Fusión de Avianca con Taca: Un monstruo en formación
Un brasileño sale de su país, compra una empresa colombiana, la reestructura y la fusiona con una competidora de América Central, con el objetivo de entrar al mercado. de Brasil.
La ruta tomada por el colombo-brasileño Germán Efromovich, dueño de la aerolínea de bandera colombiana Avianca, parece demasiado larga e ilógica para ser verdad. No obstante, una de las grandes opciones que se abren detrás del anuncio de la fusión entre la colombiana y el grupo de aerolíneas centroamericanas Taca, es la de potenciar su presencia en las rutas internacionales brasileñas y, eventualmente, iniciarse en el negocio de cabotaje y de carga aérea de ese país.
Hay motivos para tomar una ruta larga. "El mercado brasileño es enorme, muy competitivo y muy difícil; hay un exceso de oferta en Brasil en este momento, pero hay un gran crecimiento de la demanda que lo hace muy atractivo. Además se ha venido integrando cada vez más a la economía latinoamericana", dice Fabio Villegas, CEO de Avianca y quien será el principal ejecutivo del enorme grupo aéreo que armará junto a los activos operativos de Taca y que sumarán ventas de US$ 3.000 millones.
La creciente importancia de las rutas a Brasil con distintos puntos en América Latina estuvo detrás de la creación de la nueva compañía, que será en dos tercios propiedad del grupo Synergy (de Efromovich) y en 33% propiedad de los accionistas de Taca. "Hace poco sólo había cuatro vuelos semanales desde Bogotá a Brasil, en una ruta que era principalmente turística, con Rio como destino principal", dice Villegas. "Hoy tenemos un vuelo diario en aviones grandes, con destino a São Paulo, en una ruta que se ha convertido principalmente en corporativa". Con la integración con Taca, explica Villegas, ahora Avianca podrá ofrecer a los colombianos más alternativas de rutas y frecuencias a Brasil, a través del hub que Taca opera en Lima, Perú.
La fusión entre las dos reconocidas aerolíneas es una operación atractiva por sí misma. Tanto que Taca ya había intentado comprar la aerolínea colombiana hace cuatro años, cuando fue puesta a la venta por el grupo Santo Domingo y sus socios de la Federación de Cafeteros -en la puja que fue ganada finalmente por Synergy con sus US$ 45 millones en efectivo y los US$ 300 millones en deuda. Y es que entre los 90 destinos que suman ambas compañías, se topan apenas en 20. Y sólo compiten directamente en dos de ellos: las rutas Bogotá-Lima y Bogotá-San José. El potencial de complementariedad es alto. Además, el nuevo grupo aéreo, que inicialmente mantendrá las dos marcas, consigue una cobertura de América Latina envidiable, con hubs en San Salvador, San José, Bogotá y el ya mencionado en Lima. Eso sin contar las oportunidades de encontrar sinergias, economías de escala y mejor poder de negociación con proveedores, como Airbus, la firma que provee los aviones a Taca y a los que Avianca ha ido incrementando sus órdenes de compra. De hecho, algunos atribuyen a esto como el principal factor de la fusión. "Ambas compañías se integran justamente por los problemas de dinero que ha generado la compra de aviones A320 a Airbus", dice Nicolai Sebrell, analista de Morgan Stanley en São Paulo.
La operación, aún en proceso de aprobación por los reguladores, no convertirá a la nueva empresa en la mayor operadora aérea de la región. Sumadas, ambas compañías venden en torno de los US$ 3.000 millones al año, cifra aún por debajo de los más de US$ 4.600 millones que vendió la chilena LAN en 2008. No obstante, la mejor parte de la operación del grupo Synergy es la que vendrá después de la integración de Taca con Avianca, y las alternativas de crecimiento que se abren una vez que se consolide el negocio internacional de pasajeros. "Hay opciones interesantes, como la de comprar el 80% de la aerolínea Aerogal de Ecuador, así como la opción de Avianca de comprar Ocean Air", dice Villegas, el CEO de la aerolínea colombiana de propiedad brasileña. "Lo más probable es que estas opciones de compra se den".
En el caso de OceanAir, una pequeña aerolínea de cabotaje que opera en Brasil, ya hay avances. "La gerencia de Avianca ha señalado que ha enviado ejecutivos colombianos de alto nivel a Brasil, los que podrían supervisar eventualmente las operaciones de OceanAir", dice Stephen Trent, analista del área de estudios de Citigroup, en Nueva York. De hecho, el presidente de Ocean Air es el colombiano Santiago Diago, ex vicepresidente de operaciones de Avianca. Eso sin contar que los aviones de Ocean Air tienen los mismos colores corporativos que Avianca y que es sabido el deseo de Efromovich de cambiar el nombre de Ocean Air por el de Avianca Brasil, para lo cual espera autorización de las autoridades locales.
Con ello, los números empiezan a sumar. "Taca y Avianca suman 129 aviones. Si sumamos los aviones operados por OceanAir, quedará en una flota de 143 naves controladas por el grupo Synergy", dice el reporte de Carlos Eduardo Lucato, analista de Santander Investment sobre la fusión, desde São Paulo. "Además de las ventajas de esa integración, Ocean Air podrá alimentar con pasajeros los vuelos internacionales de Taca y Avianca desde Brasil".
A la carga.
Los planes de Efromovich no sólo están en el transporte de pasajeros. Alguien que hizo su fortuna sirviendo a industrias pesadas como la petrolera y la energía, sabe que la carga es parte de la ecuación. "Actualmente es un negocio de unos 200 a 300 millones de dólares", dice Villegas sobre la importancia del negocio de carga aérea para la nueva empresa. Parte de esas ventas son realizadas por Tampa Cargo, una aerolínea de carga creada por un consorcio colombiano-holandés y que fue comprada por Synergy en 2007. A través de Tampa y AviancaCargo, el grupo controla el 32% del mercado de carga colombiano, un mercado que empieza a sentir la feroz competencia de LAN, el más eficiente operador de carga de América Latina y que tiene planes concretos de incrementar su presencia en Colombia. Hoy ya tiene cerca del 12% de ese mercado dominado por las exportaciones de flores que se venden en EE.UU.
Pero para Efromovich, quien tiene de socio principal a su hermano José, el negocio de carga no es un tema menor. Tanto que en julio pasado, Synergy firmó una opción que en caso de fructificar le da la oportunidad de asumir el control de VarigLog, la empresa de carga de la antigua y emblemática aerolínea Varig que se encuentra en Brasil en un proceso de recuperación judicial de sus obligaciones desde marzo. Actualmente VarigLog es administrada por Ocean Air.
Por esto los analistas dicen que de tener éxito, la integración de Avianca con Taca no sólo debe preocupar a los competidores más directos, como la panameña Copa y la chilena LAN, sino también a algunas brasileñas. "El grupo Synergy no es tímido a la hora de poner capital en la mesa", dice Trent, de Citi. "Han demostrado una gran disposición a conseguir el capital para sus franquicias aéreas en orden de ponerlas en la dirección correcta". El mejor ejemplo es la misma Avianca, que hace cinco años estaba al borde de la quiebra. Con una buena gestión operativa y financiera, Efromovich la ha transformado en una compañía rentable y sana, incluso en medio de la crisis financiera. Por ello hubo pocos sorprendidos cuando el brasileño nacido en Bolivia, y que tiene también la nacionalidad colombiana, manifestara su interés en comprar parte de LAN, participando del paquete de acciones que el empresario Sebastián Piñera podría poner a la venta si es que llega a la Presidencia de Chile.
Se concrete o no este deseo, queda claro que la fusión de Avianca con Taca no es el fin de la historia. Sólo es el armado de la pieza más importante del monstruo aéreo que tiene en construcción.
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