Viento de cambio
Debe haber sido emocionante estar allí, en la Potsdamer Platz, aquella noche de 1990 en que "Scorpions" tocó "Wind of Change" (Viento de cambio), para celebrar la caída del Muro de Berlín. Para nuestra generación es imposible recordar aquel hecho trascendente, sucedido en noviembre de 1989, sin asociarlo a esa canción con sabor a libertad. Miles de personas, en su mayoría jóvenes, con encendedores o luces pirotécnicas, corearon a todo pulmón las estrofas sin poder contener las lágrimas.
Tenían razón para estar emocionados. El Muro había caído y después de treinta años Alemania dejó de estar dividida y los hermanos pudieron reencontrarse. Aunque la celebración fue mundial, para los alemanes estos cambios tenían un significado personal y nadie mejor que ellos comprendieron sus alcances.
Y nadie mejor que ellos sintieron más profundamente los acordes y la letra de esta canción que se convirtió en un himno. No es casualidad que fuera el tema número uno en las listas ese año y que con los veinte años transcurridos se haya mantenido siempre entre las primeras diez. No, para ellos no es una simple canción, es parte de su historia.
"Viento de cambio" fue compuesta por Klaus Meine, vocalista del grupo alemán "Scorpions", en septiembre de 1989. Meine la creó inspirado en las transformaciones que observó en Moscú durante el Festival de Música para la Paz. Fue la época de la Perestroika, del Glasnost y acompañó estos movimientos que dieron fin a la Cortina de Hierro y al comunismo en la Unión Soviética.
Dos meses después del festival caía también el Muro de Berlín. No fue, pues, la caída del Muro la que directamente inspiró la canción, pero fue este viento de cambió que se propagó el que lo derribó y la originó. No fue coincidencia, fue el destino el que le dio música a la historia.
El Muro de Berlín comenzó a levantarse en 1961 y separó la Alemania del Este de la del Oeste. El objetivo fue el de evitar la ola de emigración de los alemanes orientales hacia el oeste, que huían del régimen dirigido por los comunistas. Fenómeno algo extraño ya que si el comunismo era la forma ideal de existencia, que borraba toda injusticia, ¿por qué el flujo de personas no era al revés y había que levantar un Muro? Con el tiempo se fueron agregando más elementos disuasivos: alambre de púas, minas y torres de vigilancia.
Se llegó a conocer como la franja de la muerte, ya que muchos siguieron intentando escapar y cientos murieron en su afán de lograrlo. Familias que nunca pudieron volver a reunirse, una nación dividida a la fuerza por la ideología, eso fue el Muro de Berlín. Fue odiado por ambos lados, ya que ambos lados sufrieron las consecuencias de esta construcción que ahora sólo se recuerda con tristeza.
Aunque fue derribado por artefactos de demolición en esencia el Muro no fue derribado, se cayó solo. Lo echó al suelo el peso moral y el instinto de libertad de todo un pueblo. De eso se trata la canción.
Comienza con una suave melodía silbada que hace pensar en tiempos melancólicos. Poco a poco la música va tomando fuerza hasta que estalla en unas notas cumbres que estremecen porque dan la sensación de cadenas que se han roto hacia la Libertad. Y esta es la historia de la canción, o también la canción de la historia.
El autor es médico psiquiatra y columnista de El Diario de Hoy.
- 23 de julio, 2015
- 19 de diciembre, 2024
- 29 de febrero, 2016
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