¿Quién genera las crisis financieras?
Von Mises, de la escuela austriaca de economía, formuló la teoría que distingue fluctuaciones normales de los negocios, del boom y la depresión económica: sin interferencia gubernamental los mercados se equilibran a través de los precios. Las oscilaciones son intrínsecas a la dinámica de los negocios porque los empresarios tratan de anticipar cambios. Unos aciertan y otros fracasan.
Las crisis son consecuencia de la intervención estatal a través de políticas públicas que interfieren en el desenvolvimiento regular de los negocios. Entre las intervenciones más perversas están el financiamiento del déficit fiscal con expansión monetaria sin respaldo, e imposición de tasas de interés negativas, combinado con exceso de regulaciones en la actividad productiva y el comercio. Ello genera desequilibrios en la estructura de producción y precios relativos, e induce a un boom artificial: prosperan burbujas (subida de precios excesivos en materias primas, construcción, bienes de capital y durables). Si es un país con ingresos de divisas que depende en 95% de un solo producto de exportación, cuyos precios fluctúan bruscamente, una eventual caída sin haber tomado precauciones que la contrarresten, contribuye a generar estancamiento con inflación, lo que puede afectar severamente al sistema financiero, especialmente cuando está intervenido con regulaciones contradictorias: tasas de interés negativas que incentivan la salida de capitales y la obligación de prestar a sectores improductivos que constituyen alto riesgo.
En Venezuela, desde 1973 cuando se inicia la subida brusca de precios petroleros, cada gobierno, sea de izquierda o de derecha, cree que lo importante es que el Estado se apropie de los sectores productivos y reparta los ingresos arbitrariamente. Siempre el objetivo es hacernos creer que el Estado todopoderoso persigue generar bienestar para todos, cuando la realidad ha sido beneficiar a grupos de interés. Como son dueños de los sectores más importantes, cuando los precios caen fuertemente no ha habido gobierno que no haya acudido a la expansión monetaria sin respaldo, intensificando los controles y apelando a la devaluación para generar más bolívares. Eventualmente ocasionan estancamiento con inflación. No les importa aumentar el desempleo y depredar el ingreso real de los trabajadores.
Transformar el esquema
En 1989 el nuevo gobierno trató de transformar ese esquema perverso, que el propio Presidente había iniciado en los 70, instrumentando un programa económico moderno orientado hacia la diversificación económica, la disminución de la interferencia estatal y la integración con el mundo globalizado. Se requerían reformas profundas en todos los sectores, entre ellos, el sistema financiero que fue evaluado por expertos del FMI y del Banco Mundial, encontrando serios problemas estructurales que reclamaban una reforma urgente que evitara la crisis financiera: a) regulaciones gubernamentales excesivas de tasas de interés y de asignación de créditos, sin tomar en cuenta el riesgo; b) un numeroso grupo de intermediarios financieros públicos (bancos y fondos de desarrollo), la mayoría quebrados o mal administrados; c) falta de transparencia en las operaciones del BCV con el sector público y el sistema financiero privado; d) un entorno institucional regulatorio débil porque la supervisión bancaria de la Superintendencia de Bancos era inexistente; y e) múltiples bancos, públicos y privados, en situación de grave fragilidad financiera.
A pesar de que la reforma era urgente para respaldar los cambios en materia de política económica, los líderes políticos y grupos económicos se resistieron. No querían renunciar a sus privilegios. Las presiones llevaron a destituir al Presidente. En las elecciones del 93 grupos de izquierda apoyan al candidato de derecha, el cual en sus acalorados mítines arremete contra la banca, anuncia la reversión de la política económica previa y genera así una fuerte fuga de capitales en el momento en que los precios petroleros se desplomaban. Ello agudizó el problema fiscal e indujo a una fuerte disminución de depósitos, debilitando aún más el sistema financiero.
Los líderes se olvidan de que el Gobierno es el que aprueba las leyes y que ellos están obligados a hacerlas cumplir. Pero si incentivan su incumplimiento, generan la más profunda corrupción. Cuando explota la crisis buscan culpables. Si el propio Presidente viola la Constitución y otros poderes lo apoyan, ¿quiénes son los que generan las crisis?
- 28 de diciembre, 2009
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