Socialismo sin energía
Dos semanas atrás, el comandante presidente de la República Bolivariana Socialista de Venezuela, debió pedir socorro a Cuba que inmediatamente envió sus técnicos en el tema de ahorro de energía. Hugo Chávez explicó en sus múltiples programas de radio y televisión que pasaban por ese momento de crisis ya que el país depende principalmente de las generadoras hidroeléctricas que, ante el periodo de extrema sequía que están pasando, no producen la cantidad necesaria.
¿Qué significa esta declaración de “emergencia eléctrica” en todo el país mediante decreto firmado por la reencarnación de Bolívar? Pues que los hogares deberán disminuir su consumo por lo menos en un diez por ciento. Quien así no lo hiciere tendrá que abonar un ¡75%! más sobre lo que paga normalmente: es decir, unos 33 euros (alrededor de 227.000 guaraníes). El porcentaje de castigo aumentará la factura unos 170.000 guaraníes más con lo que la cuenta mensual de luz se iría a las nubes. Chávez no es manco a la hora de establecer castigos. Si una familia aumenta su consumo en un veinte por ciento, la multa será del 200% más.
Para tranquilidad de todos los venezolanos y no desesperen en este momento de crisis, el decreto de emergencia es de carácter excepcional y solamente se aplicará por sesenta días. Al término de estos dos meses, pues ya se verá lo que pasa. Por el momento, las diferentes medidas a las que echó mano el gobierno no solo no dieron resultado, sino que generaron un caos incontrolable. Por ejemplo, la idea de cortar el suministro eléctrico a la ciudad de Caracas durante cuatro horas diarias, desembocó en un caos predecible, ya que al dejar de funcionar todos los semáforos, el tráfico colapsó en medio de la protesta generalizada de conductores y peatones.
Cuando llegaron los expertos cubanos en ahorro de energía, Chávez los saludó diciendo que “está con nosotros al frente de esa comisión uno de los héroes de la revolución cubana, el comandante Ramiro Valdez” atribuyéndoles a los cubanos un gran conocimiento en la materia, ya que “ellos han tenido este problema muy grave en otras épocas”. Las “otras épocas” son los últimos cincuenta años de revolución pues, según se sepa, en la isla se sigue con los cortes a veces de hasta ocho horas.
Es evidente que los “revolucionarios socialistas del siglo XXI” son muy buenos oradores (Chávez habla todos los domingos ocho horas por televisión, Fidel hacía discursos de hasta seis horas y los otros “compañeros” no se quedan atrás. Buenos oradores pero muy malos organizadores ya que en nombre de la sacrosanta revolución han sido incapaces de solucionar los problemas básicos porque dedican todo su tiempo a discutir la ideología y preparar largos discursos contra el imperialismo.
Por suerte en Paraguay, si bien padecemos del mismo problema de escasez de energía, no por falta de producción, sino por ausencia total de previsión, tenemos un director de la ANDE que al asumir su cargo se declaró “cordillerano y devoto de la Virgen de Caacupé”.
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