La promesa (extendida)
No, Barack Obama no podrá cumplir su promesa de tener una propuesta migratoria durante su primer año en la presidencia. Esa es la mala noticia. La buena es que el presidente sigue comprometido con cambiar el actual sistema migratorio (incluyendo la legalización de indocumentados) y quiere hacerlo en la primera mitad de este año.
¿En qué me baso para decir esto? En las declaraciones de tres personas que están íntimamente involucradas con el tema migratorio y que conocen muy de cerca la forma de pensar del presidente Obama.
Pero empecemos con la promesa. Hace más de un año y medio –el 28 de mayo del 2008– el entonces candidato presidencial, Barack Obama, estaba buscando arduamente el apoyo de los votantes hispanos y me prometió lo siguiente en una entrevista difundida por Univision: «Lo que sí puedo garantizar es que tendremos en el primer año una propuesta migratoria que yo pueda apoyar con fuerza''.
Por esa promesa, y por su proyecto de nación, el 67 por ciento de los latinos votó por Obama. Pero mucho ha cambiado desde que hizo esa promesa.
Estados Unidos cayó en la peor crisis económica en 8 décadas y eso lo modificó todo. Primero había que salir de la crisis. Además, el debate sobre la reforma al sistema de salud ha tomado mucho más tiempo y esfuerzo de lo previsto. Y eso retrasó la agenda legislativa.
¿Y ahora qué? Bueno, el presidente sigue muy comprometido con cambiar el sistema migratorio y espera hacerlo a principios de este año, me dijo una fuente muy cercana al proceso. El está esperando la primera oportunidad legislativa que surja en este 2010, de manera bipartidista, y considera que el Senado, no la Cámara de Representantes, debe dar el primer paso.
Ese primer paso lo podrían dar los senadores Charles Schumer (demócrata por Nueva York) y Lindsey Graham (republicano por Carolina del Sur), quienes ya están trabajando en una propuesta migratoria bipartidista. Sin embargo, no sabemos cuándo van a presentar esa propuesta en el Senado.
El presidente Obama está siguiendo muy de cerca el proceso. "El presidente está complacido con que el Congreso esté dando pasos para avanzar un proyecto de ley para la reforma integral del sistema migratorio'', me confirmó en un correo electrónico Luis Miranda, el director de medios hispanos de la Casa Blanca. "Estamos comprometidos a enfrentar los retos relacionados a la inmigración de maneras prácticas y efectivas''.
Desde luego, hay mucho más que la legalización de 12 millones de inmigrantes indocumentados. Entre los logros que destaca el gobierno del presidente Obama en el tema migratorio están la agilización del proceso de ciudadanía (acelerando los chequeos del FBI), un nuevo sistema de información del Departamento de Seguridad Interna para seguir los trámites migratorios a través de la internet y textos, y un importante cambio de estrategia respecto a los indocumentados: en lugar de hacer redadas, como en el gobierno de George W. Bush, la administración de Obama se ha concentrado en presionar a los empleadores para que sean ellos quienes despidan a quienes no tienen documentos.
A pesar de los logros anteriores, el tema que aún queda pendiente es el de la legalización de indocumentados. Pero la Secretaria de Seguridad Interna, Janet Napolitano, está convencida que ahora es un buen momento para lograr la reforma migratoria.
El optimismo de Napolitano, según comentó en un reciente discurso, se basa en que el flujo de indocumentados hacia el norte se ha reducido a la mitad, en que hay 600 millas más de muro fronterizo con México y en que el número de agentes de la Patrulla Fronteriza se ha incrementado a más de 20 mil. Esto, de acuerdo con Napolitano, aunado a más recursos para controlar la frontera y los lugares de trabajo (como el sistema e-verify), ha creado las condiciones para que se dé ahora una reforma migratoria. "Cuando el Congreso esté listo para actuar, nosotros estaremos listos para apoyarlos'', dijo Napolitano.
Mi fuente me dijo que la Casa Blanca no quiere hacer un «show'' con la reforma migratoria y presentar en el Congreso un proyecto que vaya a fracasar, como ocurrió en el 2007. El objetivo, insistió, es aprobar una nueva ley y para eso los demócratas necesitan la ayuda de los republicanos.
Obama, es cierto, no ha cumplido su promesa de campaña pero la esperanza radica en que sí quiere una reforma migratoria para este mismo año. Y lo único que les queda a los indocumentados es creerle.
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