Activistas por reforma migratoria diversifican frentes
Con las elecciones del 2010 a la vuelta de la esquina y el demócrata Barack Obama en la presidencia, muchos grupos, incluyendo la Asociación Nacional para el Progreso de la Gente de Raza Negra (NAACP por sus siglas en inglés), están incrementando su presencia en un movimiento que han encabezado tradicionalmente los hispanos.
"Por mucho tiempo, los hispanos son quienes soportaron las embestidas del movimiento contra la inmigración", manifestó la representante demócrata Yvette Clarke. La directora de la oficina de la NAACP en Washington Hillary Shelton sostuvo que "el debate migratorio debe tener además de una cara latina, una cara haitiana, una cara asiática".
A la vez que surgen nuevas voces, se caldean los ánimos y las opiniones son más drásticas. Algunos piden que se cierren las fronteras. Uno de los elementos que más motiva a quienes piden una reforma es las redadas en busca de indocumentados.
Arturo Vargas, director ejecutivo de la Asociación Nacional de Funcionarios Latinos, dijo que "venimos diciendo desde hace mucho tiempo que la inmigración no es sólo un asunto de hispanos porque afecta a otros: asiáticos, rusos, africanos… En realidad se trata del rumbo futuro de este país".
Pero ya que la gran mayoría de los inmigrantes vienen de México y el resto de Latinoamérica, la lucha para que unos 12 millones de indocumentados puedan conseguir la ciudadanía la han encabezado por mucho tiempo los hispanos. Por ejemplo, en el 2006, la mayoría de los asistentes a las marchas contra las redadas migratorias eran latinos que contaron con el apoyo de medios de comunicación en español.
En septiembre Obama dijo que reformar las políticas migratorias podría ser difícil.
"Pero creo que se puede hacer" aclaró, sin mecionar plazos.
Un factor que le quita fuerza a la reforma es que las comunidades negra e hispana han tenido posturas opuestas. Ha habido fricciones y en algunas comunidades todavía se perciben roces derivdos de la noción de que los inmigrantes ilegales le roban empleos a la población de raza negra estadounidense.
Clarke, cuyos padres inmigraron a Estados Unidos de las islas del Caribe, dijo que muchos en la comunidad negra comienzan a darse cuenta que ignorar la reforma migratoria es dejar de lado una oportunidad para asegurar que los problemas de los inmigrantes negros sean atendidos.
Otro de los integrantes del movimiento reformista es el representante demócrata Mike Honda, de ascendencia japonesa y estadounidense, que busca que se reduzcan los largos periodos que los inmigrantes asiáticos provenientes del Pacífico enfrentan para acceder legalmente al país. Honda también busca ayudar a que las comunidades de lesbiana, homosexual y transgénero tengan las mismas oportunidades de traer a Estados Unidos a sus parejas extranjeras.
"Nos han pedido que tomemos el liderato. Tenemos 29 miembros (en el Congreso) y queremos asegurarnos de que los inmigrantes asiáticos son incluidos en la reforma", dijo.
El apoyo a la reforma también ha llegado de organizaciones religiosas. El mes pasado 100 ministros, pastores y otros religiosos cruzaron Independence Avenue en Washington para unirse a los integrantes de un grupo de cabildeo a favor de las reformas migratorias, incluido el obispo Orlando Findlayter.
"No volveremos a callarnos en asuntos sobre la reforma migratoria", dijo Findlayter, director de Iglesias Unidas para Salvar y Sanar, una coalición de clérigos de origen caribeño y estadounidense.
- 23 de julio, 2015
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