Los Casandra pitagóricos
No obstante que en general discrepo con las teorías del premio Nobel de Economía, el Sr. Paul Krugman, no puedo estar más de acuerdo con su juicio acerca de los economistas. Tal como fuera citado por The Economist Krugman dijo: “Los aportes de los economistas en los últimos treinta años, en el mejor de los casos han sido inútiles y en el peor destructivos”. Desde mi punto de vista, sólo la pitagorización de la economía con pretensiones de Casandra puede explicar y o justificar que se pueda comparar siquiera la crisis del 29, con la crisis actual. Particularmente en el caso de la economía americana.
En la crisis de la década del treinta el PBI de Estados Unidos cayó un 33%, el desempleo alcanzó al 25% y el comercio internacional se redujo en un 50%. Como consecuencia de la negativa del Federal Reserve de Washington de actuar como prestamista de última instancia, entre el 29 y el 33 de 25,000 bancos, quebraron 10,000. Consecuentemente la cantidad de moneda en el sistema bancario cayó un 33%.” Al respecto escribió Kindleberger: “Yo llegué a la conclusión de que la crisis del 29 fue tan amplia, tan profunda y tan prolongada porque no hubo un prestamista de última instancia”.
Según las últimas estimaciones, la economía americana durante el 2009 habría caído tan solo un 2,4%. Durante el cuarto trimestre del año creció a la tasa inusitada del 5,7% anualizada, por lo que podríamos estimar que la caída habría sido menor. En un artículo reciente de The Economist se señala que ese crecimiento se habría debido a que las firmas estaban reconstruyendo sus inventarios (SIC). En otras palabras se pretende interpretar que ese crecimiento sería coyuntural y que en consecuencia no debe esperarse que continúe durante el 2010.
Mi criterio al respecto es contrario al de The Economist, y creo que es evidente que la economía americana se está recuperando, y se estima que crecerá un 3% en el 2010. La recomposición de los inventarios implica una inversión que necesariamente aumenta el ingreso y por tanto es de esperarse una mayor demanda. Así también se habría producido una merma en el nivel de desempleo por más que todavía se encuentre en niveles que duplican el promedio de la economía americana. Tampoco es de tomarse en cuenta la evolución de los mercados de capitales cuya evolución es puramente especulativa.
Por supuesto que al igual que durante la crisis del 29, la izquierda prevé que la crisis significa el fin del capitalismo. Así se sostiene erróneamente que la causa de la misma fue la desregulación, y por supuesto el “greed” (avaricia) de los banqueros. Como bien señala Minsky el origen de toda crisis es lo que denomina un “displacement” (desplazamiento) que significa “un evento externo que cambia el horizonte, las espectativas, las oportunidades de ganancias y los comportamientos” (SIC)
Es evidente que ese desplazamiento fue producido por la demagogia de Carter de promulgar la “Community and Reinvestment act” por la cual se dispuso que todo americano tenía el derecho a tener una casa propia. Así fueron creadas Fannie May y Freddy Mac a las cuales finalmente se les obligó a otorgar un 28% de sus créditos hipotecarios a individuos que tuvieran un ingreso por debajo del 60% del promedio de la zona. Como bien señala igualmente Minsky: “especulación pura es comprar para revender y no para usarlos en el caso de los bienes, y de comprar para revender y no por un ingreso, en el caso de los activos financieros”.
En el caso que nos ocupa se produjeron las dos clases de especulación, pues se compraban inmuebles y se revendían las hipotecas “subprime”. A esa especulación contribuyó también la reducción de la tasa de interés, que se puede estimar era negativa en términos reales. Naturalmente se produjo la burbuja que resulta de las operaciones del sistema financiero a la que se unió como era de esperarse la acción de los “swindlers” (estafadores), que no fueron los banqueros..
Afortunadamente en esta oportunidad no se cometió el mismo error que en la crisis del 29, y por más que los monetaristas hayan estado en desacuerdo se hizo el salvataje de los bancos y al respecto se dispuso la creación de US$ 700 mil millones. O sea se aceptó la recomendación del propio Friedman, que en su obra “Free to Choose” escribió: “Otra forma de detener el pánico es capacitar a los bancos sanos a convertir sus activos rápidamente en efectivo, no a expensas de otros bancos sino a través de la disponibilidad de efectivo adicional de una impresión de moneda de emergencia”.
De conformidad con mis estimaciones respecto al gasto público general de Estados Unidos basadas en la información del FMI, y las estimaciones de The Economist, mostrarían que en el año 2009 habría alcanzado a un 45% del PBI. Sería la primera vez en la historia que el gasto de Estados Unidos se acerca al de la Unión Europea. Se estima asimismo que el déficit presupuestario habría sido en ese año de US$ 1.440 billones, o sea un 9,9% del PBI.
Ahora bien entre el año 1999 y el 2008 la oferta monetaria (Dinero más Quasi dinero) en Estados Unidos creció a la tasa del 9,1% anual, como consecuencia del multiplicador bancario. En el año 2007 creció US$ 1,2 billones y en el 2008 US$ 944.mil millones. No obstante ese incremento en la oferta monetaria la inflación en Estados unidos medida por el índice de precios al consumidor en el período considerado fluctuó alrededor del 3,8% por año. En virtud de las anteriores consideraciones me atrevería proponer que se monetizara una gran parte del déficit fiscal, para sustituir la ausencia del incremento monetario como consecuencia de la práctica desaparición del crédito bancario en el año 2009. Esa creación de moneda, siguiendo las recomendaciones de Friedman no tendría un efecto inflacionario dada la caída en la demanda producto de la crisis.
Por otra parte considero una falacia el pretender hacer predicciones respecto a la deuda de Estados Unidos en el año 2030. En un artículo reciente publicado en “Foreign Affaire” el economista C. Fred Bergsten, hace augurios apocalípticos de la economía americana a partir de la evolución de la deuda. Según el destacado economista en el año 2030 el déficit de cuenta corriente de Estados Unidos pasaría del 6% al 15% del PIB y la deuda neta de US$ 4,5 billones a US$ 50 billones. Conforme a tales augurios habría que mudarse a Marte. Pero ya el año pasado el déficit de cuenta corriente se habría reducido a prácticamente la mitad. Por tanto soy optimista en la medida que el Sr. Obama pretenda salvar al sistema americano y no sustituirlo por el europeo, como lo propone Krugman.
Un caso diferente es la situación de la Unión Europea, cuya crisis no es coyuntural sino estructural. Estructura que surge del supuesto llamado sistema de bienestar que está causando cada vez más malestar, por más que ahora le quieran echar la culpa a la transfiguración de Aristóteles en Papandreu en Grecia. Pero la creciente crisis europea, no se agota en Grecia, España, Portugal e Irlanda sino que se extiende a toda la amante de Zeus.en función del efecto desequilibrante del Euro. Permítanme decir que la crisis europea aparece ante mis ojos como una simbiosis de Melpómene la musa de la tragedia y Thalia la musa de la comedia. Pero este fenómeno tragicómico lo dejo para la próxima, y me limito a contradecir a Casandra.
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