El poder de las pequeñas cosas

El blog de Yoani es leído diariamente por millones en el mundo entero. En Cuba, qué paradoja, es donde más difícil resulta leerlo. El gobierno le ha puesto filtros informáticos para evitar que sus reflexiones sean leídas libremente en las escasas computadoras a las que el público tiene acceso en la Isla. Y sin embargo la muchacha es toda una conocida celebridad, lo que bajo el gobierno comunista es absolutamente peligroso.

De hecho, en noviembre del año pasado unos esbirros, al más puro estilo de "los judiciales" de los años setenta acá en El Salvador, la metieron a la a fuerza en un auto negro, sin ningún tipo de identificación. Junto a ella también arrestaron, o más bien secuestraron al escritor Orlando Luis Pardo. Durante 20 minutos, que parecieron una eternidad, a Yoani la golpearon de manera salvaje al tiempo que le espetaban toda clase de improperios verbales.

Los matones le dijeron que había llegado ya "muy lejos en sus provocaciones escritas". Al final a ella y al escritor, a quien también golpearon, los dejaron abandonados en una solitaria calle de la capital cubana. Estoy seguro que la cosa no pasó a más, por la fama que esta muchacha ha cobrado en el mundo entero. A estas alturas su blog ha recibido varios premios entre ellos el prestigioso María Moors Cabot.

Fue nombrada, además, por la revista Time como una de las personas más influyentes del mundo. Así que meterla en la cárcel por varios años, como han hecho con otros periodistas en Cuba, hubiese tenido unos costos políticas inimaginables para el régimen. El caso del blog "Generación Y", es una prueba contundente del poder de las pequeñas cosas… e inteligentes.

El propio Fidel Castro en el prólogo de un libro sobre la Bolivia de Evo Morales, escrito por no sé quién, se refiere a ella sin atreverse a nombrarla. Dice "que es una joven cubana que realiza una labor de zapa y prensa neocolonial de la antigua metrópoli española que la premia", aludiendo al premio Ortega y Gasset recién recibido por Yoani.

El año pasado el presidente de Estados Unidos Barack Obama le contestó públicamente, y en la página oficial de la Casa Blanca, siete preguntas que ella le hizo en el blog. Es ese mismo sentido hizo siete preguntas a Raúl Castro. La respuesta fue la paliza que le dieron en noviembre pasado.

¿Qué es lo que escribe esta valiente mujer en el ciberespacio? Bueno, primero llama la atención lo que no escribe: ni un solo insulto. Ni una sola estridencia, ni una calumnia. Nada de esa porquería que abunda en los blogs de los algunos "rebeldes" de por estas tierras. Ella, como decía, describe la vida cotidiana en Cuba, crítica con inteligencia al sistema, denuncia la falta de libertades y no pocas veces comparte su dolor de ver a su patria convertida en una gigantesca cárcel.

Hace unos años salió de la Isla para dar clases de filología y enseñar español en Europa. Amigos suyos le pagaron el pasaje y ayudaron a gestionar su salida. Pero regresó por la enfermedad de sus padres. Pero ya estando nuevamente en Cuba destruyó su pasaporte, para evitar ser expatriada y afirma que quiere vivir en una Cuba diferente y no en otra parte.

Hay que entender también que el blog de Yoani es de las poquísimas ventanas libres para conocer la realidad cubana. Todos los medios de comunicación en ese país están bajo control del Estado. Para leer ese blog lo único que yo tengo que hacer es encender la computadora y buscar el sitio en la red. Los cubanos tienen que ingeniárselas para introducirse a los Ciber café, que hay en los hoteles de lujo, porque en la igualitaria Cuba la Internet es exclusiva para una élite y para los extranjeros.

La forma en que Yoani escribe y pública su blog, toda una odisea cotidiana, daría para otra columna y quizá hasta para una historia de valentía y patriotismo.

El autor es columnista de El Diario de Hoy.