Cincuenta años después
Llegó para concretar la sovietización de Cuba acordada cuatro meses antes en reunión secreta en México, que sostuvo con la dirigencia comunista cubana y donde redactó las minutas del pacto comercial que llegaba a firmar en La Habana. Era el 5 de febrero de 1960 y un grupo de estudiantes de bachillerato del Colegio De La Salle esperábamos impacientemente el final de la misa para irnos al Parque Central, a donde acudiría el ministro soviético Anastas Mikoyan, a depositar un homenaje floral bajo la estatua de José Martí. Y era nuestro objetivo retirar aquellas flores, depositadas por "el carnicero de Hungría'', para así desagraviar al Apóstol.
Era una época confusa en la política cubana, donde aún se debatía si Castro era comunista o no lo era. Confusión creada por el régimen, para ganar tiempo, mientras armaba su ejército y consolidaba su poder económico y político. Había que quitarle la careta al régimen y creo que ese era el objetivo principal de Albert Muller y Juan Manuel Salvat, líderes universitarios.
Del aeropuerto Mikoyan se dirigió con Castro a depositar la ofrenda floral, que representaba a todo el continente americano, desde Alaska a la Tierra del Fuego, y sobre la que habían impuesto, en rojo, el símbolo de la hoz y el martillo. Había una gran muchedumbre en el sitio y la vigilancia policial se mantuvo alrededor de la estatua aun después de la salida de los jerarcas, que iban a inaugurar la Exposición de Productos Soviéticos en el Palacio de Bellas Artes.
No obstante, los universitarios llegaron a pocos pasos de la estatua martiana, con la corona de desagravio y sus pancartas, mientras nosotros nos dirigíamos hacia la corona del ruso, custodiada por la policía. Al acercarse los manifestantes, un esbirro sacó un revólver e hizo el primer disparo como señal para atacarnos. Entonces empezó la desigual pelea a tiros y puñetazos, entre la policía, los esbirros que querían rodearnos y los estudiantes; y asomaron en las azoteas de los edificios circundantes las figuras de la soldadesca, disparando sus fusiles.
Era la primera vez que oía los disparos de los fusiles FAF. Ante la superioridad numérica de la policía y el ruido de los disparos, nos replegamos para evitar ser arrestados. Corriendo por El Prado, a mi lado Cleofe "Junior'' Rubí, compañero lasallista y de aventuras, nos encontramos con una joven mujer que había caído de rodillas en el pavimento. Casi sin parar, al unísono, la tomamos por los brazos y mientras la levantábamos, miré hacia una puerta corrediza que empezaba a cerrarse y corrimos hacia ella. Los tres entramos en aquel establecimiento que nos dio refugio.
De esa forma, a palos, culatazos tiros y arrestos, disolvió el gobierno de Castro la primera manifestación pacífica, pero anticomunista, de la juventud cubana. Así quedaron deslindados los campos y no hubo dudas del camino a seguir: la lucha armada. Allí empezó el rosario de mártires, la resistencia interna y podemos afirmar que fue allí, en el Parque Central de La Habana, que se forjó el inicio de la Brigada 2506, pues en aquel momento, además de Teresita Baldor y Julita Botet, cubanitas de pura cepa que entre otras recuerdo, estaban junto a mí Javier Souto, Luis Morse, Juan y Benito Clark, Germán Kosh, paracaidista muerto en combate sobre Girón, Raúl y Rafael Villaverde, Billy Shoes, Fernando Trespalacios y Manolo "el Cawy'' Comellas, quienes un año después estábamos combatiendo frente a las fuerzas castrocomunistas en Playa Girón.
Al día siguiente, como presidente de la Federación Estudiantil de Colegios Católicos de Cuba, firmé junto a mi directiva una carta de protesta pidiendo la libertad de los estudiantes presos, carta que entregamos en los periódicos Prensa Libre y El Diario de la Marina. El documento me obligó a tomar el camino del exilio.
El sueño castrista de continuar en el poder como satélite de Moscú se hizo trizas con la desaparición de la Unión Soviética. Pero los Castro, en su afán totalitario, están tratando de entronizar a Hugo Chávez como zar del invento que han titulado el socialismo del siglo XXI. Pero en Venezuela los estudiantes están indicando al pueblo el camino de la resistencia al totalitarismo. Es a ellos a quienes los demócratas tenemos que apoyar con todos nuestros recursos.
El autor es Ingeniero cubano exiliado que reside en Key Biscayne. Fue paracaidista de la Brigada 2506 en Playa Girón.
- 4 de febrero, 2025
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