Pro Reforma y Derecho

Prensa Libre

Se repite la frase “el interés general priva sobre el interés particular”, lo cual nadie niega, tratándose de intereses, pero eso no implica que “el interés general priva sobre el derecho individual”, de ser así, de una sola vez negaría nuestros derechos, ya que la palabra derecho en este contexto significa algo que todos, aun una mayoría, tienen obligación de respetar.

Y debemos reconocer que es de “interés social” que prevalezcan los derechos individuales, pues son las reglas del juego que permite la cooperación social pacífica. Por eso, si no prevalecen los derechos individuales sobre los intereses de cualquier grupo, persona o sector, inclusive sobre los llamados derechos sociales, es imposible el desarrollo de cualquier país. Aunque ese respeto no ha sido absoluto en ningún país, la historia confirma que en el grado que en un país se respeten son más prósperos.

Los derechos individuales están claramente dichos en nuestra Constitución, y la misma destaca su importancia como único capítulo que goza del privilegio de que no se puede enmendar sin convocar a una Asamblea Constituyente. Sin embargo, algunos dictámenes de oposición a la enmienda propuesta por proReforma enfatizan los derechos sociales y, solo de paso, los derechos individuales.

El propósito de proReforma es asegurar esos derechos. No tiene ningún otro objeto, aunque algunos ideólogos no lo crean y repitan como loros que un grupo de oligarcas tienen aviesas intenciones y quieren explotar a los pobres y denuncian a los perversos promotores de la enmienda, pero ninguno especifica cómo los proponentes lograremos obtener algún beneficio o ventaja de la reforma propuesta. Solamente lanzan vagas e insultantes acusaciones.

Lo que es definitivo es que sin la garantía de los derechos individuales de la vida, de nuestro patrimonio legítimamente adquirido y demás derechos individuales, seguiremos pobres como estamos, y con la impunidad que existe para los criminales, la violencia no terminará. Además de mucha buena y patriótica gente de todo nivel, empresarios, estudiantes, intelectuales, etcétera, que apoyan proReforma, hay una minoría recia, ideológica, que lejos de ver hacia el futuro, sigue obsesionada con reformar el pasado y que no permite el progreso: se opone al cambio propuesto que nada tiene que ver con pasadas épocas en las que tampoco se han respetado los derechos individuales.

ProReforma propone una forma para lograr un Poder Judicial idóneo, mejor que el que tenemos. Ojalá los críticos propusieran una manera mejor para poner fin a la impunidad que causa la criminalidad, distinta a la propuesta cajonera de tener más policías y poner penas más severas.

La verdad, difícil de refutar, es que sin garantía de respeto mutuo de los iguales derechos individuales las sociedades no pueden prosperar porque esos derechos son la reglas del juego fundamentales que permiten la cooperación pacífica y enriquecedora. Dentro de los límites a la libertad que esas reglas definen, de respeto mutuo y reciprocidad, base de la dignidad y la responsabilidad personal, la gente debe poder emprender su vida libremente y no como siervos del príncipe o de su burocracia. Por supuesto que los derechos humanos y sociales deben respetarse, pero nunca debemos aceptar que se utilicen de excusa para violar los derechos individuales, porque la misma “humanidad” o la “sociedad” no existe sin el conjunto de individuos.