El Salvador: ARENA y el ciclo de Tytler
Esta mezcla de diversidad con unidad de propósito es una muestra clara de que el partido ha pasado ya la primera etapa de su reconstitución —la de limpiarse de elementos que no cabían en él— y ha iniciado la segunda etapa del proceso, la de generar una nueva unidad contagiosa, que transmite la certeza de que la democracia y la libertad se salvarán en el país de la misma forma en la que se salvaron veinte años atrás.
Nadie puede llamarse a engaño con respecto a la gravedad de la enfermedad que aquejó a ARENA y de la cual apenas está comenzando a recuperarse. Es importante, pues, reflexionar un poco sobre la naturaleza de esa enfermedad, y sobre la manera en la que el partido cayó en ella.
Viendo cómo el partido sufrió defecciones de diputados y alcaldes después de haber perdido las elecciones, habrá mucha gente que pensará que la enfermedad fue haberlas perdido. Esto, sin embargo, es un error. La enfermedad no era externa al partido, como perder unas elecciones sería. La enfermedad era interna, muy profundamente interna. El partido había perdido su alma. De un partido con ideales de libertad, de igualdad de oportunidades, de sano nacionalismo, se había convertido en un vehículo para avanzar ambiciones personales, que buscaba el apoyo de los votantes ofreciendo no un camino para el país sino un chantaje, o votas por mí, aunque yo haga lo que haga, o gana el FMLN. Ese partido que había salido de ARENA (o quizás mejor dicho, que se había enquistado en ARENA como un enorme tumor y se lo estaba comiendo por dentro), ya no podía ofrecer un rumbo al país, porque cualquier camino era aceptable para los que lo manejaban, aun entregar el país al FMLN si eso avanzaba los intereses de los líderes o los protegía de amenazas potenciales.
Nada muestra más claro lo que se estaba comiendo a ARENA por dentro que el comportamiento de los diputados que se salieron del partido y crearon GANA: electos en oposición al FMLN, se salieron de ARENA para apoyar al FMLN en todas las votaciones importantes en la Asamblea. Ellos no ven la contradicción, no ven la traición, porque su rumbo no era el de unos ideales de libertad, sino el marcado por sus intereses y ambiciones políticas. GANA es el ARENA que había surgido en los años del presidente Tony Saca. Manejado por esta gente, el partido llegó ya enfermo, casi de muerte, a las elecciones, y las perdió por estar enfermo, no se enfermó por haberlas perdido. En realidad, la pérdida de las elecciones puede haber salvado a ARENA de una muerte segura. Cinco años más y ya no hubiera quedado la fibra moral que se necesita para reconstituir el partido.
La pregunta es, ¿y cómo fue que ARENA adquirió esta enfermedad? Alexander Fraser Tytler, un abogado escocés del Siglo XVIII, describió lo que para él era el ciclo fatal por el cual las sociedades, después de conquistar su libertad, la pierden. Esto se aplica a El Salvador, y a ARENA, que lideró al país por tantos años. Según Tytler, el ciclo comienza cuando, en medio de la esclavitud surge la fe espiritual en la posibilidad de ser libre. Esto lo describe como de la esclavitud a la fe espiritual. De la fe espiritual, se pasa a la valentía. De la valentía, a través de la lucha, a la libertad. De la libertad, se pasa a la abundancia, y de ésta a la complacencia. De la complacencia se pasa a la apatía, y de la apatía a la dependencia, y de la dependencia de regreso a la esclavitud.
La historia de ARENA, y de las personas que lo apoyaron con sus votos, aún sin ser miembros del partido, pasó por todas estas etapas durante los últimos treinta años. De la amenaza de la esclavitud sacaron la fuerza del espíritu, y de este la valentía, manifiesta en tantos casos en los que la gente votó aun bajo las balas del FMLN, ahora en el poder, que quiso evitar con todas sus fuerzas que se estableciera la democracia en el país. De esa valentía surgió la libertad que hemos disfrutado en los últimos veinte años, una libertad que no había tenido precedentes en nuestro país, y de eso surgió una progreso económico que hasta ahora está la gente comprendiendo lo que era crecer.
Pero con esto vino la complacencia, el aceptar el chantaje, el apartar la cara para no ver lo que estaba pasando con el país, con el gobierno y con ARENA, creyendo que cualquier cosa sería mejor que caer bajo el poder del FMLN. De allí surgió otra dependencia, la dependencia en el chantajista, que exigía poder absoluto para hacer lo que quisiera como precio para ganarle al FMLN.
Con la ironía que usa la realidad para darnos las lecciones más fundamentales, fue precisamente el caer en esa dependencia del chantajista lo que enfermó a ARENA y lo que hizo que el FMLN ganara las elecciones. El chantajista causó lo que decía que iba a evitar.
Ahora que ARENA está resurgiendo tiene que jurarse a sí misma y al país que nunca jamás volverá a dejarse tomar de la forma en que se dejó tomar en los últimos años. Que va a defender su alma. Que va a exigir transparencia en todo, cueste lo que cueste, porque la experiencia de los últimos años ha demostrado palpablemente que el costo de caer en un chantaje es perder el alma, y que una vez que se pierde el alma no queda nada.
El autor es Máster en Economía, Northwestern University y columnista de El Diario de Hoy.
- 28 de diciembre, 2009
- 28 de marzo, 2016
- 29 de mayo, 2015
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