Calidad de persona
Por Cal Thomas
Entre los argumentos interesantes en la decisión 5-4 de la Corte Suprema dándole a las corporaciones la protección de la Primera Enmienda para hacer contribuciones a las campañas políticas, estuvo la decisión de la mayoría de tratar a las corporaciones como personas.
La columnista del liberal Washington Post, Ruth Marcus, que no está de acuerdo con el falló, escribió, “… la mayoría actuó como si no hubiese una distinción constitucional entre una corporación y un ser humano”.
El fallo vino en la semana de la Marcha Anual por la Vida, que trae miles de personas a Washington para conmemorar el fallo de esa misma corte Roe v Wade en 1973. La marcha se ha convertido no tanto en una protesta como en una afirmación del valor de toda la vida humana.
Lo que hace este fallo y la marcha irónicos es que en 1973 la Corte, en esencia, rebajó el feto humano al nivel de no persona, mientras que la Corte ahora le ha dado “calidad de persona” a las corporaciones. ¿Ve alguien más que yo una contradicción o al menos una inconsistencia moral en estos dos fallos?
Hay pruebas de que todas las marchas y los centros de embarazo pro-vida están funcionando. Ha habido unos 50 millones de abortos en los Estados Unidos desde 1973. Encuestas de opinión revelan un público cada vez más preocupado por la destrucción sin restricciones de la vida humana y las contribuciones que esas vidas pudieran hacer a los Estados Unidos y a la humanidad.
Este cambio de opinión es más notable entre los jóvenes. El Instituto Marista de Opinión Pública, una organización católica asociada con los Caballeros de Colón, ha publicado una encuesta que muestra que los “Milenios”- los de 18 a 29 años de edad – cada vez son más pro-vida. Cincuenta y ocho por ciento de ellos dijeron que opinaban que el aborto es “moralmente malo”.
Se unen a ellos en esta opinión unas seis de cada 10 personas de 65 años o más. Según la encuesta, sólo el 51 por ciento de los “Baby Boomers” – la generación del “amor libre” – considera el aborto moralmente malo.
Una encuesta del Centro de Investigaciones Pew para el Pueblo y la prensa dado a conocer en octubre del 2009 encontró que el 45 por ciento de todos los estadounidenses se oponen al aborto en la mayoría o en todos los casos, un 4 por ciento más que el año pasado.
David N. O’Steen, director ejecutivo del Comité Nacional del Derecho a la Vida comentó, “estos resultados no nos sorprenden y están de acuerdo con encuestas anteriores, incluyendo Gallup, y, más recientemente, una encuesta llevada a cabo por Rasmussen indicando que la mayoría de los estadounidenses se oponen a que se paguen los abortos en el proyecto de ley de reforma al cuidado de salud”.
Sin embargo, los demócratas a favor del aborto (pro-choice) han seguido impulsando los fondos federales para el aborto, que es una de varias razones por las cuales el proyecto de ley está trabado en el Congreso.
El movimiento juvenil entre los pro-vida no ha pasado inadvertido, hasta en periódicos cuyos editoriales han sido siempre a favor del aborto. Robert McCartney, un columnista de la sección Metro del Washington Post escribió esta confesión: “Yo fui a la concentración de la Marcha por la Vida el viernes en el ‘Mall’ esperando escribir sobre su irrelevancia.
Es curioso, pensé yo, que estos que protestan contra el aborto vengan cada año en el aniversario del fallo Roe v. Wade, aunque esta decisión se mantiene en pie después de 37 años. Es más, con un Demócrata en la Casa Blanca que posiblemente nombre magistrados que apoyan el derecho al aborto, seguramente la Corte Suprema no va a anular el fallo Roe en un futuro predecible.
“Qué equivocado estaba yo”.
El número de gente joven, que McCartney calculó era más de la mitad de la multitud, le llamó la atención. El cree que el movimiento está “ganando fuerza”. Yo también. Miles de centros de embarazo, muchos de los cuales ofrecen ahora sonogramas de alta resolución, que no los había en 1973, junto con el firme compromiso de los pro-vida, está agotando a la oposición y ganándose una nueva generación para su punto de vista.
Aunque el Senador electo Scott Brown de Massachusetts no es totalmente pro-vida, su elección ha demorado, quizás detenido, los proyectos de ley de reforma al cuidado de salud que bien hubieran podido resultar en que se hiciesen pagos con fondos federales para abortos.
Agreguemos a esto las elecciones de gobernadores republicanos en Virginia y New Jersey y el optimismo que ha llegado al Partido Republicano y el movimiento conservador, que parecía haberse evaporado hace un año con la toma de posesión de Barack Obama, y uno puede tener esperanzas de que una Corte Suprema, que ahora ve a las corporaciones como personas, pudiera de nuevo reconocer que los bebés por nacer son personas.
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