, pero sin renovar la cooperación económica para la isla, dijeron algunos.
¿Por qué España respalda a una dictadura? En una entrevista hace dos años, Moratinos me dijo que España estaba "abriendo un nuevo camino, un nuevo mecanismo de diálogo que está dando resultados''.
Esta semana, Moratinos citó el mismo argumento cuando Cuba liberó a uno de los más de 200 prisioneros políticos que hay en la isla, y a un empresario español que había sido arrestado hace un mes acusado de cohecho. Casi todos los analistas españoles coinciden en que el gobierno de España probablemente se esté acercando al régimen cubano por razones políticas domésticas, como conservar el respaldo de la vieja guardia de la izquierda española.
Mi opinión: La política española de darle la espalda a la oposición pacífica cubana es un retroceso, no sólo con respecto al anterior gobierno conservador español, sino también con respecto a los tiempos del ex presidente socialista Felipe González, quien –quizás por haber sido él mismo un activista contra una dictadura– respaldó muchas veces a los disidentes cubanos cuando estuvo en el poder, entre 1982 y 1996.
¿Qué mensaje está enviando España a los presidentes narcisista-leninistas de Venezuela, Bolivia, Ecuador, Nicaragua y otros países cuyos gobernantes están suprimiendo libertades básicas y hostigando a quienes piensan diferente? El mensaje parece ser: "sigan adelante, que sus actos no tendrán ninguna consecuencia a nivel internacional''.
Es un mensaje que envalentonará a los autócratas, y que erosionará el rol de España como modelo político y económico para Latinoamérica, y un puente entre latinoamericanos enfrentados por conflictos políticos en sus propios países.
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