Una devaluación espectacular
La reciente devaluación decretada parece ser algo espectacular, según las opiniones de sus propulsores, de funcionarios públicos y de quienes apoyan cualquier decisión del Presidente. De la noche a la mañana, nos va a transformar en un país exportador de productos distintos del petróleo, de alto valor agregado, para lo cual el parque industrial existente ya está encendiendo sus motores, para comenzar a darle salida a esa inmensa cantidad de mercancías. No se había hecho antes porque la moneda estaba sobre valuada, era un bolívar “fuerte”, lo que hacía imposible competir con la producción internacional. Eliminada esta circunstancia, el nuevo bolívar “débil” acabará con la parálisis de años del sector e inundaremos el mercado mundial con nuestra producción. Exportadores del mundo: ¡Tiemblen y prepárense!
Menos mal que no se requerirá comprar ningún tipo de maquinaria, pues la misma está en perfectas condiciones gracias a las previsiones empresariales, que sólo son superadas por las gubernamentales. No se necesitan repuestos, se tiene la materia prima almacenada por años y la electricidad es más que suficiente en todo el país para dar este gran salto. Los trabajadores requeridos para esta rápida puesta en marcha de la producción no son del ejército industrial de reserva descrito por Marx, pues en el país tenemos la situación muy especial de capitalismo sin desempleo. Pero afortunadamente tenemos a los buhoneros, constituidos por obreros, obreros calificado y profesionales, que incorporaremos rápidamente con sueldos dignos + cestaticket.
Esta devaluación “crea un nuevo orden económico para incentivar la producción nacional”, dijo Alí Rodríguez. Podremos entonces seguir incentivando la producción nacional, que ya se había incrementado en sopotocientos por ciento según el Gobierno, por lo que debemos tener cuidado en no ahogarnos con lo producido, sino almacenarlo en sitios especiales. Estamos además, dijo Alí, sentando “la base para romper la vieja estructura de los gobiernos de la cuarta República” (por fin), que devaluaban para cubrir el gasto fiscal. En este caso no es así, pues el gasto público del Gobierno no es mayor que los ingresos que recibe. Es decir que estamos devaluando en un cien por ciento en la mayoría de los rubros sólo para transformarnos en un país exportador, para evitar la dependencia de las importaciones y para crear un nuevo orden económico.
No entiendo por qué se esperó tanto para devaluar, si este tipo particular de devaluación era tan necesaria y positiva para la revolución, al romper con la economía capitalista y con el modelo tradicional de ser un país exportador de energía fósil. Hemos debido devaluar en enero de 1999 y nos habríamos evitado toda una suerte de situaciones desagradables. Qué tristeza…
- 23 de julio, 2015
- 19 de diciembre, 2024
- 29 de febrero, 2016
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