Reforma Migratoria: La clave es el bipartidismo
Barack Obama pronuncia este miércoles su primer discurso sobre el estado de la Unión con el peso de una derrota electoral en Massachusetts que ha puesto a la Casa Blanca y al Congreso demócrata a buscar alternativas para salvar la reforma de salud que de algún modo tienen que avanzar para proceder con una agenda que permita demostrar a los votantes el cambio y los resultados por los cuales siguen esperando.
Los remesones de este tipo son recordatorio de que en la política no hay nada garantizado, de que los partidos no deben olvidar que son los votantes los que verdaderamente tienen el control y cuando lo usan, pueden destronar a cualquiera.
De momento, los republicanos celebran su triunfo en Massachusetts y lo ven como preludio de más ganancias en noviembre. Tradicionalmente el partido que controla la Casa Blanca pierde escaños en las elecciones de medio tiempo. Eso supone que los demócratas, sin sus 60 votos en el Senado a prueba de medidas dilatorias, intenten reagruparse para comenzar a producir resultados que convenzan a los votantes de que deben seguir al mando del Congreso.
Esto debería operar en favor del público porque para producir resultados legislativos hay que trabajar de forma bipartidista. Cada elección tiene su particularidades y en la de Massachusetts sin duda influyó el efecto que los candidatos tuvieron sobre los votantes: a unos les gusto más el republicano Scott Brown, y a otros no les gustó la demócrata Martha Coakley. Pero también los resultados reflejan el hartazgo con el status quo, la molestia generada por el estéril partidismo mientras el ciudadano común no ve alivio a sus problemas.
El bipartidismo tiene posibilidades de resucitar a la reforma sanitaria dependiendo de la ruta que sigan los demócratas, y si los republicanos están dispuestos a demostrar que son más que el partido del NO, y colaboran para seguir ganando terreno entre los votantes desafectos.
Al desenlace del asunto sanitario le seguirían medidas centradas en la economía y todavía se mantienen los esfuerzos de avanzar una reforma migratoria integral, que también requiere apoyo bipartidista.
Entre los propios demócratas hispanos, algunos descartan la posibilidad de avance de la reforma este año. Henry Cuéllar, congresista demócrata de Texas, dijo a la publicación Roll Call que me parece que (la reforma migratoria) es más probable en 2011. Recordemos que Cuéllar pertenece al grupo de demócratas conservadores o Blue Dogs (Perros Azules) desapegados a temas que creen puedan afectarlos en sus distritos de corte conservador.
Agregó Cuéllar: como Perro Azul me da la perspectiva de estar con integrantes (de la Cámara Baja) en distritos oscilantes que pueden salir lastimados políticamente por asumir un voto difícil tan cerca de una elección de medio tiempo.
En contraste, ésto dijo un senador republicano, Lindsey Graham, de Carolina del Sur, cuando le preguntaron si los resultados de Massachusetts entierran este año a la reforma migratoria: ¿Es el mensaje que los demócratas no deben abordar nada que sea controversial y que nosotros (los republicanos) no debemos trabajar con ellos en nada que sea controversial?… Ese no es el mensaje para mí. El mensaje para mí es que la gente quiere que en Washington se logren resultados.
¿Cuánta aversión al riesgo se crea en el Senado para lidiar con asuntos difíciles coma la dependencia energética, el cambio climático, y la inmigración? Desde mi punto de vista la razón por la cual estamos aquí es para gobernar y para hacer cosas difíciles, agregó. Graham es el senador republicano que trabaja con el senador demócrata de Nueva York, Charles Schumer, en el lenguaje de un potencial plan bipartidista de reforma migratoria en el Senado.
La reforma migratoria supone la oportunidad de trabajar de forma bipartidista y cumple varios propósitos: le permite a los demócratas, sobre todo a Obama, cumplir su promesa de campaña a los votantes latinos de que promulgaría una reforma migratoria; y le permite a los republicanos rehabilitar su imagen con esos votantes latinos que han alejado por años de retórica anti inmigrante de parte del sector más recalcitrante de ese partido.
La semana pasada, la presidenta del Consejo Nacional de la Raza (NCLR), Janet Murguía, dijo en una teleconferencia sobre la elección de Massachusetts y su impacto sobre las posibilidades de la reforma migratoria, que habrá consecuencias para los dos partidos si no hay reforma migratoria.
Se hicieron promesas en este asunto y el electorado latino no va a ver con buenos ojos a políticos que de manera exuberante buscan nuestro apoyo cuando hacen campaña, pero después no cumplen lo que prometen.
También la semana pasada, en un evento organizado por nuestro portal MaribelHastings.com, de Americas Voice, el vicepresidente de la bancada demócrata de la Cámara Baja, Xavier Becerra, congresista de California, declaró que Obama recuerda bien su promesa. A ver si este miércoles, el presidente no olvida que muchos electores latinos que lo apoyaron y que representan a otros que todavía no pueden votar, quieren escuchar de sus labios que, de hecho, recuerda bien su promesa de reforma migratoria, y que hay posibilidades de hacerla realidad este mismo año.
Maribel Hastings es Asesora Ejecutiva de America's Voice
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