Vale la pena oír a estos demócratas
¿Hay alguien en Washington que diga la verdad? ¿Por qué hemos de creer al Líder de la Mayoría del Senado, Harry Reid, cuando promete que los estados pueden “abstenerse”(“opt-out”) de una opción pública en el cuidado de salud? Esto no es como abstenerse de tomar una clase de educación sexual. Los individuos no podrán evitar las consecuencias de un cuidado nacional de salud una vez que el gobierno saque a las compañías de seguros del mercado, porque no habrá otra opción que no sea el programa del gobierno.
En la “reforma” del seguro de salud, abstenerse es, en realidad, optar por un eventual seguro nacional con un solo pagador que incluirá racionamiento – especialmente para los ancianos, a los cuales el gobierno les dirá qué tratamientos son permitidos – impuestos más altos, esperas más largas y cuidado subestándar.
Varios demócratas han sido honestos al explicar hacia dónde va esto. Ellos merecen el agradecimiento del público por descubrir las mentiras que los líderes de su partido nos están diciendo. Los encubrimientos de la Presidenta de la Cámara, Nancy Pelosi, ahora incluyen juegos de palabras. Ella dice que la opción pública debería llamarse “opción del consumidor”. No habrá opción para los consumidores cuando el gobierno cobre menos que las compañías de seguros, que rápidamente se han convertido en los ogros de Halloween para los demócratas.
No me lo crean a mí. Consideren al Senador Evan Bayh, demócrata de Indiana que dijo: “Si fuera una opción pública que fuese como una pantalla para un sistema de cuidado de salud administrado por el gobierno, yo no creo que tendría una buena oportunidad. “Felicitaciones a la Senadora Blanche Lincoln, Demócrata de Arkansas, por decir, “Para algunos en mi grupo, cuando hablan de opción pública, lo que están es hablando de otro programa de beneficencia y nosotros no podemos darnos ese lujo ahora como nación”.
¡Imagínense! Un demócrata diciendo que estamos gastando mucho cuando el Congreso se prepara para aumentar el límite de la deuda nacional a $12 trillones ($12 miles de billones). El déficit actualmente está en $1.6 trillones ($1.6 miles de billones).
El Senador Kent Conrad, demócrata de North Dakota, llamó a la iniciativa para una opción pública “un esfuerzo baldío” porque no hay suficientes votos. El Senador Byron Dorgan, también demócrata de North Dakota, está de acuerdo: “Yo he indicado que no votaré por un proyecto de ley que sea una toma del seguro de salud o del sistema del cuidado de salud por el gobierno”. Y luego tenemos al Senador Joe Liberman, que fuera demócrata y ahora es independiente, que ha prometido unirse a los republicanos para demorar cualquier plan que contenga una opción del gobierno.
No es secreto saber qué es lo que arreglarían los problemas del seguro de salud, pero los demócratas liberales no quieren arreglarlo sino controlarlo y controlarnos a todos nosotros.
El Instituto CATO sigue siendo una importante fuente de ideas que funcionarían en la reforma del seguro de salud. Ellos recomiendan cuatro pasos que el Congreso pudiera dar y el público debería exigir. (1) darles a los miembros del Medicare un vale y dejarles a ellos escoger el plan de salud del mercado que se ajuste a sus necesidades, no lo que el gobierno quiera. Los vales serían puestos a prueba, incluirían los gastos del Medicare y son, dice CATO, la única forma de proteger a los ancianos del racionamiento. (2) El Congreso debería reformar los impuestos permitiendo cuentas de ahorro para salud grandes. Esto reduciría el número de estadounidenses sin seguro, les permitiría a los empleados comprar buen seguro de salud de cualquier fuente, y efectivamente les daría a los empleados un recorte de impuestos de $9.7 trillones ($9.7 miles de billones) sin aumentar el déficit; (3) El Congreso debería romper los monopolios estatales sobre seguros y licencias clínicas. CATO estima que permitirle a la gente comprar seguro en otros estados cubriría una tercera parte de los no asegurados sin crear nuevos impuestos o subsidios del gobierno.
(4) El Congreso debería reformar el Medicaid y el Programa de Salud Infantil Estatal (S-CHIP o State Children’s Health Insurance Program) en la misma forma que lo reformó en 1996 cuando distribuyó los programas en bloques por zonas. Esto ayudaría a reducir el déficit y estimularía a los estados a dirigir los recursos a los más necesitados.
Estas ideas de libre mercado y otras similares son un rechazo a la mentira de algunos demócratas liberales de que los republicanos y los conservadores no han presentado un plan propio para la reforma del seguro de salud. Ellos los han presentado, pero los que están en el poder no quieren oírlos. Esto se debe a que ellos tienen su propia agenda. La única forma en que pueden ser detenidos es mediante una protesta y revuelta pública. No sólo nuestra salud, sino también nuestras vidas dependen de que los detengamos.
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