Recrudece el embate xenófobo en Italia

La Nación

ROMA.- El eterno debate sobre la inmigración volvió a encenderse ayer en Italia, después de que grupos de norafricanos y sudamericanos se enfrentaran violentamente anteanoche en Milán, tras la muerte de un joven egipcio.

El episodio, que provocó impactantes escenas de guerrilla urbana, con autos volcados, negocios arrasados y la intervención de las fuerzas del orden, hizo que la Liga Norte, partido famoso por sus posiciones xenófobas y socio clave del gobierno de derecha de Silvio Berlusconi, volviera al ataque y pidiera "controles y expulsiones de inmigrantes casa por casa y piso por piso", además de exigir "tolerancia cero contra los inmigrantes violentos".

Mientras que muchos salieron a exigirle a su compañero de partido, el ministro del Interior, Roberto Maroni, la expulsión inmediata de los responsables de los disturbios, Matteo Salvini, jefe de bancada de la Liga Norte en el consejo comunal de Milán y eurodiputado, pidió "controles y expulsiones de inmigrantes casa por casa". Salvini propuso incluso detener por un año la venta de inmuebles a los extracomunitarios no residentes en Italia. "Hay demasiadas residencias regaladas y demasiados negocios que escapan a los controles; hagamos como en Suiza, detengamos por un año la venta de casas y de actividades comerciales de todos los extracomunitarios", disparó.

La revuelta de extranjeros tuvo lugar en un barrio multiétnico de Milán, situado en los alrededores de Via Padova, donde conviven inmigrantes de 50 nacionalidades y muy pocos italianos, que se vieron forzados a abandonar el lugar, caído en la degradación más absoluta.

En la zona, que ayer compararon con el explosivo banlieu parisiense, muchos inmigrantes suelen vivir hacinados en pequeños departamentos. La prostitución, el tráfico de droga y la criminalidad son moneda corriente.

El detonante llegó pasadas las 17.30 del sábado, cuando Abdel Aziz el Sayed, un egipcio de 19 años, con papeles, y un amigo suyo procedente de Costa de Marfil comenzaron a pelearse con un grupo de unos seis o siete sudamericanos. La disputa al parecer se debió a que alguien le dijo un piropo a la novia (italiana) del egipcio. Alguien sacó entonces una navaja y apuñaló varias veces a Aziz el Sayed. Cuando la ambulancia llegó al lugar, el joven ya estaba muerto.

A partir de ahí se desencadenó la batalla campal. La noticia de la muerte de El Sayed hizo que varias mujeres magrebíes comenzaran a exigir a gritos venganza desde las ventanas de sus casas, mientras que decenas de hombres empezaron a destruir todos los negocios de hispanos que encontraron a su paso.

Comenzaron por el restaurante Machu Picchu, para continuar después con los contenedores de la basura, las vallas de publicidad, los autos.

La violencia siguió hasta las 21.30 y terminó con cuatro inmigrantes egipcios detenidos, acusados de vandalismo. La policía intentaba ayer identificar a los responsables del delito, que podrían ser sudamericanos pertenecientes a una banda llamada Chicago, nacida de una rama de los Latin Kings.

Respaldo oficial

Como no podía ser de otra manera, la dura reacción de la Liga Norte contó con el respaldo del gobierno de Berlusconi, que llamó a seguir adelante con la política de mano dura puesta en marcha hasta ahora en cuanto al tema de la inmigración.

"No podemos tolerar que tengan lugar auténticas guerras étnicas en nuestras ciudades. Hay que retirar el permiso de residencia y expulsar inmediatamente a quien alimenta la violencia. Son necesarias respuestas drásticas e inmediatas, coherentes con las normas del centroderecha", dijo Maurizio Gasparri, presidente en el Senado del Partido del Pueblo de la Libertad, que pidió "tolerancia cero para los violentos".

En sintonía se manifestó Roberto Calderoli, ministro para la Simplificación Normativa, de la Liga Norte: "Lo sucedido es una respuesta a todos los que sostienen que la integración puede ocurrir por ley", indicó.

Pierluigi Bersani, líder del Partido Democrático, el principal de la oposición de centroizquierda, no tardó en contestarle. "Lo que pasó [en Milán] es algo gravísimo, pero lo que me impresionó más fue oír los gritos de miembros de la derecha. Ellos gobiernan el país, la región, la ciudad [de Milán]. Tienen que hacerse cargo del hecho de que han fracasado tanto la política de integración como la de seguridad", denunció.

El año pasado, el gobierno de Berlusconi aprobó un controvertido paquete de medidas de seguridad que, entre otras cosas, tipifica como delito ser un inmigrante sin papeles.

En enero pasado numerosos inmigrantes protagonizaron violentos enfrentamientos en la localidad de Rosarno, en el sur de Italia. En aquella ocasión la ola de devastación se desató ante la enésima agresión sufrida por un inmigrante africano de parte de italianos. Esto desató una violenta revuelta de inmigrantes -que solían trabajar como recolectores de cítricos en condiciones de semiesclavitud-. Los incidentes desembocaron en un brote xenófobo de parte de la población local, que terminó expulsando a todos los negros de la localidad.

EUROPA SE ENDURECE

• Francia: con más de 300.000 indocumentados, el gobierno de Sarkozy analizará en marzo próximo un proyecto que establecería "zonas de espera" donde la policía puede retener a los ilegales mientras se decide qué hacer con ellos. La norma también castigará a las empresas que empleen a trabajadores irregulares con una clausura de hasta seis meses.

• Italia: el gobierno italiano activó un nuevo sistema de "permiso de residencia por puntos" para los inmigrantes, que deberán someterse a cuatro exámenes del idioma y la cultura de Italia, por los que podrán ser expulsados si no obtienen los 30 puntos requeridos.

• España: principal puerta de entrada de los inmigrantes africanos clandestinos a Europa, España aplica un sistema de vigilancia de detección de inmigrantes y una política de repatriación sistemática hacia los países de origen.

• Holanda: el gobierno aplicaría normas estrictas para la inmigración de parejas extranjeras de ciudadanos holandeses. Entre las medidas figura una prueba de integración más severa-que debe realizarse en el extranjero-y un examen oral con un grado de dificultad mayor al actual.