Una carta de Obama a Lula ratifica su apuesta por Brasil

WASHINGTON. - Por primera vez en los diez meses que lleva en el poder, el presidente Barack Obama se tomó el trabajo de escribir una carta de tres carillas a Luiz Inacio Lula da Silva, en la que, según se interpretó, hizo un llamado a la acción conjunta en varios temas internacionales en los que el mandatario brasileño se mostraba distante y crítico.

"Es una carta llena de sentido, que lo primero que revela es el respeto que Brasil, como actor internacional, se ganó en la Casa Blanca. Y ésa es una posición que lo diferencia netamente de la Argentina de estos días", dijo a La Nacion Héctor Schamis, analista político de la Universidad de Georgetown.

En la inusual nota, enviada el domingo pasado, el mandatario demócrata fijó posición y convocó a Lula a trabajar de manera conjunta en por lo menos cuatro temas conflictivos de política exterior. Entre ellos, la visita a Brasil del líder de Irán, Mahmoud Ahmadinejad, y la irresuelta crisis política en Honduras, cuestiones por las que Washington y Brasilia han mantenido posiciones encontradas.

La impresión coincidente aquí era que el discreto llamado de Obama al realismo político parecía haber dado resultado al provocar cierta flexibilización en la diplomacia brasileña, al menos en lo que refiere a Irán y a Honduras.

Por caso, la presencia de Ahmadinejad en Brasilia fue aprovechada por Lula para ?a tono con lo que le pidió Obama? plantearle públicamente al iraní el "respeto a los derechos humanos", así como la necesidad de que acuerde con el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) la verificación de su programa nuclear.

Otro giro importante es el referido a Honduras. Fuentes locales confirmaron anoche que Itamaraty "flexibilizó" su posición inicial de rechazo absoluto al resultado de las elecciones del domingo y que ahora se muestra dispuesto a aceptarlo, a condición de que se produzca luego un retorno temporal al poder del derrocado Manuel Zelaya.

"Esperamos que [Roberto] Micheletti pase de ser un presidente de facto en vacaciones a uno jubilado", deslizó en las últimas horas el titular del departamento de México y América latina de la cancillería brasileña, Renato de Avila Viana.

Con eso, el diplomático trazaba el giro que Washington esperaba de Itamaraty. Esto es, una aceptación del resultado de las elecciones del domingo en Honduras, al menos "como paso indispensable", aunque tal vez "no suficiente" para que se supere la crisis que empezó con el derrocamiento de Zelaya.

Un golpe de Estado

Quienes aquí siguen la relación hemisférica afirmaron a La Nacion que la carta de Obama apuntó a explicitar su visión del escenario hondureño, con la convicción de que hubo "un golpe de Estado que no puede tolerarse", pero que ahora urge encontrar una salida política que no signifique "impunidad" para con lo ocurrido.

Significativo, el paso atrás que se atribuye al gobierno de Lula podría tener, en rigor, pocos centímetros.Es que, al menos hasta anoche, la posición de Lula era que el resultado de las elecciones se aceptaba siempre y cuando el Congreso hondureño vote, pocos días después, el retorno de Zelaya al poder.

Lo que queda claro es que Obama cuenta con Lula, a quien reconoció públicamente como "uno de los mejores líderes" de la región junto con la chilena Michelle Bachelet. Y eso, a pesar de las diferencias diplomáticas que suelen tener ambos gobiernos.

"Lo que debe entenderse es que la diferencia es un punto central en las relaciones internacionales y que no hay problema con ello", apuntó Schamis. "Lo que realmente importa es cómo se expresan esas diferencias y a qué se deben. En eso, Brasil genera respeto, que es justamente lo contrario de lo que ocurre con otros actores como el venezolano Hugo Chávez o con los Kirchner, en la Argentina, que cuando expresan un punto internacional lo hacen desde la provocación o hablando a la tribuna", añadió.

En eso, la independencia de criterio que Brasil suele exhibir respecto de Washington en materia de política exterior no es nueva. "Es algo que se hizo notorio ya con el gobierno de Fernando Henrique Cardoso y que se agudizó con Lula", dijo Peter Hakim, presidente del reconocido centro Diálogo Interamericano.

"Brasil no tiene un alineamiento automático con Washington pero tiene un enorme respeto por Washington. Lo que sería bueno es que deje de comportarse como un rebelde porque sí", añadió. Ayer, la impresión aquí era que algo de ese llamado parecía haber sembrado Obama con su carta.

La carta de Obama también incluyó referencias a la cumbre de la ONU sobre el cambio climático (ver Pág. 2) y a las estancadas negociaciones de la Ronda Doha de liberalización comercial, dijeron fuentes locales.