América Latina 2009: Buenas y malas noticias

Diario Las Américas

Primero, la democracia no se agota con las elecciones, por más mayoritarias que sean. Su complemento imprescindible es la vigencia de las instituciones y de las garantías individuales, especialmente en que se refiere a la libertad de expresión y de prensa, la separación de los poderes y la independencia del Poder Judicial.

Segundo, América Latina no es una unidad monolítica. Fuera de los elementos culturales comunes, existen diferencias sustanciales respecto a los grados de institucionalidad y desarrollo relativo. Es importante considerar estas diferencias para advertir que el crecimiento económico y la vigencia de las formas democráticas es posible, aún dentro de patrones culturales adversos.

Por último, dividirla entre gobiernos de izquierda y de derecha, es un típico error categorial, que no nos dice absolutamente nada. Como he sostenido en un artículo reciente, la verdadera división pasa por diferenciar los gobiernos democráticos –en el sentido expresado- de aquellos que han suprimido las garantías a las minorías, que sólo el respeto a las instituciones permite asegurar.

Con esos tres elementos, vale la pena analizar los acontecimientos que el fin de año nos trae, las buenas y las malas noticias.

Honduras puede transformarse en un leading-case de la lucha democrática, digno de un estudio profundo. Con la culminación de una elecciones limpias y transparentes, donde la concurrencia superó el 60% (por encima de las elecciones del 2001 y 2005), el proceso iniciado el 28 de junio ha finalizado exitosamente. Ese éxito consiste en nada más y nada menos que haber impedido que Manuel Zelaya haya concretado su maniobra de perpetuarse en el poder, violando la constitución y acoplándose a los países del ALBA. Y ello contra la mayoría de los países de la región y de la hipócrita actitud de la OEA. Pero ya el bloque inicial aislacionista ha comenzado a resquebrajarse, con las decisiones de Panamá, EEUU, Costa Rica, Perú, que se agregan a los de Japón, y algunos europeos. Aún dentro de los países que se niegan a reconocer al gobierno electo, se han producido disensiones internas que abren la puerta al optimismo. Primera buena noticia

Argentina. El resultado de las elecciones nacionales del 28 de junio (una mera coincidencia con Honduras) acaba de reflejarse en la nueva composición del Congreso Argentino, que es ahora opositor del Poder Ejecutivo. El hecho de que el partido de los Kirchner sea la primera minoría y que los partidos de oposición que triunfaron en las elecciones de junio no encontraran posiciones conjuntas, le permitió al Poder Ejecutivo manejarse hasta ahora, sin tener en cuenta la derrota electoral.

Subsistían las dudas sobre las consecuencias con la nueva conformación del Congreso, que se integró ayer. Pero las decisiones adoptadas han puesto a la oposición en lugares claves de las comisiones, verdadero lugar de la labor parlamentaria y puede verse con optimismo la institucionalidad en Argentina. Renace la separación de los poderes en el país. Otra buena noticia.

Uruguay. El país ha llevado a cabo este 29 de noviembre, la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, en comicios impecables, Ha triunfado José Mujica, viejo guerrillero tupamaro y miembro del Frente Amplio, de izquierda revolucionaria.

Pero la vigente institucionalidad uruguaya y la madurez cívica de uno de los países más democráticos de América Latina permite tener optimismo sobre la conducta de Pepe Mujica, y no es un dato menor que el Presidente Vázquez (del mismo Frente) deje el gobierno con una aprobación del 70%, y renunciando a la reelección, a la cual estaba constitucionalmente habilitado. El socialismo uruguayo es un socialismo racional, y es de esperar que continúe en esa línea, como los de Chile y Brasil

Nicaragua. La aberración jurídica de la decisión de una Sala de la Corte, declarando no aplicable la norma constitucional que prohibe la reelección de Ortega, acaba de ser frenada por el Congreso nicaragüense, que ha reivindicado su derecho a ser quien sancione las leyes y oponiéndose a la decisión de la Sala. Es posible que ello habilite al pleno de la Corte Suprema a dejar sin efecto esa decisión, pero al menos un poder del Estado ha enfrentado al intento de Ortega de mantenerse en el poder, en consonancia con el presidente venezolano.

Bolivia. Este 6 de diciembre se llevaron a cabo las elecciones en Bolivia. Con el resultado ya puesto, en virtud de las violaciones ya perpetradas por Morales y del fraude ya consolidado, con padrones apañados con la complicidad de Cuba y Venezuela, con el engendro de “votaciones comunitarias”, donde desaparece el voto individual, libre y secreto y con la violencia ejercida contra los medios de comunicación y los candidatos opositores, solo podemos hablar de un remedo de sufragio. Con esto culminará todo el proceso de abolición de la legítima constitución boliviana y la implantación de un instrumento que le permitirá a Evo Morales eliminar todo atisbo de democracia. No por previsto, este hecho deja de ser una muy mala noticia, ya que Morales acaba de conseguir el poder absoluto.

Chile. Finalmente, el año cerrará con los comicios en Chile, donde el candidato que lidera las encuestas es un declarado demócrata y respetuoso de las libertades individuales. Se enfrentará al candidato de la coalición gubernamental y a un candidato independiente, de tendencia izquierdista, con los cuales definirá – en caso de no haber decisión en primera vuelta- la presidencia de Chile. Nuevamente, la apuesta está en el respeto a las instituciones democráticas, que Chile viene mostrando desde el retorno a la constitución.

No está mal.