El socialismo invisible
El socialismo del “Siglo XXI” no tiene ideas ni principios; sin embargo, tiene una década desolando la ex rica nación venezolana. Los resultados concretos indican eso, y su camino parece ser el de terminar con todo. Este axioma, lo podemos observar a la luz de algunas cifras que contienen ciertas verdades y fueron divulgadas por el presidente del BCV para el cierre de del 2009. Indicó:"pese a los enormes esfuerzos desplegados para avanzar en el proceso de transición de una economía rentista hacia un nuevo modelo socioproductivo, el proceso ha sido lento".
La producción petrolera viene en picada, siendo mucho menor (36%) a cuanto ocurrió el paro petrolero en 2003. El peor desempeño lo encontramos en la producción no petrolera habiendo declinado en el periodo 2009 a 3 mil 326 millones de dólares. Reflejando la destrucción de la industria privada, nunca antes su situación fue tan precaria ni siquiera cuando el paro de 2003 o en los momentos de mayor tensión política. El Banco Central le atribuye el derrumbe a las "empresas productoras de metales comunes, sustancias y productos químicos y de caucho, entre otros".
Cuestión no cierta, la verdad la hallamos en el anclaje cambiario y la sobrevaluación de la moneda con un tipo de cambio del dólar oficial en 2,15 bolívares. Cuando los industriales particulares cada vez tienen menos posibilidades de su obtención, acumulando perdidas de un 70% con la diferencia cambiaria. El corolario de esto es que la moneda está sobrevaluada causando un desequilibrio que, deviene en perdidas, viendo como lo que se compra con 2,15 bolívares dentro del país es mucho menos de lo que se adquiere con un dólar.
La Economía de puertos puesta en práctica por el oficialismo, nos hace cada vez más dependientes de las importaciones. La industria nacional se le hace cuesta arriba competir con los productos importados que son más baratos, forzándose a reducir sus nominas. El Estado se ha constituido en el gran empleador, en el dueño de todo con las estatizaciones de las empresas privadas, y estás empresas dejaron de dar los rendimientos acostumbrados para convertirse en plazas destinadas al el clientelismo político del “proceso”. Dejando atrás sus cualidades de sociedades competitivas, en esta situación se encuentran las industrias básicas, petrolera, telefónica y la eléctrica, conociendo cuales han sido sus rendimientos después que pasaron a manos del Estado.
El acceso a las divisas es un privilegio del Estado y de escasa consecución para los industriales privados, atropellando a la producción nacional, además de la disminución en el consumo.
La política de Estado está dirigida a acabar con la industria privada con las restricciones ya señaladas, a tomarse lo que queda de éstas para tener un control total de los medios de producción. En la teórica marxista el control de los medios de producción constituye el “comunismo”, supuestamente serían controlados por la clase obrera, estableciéndose la dictadura del proletariado. En Venezuela no ha ocurrido nada de esto, la supuesta revolución no aglutina a obreros, sino a una burguesía expoliadora que emergió de su propio seno. La centralización de los poderes es un hecho consumado, manteniéndose ciertos visos de legalidad que cada vez son menos ciertos. El destino de esta “revolución” pareciera acercarse por momentos, cuando vemos que todas estas medidas y errores son aceptados con resignación por la gente. Sin necesidad de ser un taumaturgo para darnos cuenta que nuestro final parece ser homologarnos con Cuba. Igual que allá, en nuestro país no se ha visto ningún avance de las empresas estatales, simplemente vivimos una etapa de cierta convivencia entre los industriales privados y gubernamentales, y quienes se benefician son los países aliados a la “revolución” con tecnologías importadas porque las “fabricas socialistas” no poseen conocimientos para incorporarse a la producción.
Así arribamos a lo que han sido once años perdidos por una Venezuela que debía estar por lo menos en “vías de desarrollo” y no en vías de su ruina, siguiendo las instrucciones emanadas desde la Habana en los epítomes de Fidel Castro, anima de “la revolución cubana”.
- 14 de octubre, 2024
- 14 de octubre, 2024
- 15 de octubre, 2024
- 13 de octubre, 2024
Artículo de blog relacionados
El 18 de septiembre es el 261 día del año del calendario gregoriano. Quedan 104 días...
18 de septiembre, 2009- 12 de mayo, 2016
La Tercera Inesperadamente y gracias a una columna de opinión, irrumpió en el...
17 de abril, 2011Prensa Libre Hay una pequeña región de Francia en Limousin, llamada Ayau. Como...
6 de agosto, 2010