El camino a la esclavitud
Si fuera un partido democrático, el FMLN debería de darse cuenta de que el pueblo no quiere lo que el partido le ofrece. Pero, por supuesto, el objetivo del FMLN no es cumplir con la voluntad del pueblo sino imponerle una dictadura chavista a como dé lugar, y, como el pueblo en un 82 por ciento dice que no la quiere, le será necesario engañar a los votantes para tomar el poder mientras el pueblo tenga la capacidad de defenderse, y luego de forzarlo con una dictadura cuando el pueblo la haya perdido. Y esto es lo que el FMLN está haciendo, utilizando su control de la mayor parte del gobierno para establecer una estructura territorial en todo el país, para controlar al pueblo al nivel de las localidades.
Para llegar al punto en el que pueda usar todo el poder que está acumulando, el FMLN necesita mantener adormecido al pueblo, disfrazando sus propósitos con un lenguaje supuestamente democrático, ofreciendo cosas que supuestamente conllevarían progreso cuando en realidad sólo conducen a destruir las instituciones que pueden detenerlos en su búsqueda de la tiranía. En este proceso, los del FMLN no son originales. Están usando los mecanismos que todos los regímenes controlados por Chávez han usado para irle quitando poco a poco todas las libertades a sus ciudadanos. El primer paso es destruir las instituciones democráticas, reemplazándolas con mecanismos controlados por ellos, que les permitan manejar el país arbitrariamente. En el mejor estilo marxista, jamás dicen al pueblo en general que lo que quieren es eliminar la democracia y establecer una dictadura (aunque entre ellos llaman al régimen que quieren instalar "la dictadura del proletariado"). En vez de esto, llaman "democracia" a su tiranía para confundir a los ciudadanos. De esta forma, dicen que lo que quieren hacer es sustituir la democracia representativa por lo que ellos llaman la democracia participativa, algo que en realidad establece los mecanismos necesarios para que una minoría muy pequeña de líderes comunistas impongan una tiranía sobre un país entero.
La "democracia participativa" (en la que todas las decisiones importantes del gobierno se consultan a la sociedad entera) puede imaginarse en una comunidad muy pequeña que tiene que tomar muy pocas decisiones y en las que se puede conducir una discusión entre todos los ciudadanos dentro de un tiempo razonable. Dada la complejidad de los tiempos modernos, la democracia participativa no es viable ni para manejar los clubs sociales, mucho menos para manejar una ciudad y aún menos un país entero. ¿Se imagina una discusión de 6 millones de habitantes sobre la criminalidad? Si cada adulto hablara un minuto, sólo para empezar la discusión, pasarían al menos 3 millones de minutos, equivalentes a 2,083 días o 5 años con 8 meses. Y para un tema tan importante, cada persona debería de hablar al menos tres o cuatro veces, de modo que sólo una decisión sobre este tema tomaría unos veinticinco años, y eso si se comenzara con un consenso casi perfecto, para que en sólo tres o cuatro vueltas se llegara a un acuerdo. Y faltaría el tráfico, las políticas económicas, las políticas sociales, el estado de los hospitales, y los miles de temas más que están asociados con el manejo de un Estado moderno.
Cualquiera, incluyendo a los del FMLN, se da cuenta de que esto no es viable. ¿Entonces por qué lo proponen? Por dos razones: Primero, porque un sistema así se presta para que un grupo violento intimide a la población, se posesione de las reuniones o mítines y se constituya en el grupo que manda. Esto les daría ventaja a ellos porque son los expertos en organizar marchas y manifestaciones violentas. Ellos son los que dominan este tipo de reuniones en todos los países del Alba. Segundo, al destruir las instituciones de la democracia participativa, dejan un vacío de poder que permite que las turbas controladas por el partido a su vez controlen el país entero. Es el mecanismo ideal para introducir el terror y la arbitrariedad que son parte de la esencia de las tiranías. Cuando el FMLN hable de la democracia participativa, sepa usted que en realidad está hablando de la tiranía de unos pocos basada en el terror impuesto al resto de la sociedad por las turbas que ellos controlarían. Es hora de llamar las cosas por su nombre.
El autor es Máster en Economía, Northwestern University y columnista de El Diario de Hoy.
- 28 de diciembre, 2009
- 28 de marzo, 2016
- 29 de mayo, 2015
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