Se acercan las elecciones en Gran Bretaña
Por Cal Thomas
BELFAST, Irlanda del Norte.- El nuevo año dio inicio a la campaña electoral para Primer Ministro del Reino Unido con una serie de sucesos de “novela” que acapararon los titulares, al igual que el crudo invierno que ha sepultado al país bajo una cubierta de nieve.
Los últimos indicios de que el Partido Laborista del Primer Ministro Gordon Brown se enfrenta a problemas ahora que él trata de ganar un segundo período y extender los 12 años que los laboristas llevan en el poder, viene una nueva encuesta ICM hecha para el periódico The Sunday Telegraph, que muestra a Brown por debajo del candidato Conservador David Cameron por diez puntos, así como un reciente fallido intento de parte de dos miembros del gabinete de Brown para quitarlo como líder del partido. Por último, como una afrenta personal, la edición inglesa de la revista GQ lo eligió a él “el hombre peor vestido del 2009”. Quizás esa sea la última “elección” que haya ganado Brown.
Aunque van a la cabeza en las encuestas, los Conservadores no tienen nada seguro en cuanto a virtud política o moral. David Cameron, después de estar durante meses prometiendo en su campaña dar beneficios de impuestos a los matrimonios, pareció indicar lo contrario durante una entrevista. Después que la prensa reportó esto como un cambio de su parte, Cameron hizo unas declaraciones en las cuales trató de convencer a los votantes de que su promesa sobre el impuesto a matrimonios continúa en firme. Cameron también ha evadido preguntas sobre si él rebajará los impuestos. También se ha mostrado partidario del Servicio Nacional de Salud, que es uno de los principales iconos políticos del Partido Laborista, haciendo que algunos comentaristas pregunten qué diferencias hay entre los dos partidos. Los estadounidenses conservadores reconocerán esta pregunta como una que ellos a veces se hacen cuando se discute sobre Republicanos y Demócratas.
El matrimonio también fue un problema para el miembro del Parlamento Peter Robinson, primer ministro de la Asamblea Legislativa en Irlanda del Norte y el jefe del Partido Demócrata Unionista. Como algo que recuerda la película “The Graduate”, la esposa de Robinson, Iris, de 60 años, fue expulsada del partido el sábado, según informó el Telegraph, “y se espera que se le pida que renuncie a sus posiciones en la Asamblea y en Westminster” después de haber confesado una relación extramatrimonial con un joven de 19 años al cual ella le consiguió préstamos para que pudiera abrir un restaurante. Últimamente el restaurante ha estado muy concurrido, mayormente por periodistas que están tratando de averiguar más.
Aunque la vestimenta – bien sea la que se viste o la que se desviste- ofrece distracciones para el público que está tratando de salir de la capa de nieve en un país donde hay pocos removedores de nieve (el gobierno está importando sal para las carreteras), los problemas más serios continúan.
El problema aquí – al igual que en los Estados Unidos – es que los políticos comienzan con la premisa equivocada. Ellos creen que el gobierno está mejor capacitado para ocuparse de nosotros que nosotros mismos. Demasiados se han apegado a esta opinión a pesar de evidencias y de precedentes históricos al contrario. Muy pocos recuerdan la época cuando se esperaba que la gente se las arreglasen por sí mismos y que recurriesen al gobierno – si lo hacían – como último recurso. Una canal de TV inglés está promoviendo un próximo documental sobre cómo las mujeres se las arreglaban para atender a sus familias con los racionamientos durante la Segunda Guerra Mundial. Esto se ve como historia que no tiene nada que enseñarnos a nosotros los modernos.
El resultado es que los políticos de la Izquierda y de la Derecha discuten no sobre el principio de la autosuficiencia, sino más bien sobre la tasa de crecimiento de los actuales “beneficios” (entitlements). En la rehabilitación a drogadictos, el objetivo es ir desacostumbrando al paciente de su adicción. Con los programas del gobierno, lo único que buscan los políticos es ajustar la dosis, no poner fin a la dependencia.
Las encuestas en Gran Bretaña llevan meses mostrando que los Conservadores deben de tener una resonante victoria en las próximas elecciones. Pero al igual que el Partido Republicano en los EE.UU., que tuvo sus propias resonantes victorias y luego nos defraudó, los votantes ingleses se enfrentan en lo que cada vez parece más un eco, no una opción. La pregunta es ¿qué diferencia haría una victoria conservadora? El público todavía está en espera de una respuesta más allá de mínimas declaraciones y comunicados de prensa para corregir aparentes cambios en posiciones anteriores.
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