Beatriz vive el sueño americano
CARSON CITY, Nevada. – Ayudada en buena medida por el aprendizaje del inglés y por un programa de educación para adultos del Western Nevada College, Beatriz Britting está viviendo el sueño americano.
Esta mexicana de 34 años y su marido Jerome son propietarios de una casa en la que crían a sus dos hijos, Branden, de seis años, y Jason, de cuatro. Él trabaja durante el día como gerente de una empresa en Minden, mientras que ella cursa estudios universitarios de noche.
Britting vino a Estados Unidos cuando tenía 17 años, sin saber qué sería de su futuro.
"Es triste decir esto de mi país, pero allí no hay oportunidades", afirmó. "Si una no tiene dinero, no puede estudiar ni hacer nada. Es triste pero es la verdad".
Ella y su madre decidieron probar fortuna en Estados Unidos.
"Mi prioridad, como la de todos lo que vienen aquí, era el dinero", expresó Britting.
Consiguió trabajo en la cocina de un restaurante de comidas rápidas donde casi todos los empleados hablaban español. Después de dos años, decidió que era hora de cambiar.
"Quería progresar. Tenía que aprender inglés", señaló.
Llena de dudas e incertidumbre, comenzó a asistir a clases nocturnas en Reno.
En México no había pasado del tercer año de la secundaria pues no tenía dinero para uniformes y libros, y tuvo que ir a trabajar. Algunos maestros le habían dicho que no era inteligente.
Al comenzar la escuela aquí, su nivel de lectura del inglés equivalía al de un niño de segundo grado de la primaria.
Pero su educación mejoró mucho cuando un compañero de trabajo la invitó a salir.
"Fue a (la librería) Barnes & Noble y compró dos diccionarios", recuerda ella. "Uno era inglés-español, para él, y el otro español-inglés, para mí".
A pesar de los problemas para comunicarse, se casaron y se mudaron a Minden, donde ella empezó a tomar clases de inglés con Geraldine Thomson.
"Una cosa es aprender a hablar un idioma. Otra es aprender a leerlo y escribirlo", dijo Britting. "Ustedes tienen distintos significados para una misma palabra, como 'to', 'two' y 'too'. No es fácil".
Cuando ella y su marido se mudaron a Dayton en el 2006, Thomson la alentó a que tomase clases para un GED, el equivalente a un diploma de la escuela secundaria, que lo habilita a uno a ir a la universidad.
"Pensaba que no estaba preparada para eso. Estaba asustada", expresó.
Pero se anotó en un programa intensivo del college, asistiendo a clases cuatro días a la semana, cuatro horas diarias.
El programa de educación para adultos de ese college, que incluye clases de inglés como segundo idioma, es costeado por el Departamento de Educación de Nevada.
Su directora Teri Zutter dijo que el objetivo es "ayudar a personas que optan por oportunidades educativas que les permitirán lograr sus metas en la vida, el trabajo, la sociedad, la familia y los objetivos personales".
Britting tomó cursos preparatorios y los aprobó.
"Después de eso, me di cuenta de que nada podía pararme", afirmó. "Había que seguir adelante".
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