Cuba: Ya asesinaron a Orlando Zapata Tamayo (I)

Panamá América

“Ya asesinaron a Orlando Zapata Tamayo, ya acabaron con él. La muerte de mi hijo ha sido un asesinato premeditado”, declaró Reina Tamayo. Denunció las golpizas y torturas que recibió Zapata en las cárceles de Fidel Castro.

Le solicito al lector que vea estos videos:

El régimen militar impuso el estado de sitio al funeral de Zapata. Restringió la entrada a Banes, pequeño municipio de 35 mil habitantes. Intentó que el entierro se realizara de inmediato, pero los familiares se opusieron valientemente.

Desde 2004, Amnistía Internacional consideró a Zapata como preso de conciencia. Hace unos meses, Amnistía Internacional instó a Raúl Castro a que pusiese en libertad a cincuenta y cinco presos de conciencia. Un preso de conciencia es cualquier persona encarcelada por su credo político, religioso, color de la piel u orientación sexual, mientras no haya defendido o practicado la violencia. Existe una gran diferencia entre un preso político y un preso de conciencia. Fidel Castro fue un preso político, ya que organizó, dirigió y participó en el asalto al cuartel Moncada, donde murieron unas cien personas. Fidel nunca hubiera podido ser clasificado como un preso de conciencia, por su culto a la violencia.

Tras fracasar el asalto, Fidel logró esconderse. Sólo cuando monseñor Enrique Pérez Serantes, arzobispo de Santiago de Cuba, le garantizó el respeto a su integridad física fue que Fidel se entregó. Juzgado y condenado a quince años de prisión, Fidel entró al Presidio Modelo el 17/10/1953. Él y sus compañeros asaltantes fueron alojados en la enfermería; podían cocinar y todos los días tenían derecho al patio.

En sus cartas, Fidel dice: “Me estoy dando ya dos baños al día ‘obligado’ por el calor”. “Hace poco preparé un bistec con jalea de guayaba”. “Cuando cojo el sol por la mañana en short y siento el aire de mar, me parece que estoy en una playa”.

Zapata fue sometido a palizas, torturas y celdas de castigo. Hizo varias huelgas de hambre reivindicando su condición de preso de conciencia reconocido por Amnistía Internacional, exigiendo no vestir el uniforme de preso común y que se le respetase su integridad física.

La mayoría de los políticos derechistas y seudo izquierdistas latinoamericanos se unen en la mentira o el silencio cómplice. Un ejemplo de ello lo tuvimos en la Cumbre de la Unidad de América Latina y el Caribe, realizada el mismo día en que falleció Zapata; ni uno solo de los mandatarios expresó algún tipo de preocupación por la violación sistemática de los derechos humanos del pueblo cubano. Continúa el peregrinaje a La Habana de estos políticos, para rendirle pleitesías a Fidel. El último fue el presidente Lula, que ha “sido un verdadero cómplice de la violación de los derechos humanos en Cuba”, según Oswaldo Payá, premio Sájarov del Parlamento Europeo.

Como expresa la Dra. Brittmarie Janson Pérez: Fidel Castro “perjudicó gravemente al pueblo panameño. Apoyó a Noriega sabiendo muy bien que era un dictador al estilo de Papa Doc Duvalier: corrupto y cruel. Además, Castro traicionó la ideología marxista porque sabía que Noriega reprimía a la clase trabajadora debido a que la mayoría, aunque ardientemente nacionalista, se oponía al dictador”.

Le solicito a la comunidad panameña que condene el último homicidio por omisión de Fidel Castro y se solidarice con los presos de conciencia. Continúa.