Obama: ciego, sordo pero no mudo

Diario de América

Imaginar que Barack Obama iba a hacer un giro hacia el centro como Bill Clinton, después de su fallido primer año de gobierno, era esperar demasiado.

Clinton era sensato en comparación a Obama pese a los escándalos en los que se metió. BO es un narcisista de extrema izquierda que prefiere la muerte antes que renunciar a su ideología y admitir sus errores. Pedirle un vuelco hacia el centro es como hablarle a Fidel Castro o Hugo Chávez. 

Obama dijo que prefiere ser un presidente de un solo periodo y dejar su marca, antes que durar ocho años y ser mediocre. Ese es el sueño de la gloria histórica. Él quiere dejar su huella indeleble, cambiar el mundo, no importa que sea para desgracia de los demás.

Su discurso a la nación esquivó los puntos neurálgicos del acontecer actual y se centró en la economía, aplaudiéndose sobre logros irreales porque el desempleo sigue en 10 por ciento. Su congelamiento de gastos será a partir del próximo año y sobre menos del uno por ciento de la deuda contraída.

Va a continuar con su reforma de salud aunque la mayoría de los norteamericanos se oponga. No dijo una sola palabra acerca de  los juicios civiles a los terroristas, pasó brevemente sobre Afganistán repitiendo que para 2011 no habrá ningún soldado estadounidense en el frente, sin importar si Osama Bin Laden sigue activo. De Irán no mencionó nada.

La egolatría de Obama es clínica. Va a apretar el acelerador a fondo hasta estrellarse. Sucedió con Hitler, Stalin y Mao. Tres colosales narcisistas que llevaron a sus pueblos a situaciones límite, ocasionando centenares de millones de muertes.

Estados Unidos mantiene un sistema democrático fuerte que permite frenar las locuras de su presidente, pero en tres años pueden suceder acontecimientos inéditos para los que no sabemos si estamos debidamente preparados.

No cabe la menor duda de que Estados Unidos se debilitará, favoreciendo al terrorismo internacional y la potenciación de China, que sigue siendo una dictadura opresora aunque nos alegre que su gente adquiera mejores niveles de vida gracias al capitalismo.

En Latinoamérica estamos cada día más cerca de una explosión de violencia de gran magnitud, por el empecinamiento de los progres en imponer sus incoherentes ideas socialistas. Si Obama va a obrar contra Chávez y sus peones, no es por amor a los que defienden la libertad sino por temor a Irán, que está demasiado metido en este embrollo.

El mensaje a la nación de Barack Obama, nos aclara el panorama de lo que se avecina. Las dudas favorables quedan de lado y simplemente confirmamos que no hay cambios positivos en su agenda. Hay que asegurarse los cinturones porque el vuelo va a ser horriblemente turbulento.