Terremotos y terremotos, países y países
Tuve el placer de vivir dos años en Japón, quizás el país con mayor actividad sísmica en el planeta entero. Unos días después de llegar a Tokio, en septiembre de 2007, comencé a experimentar lo que son temblores frecuentes, por lo menos una vez por mes. La primera vez me asusté tanto que iba a saltar por una ventana del edificio donde estaba cuando comenzó a moverse de un lado para otro. Afortunadamente, mis vecinos japoneses me dijeron que estuviera tranquilo pues ese terremoto no era grande para Japón y que el edificio estaba bien construido para soportar movimientos sísmicos mayores.
El 12 de mayo de 2008 ocurrió un terrible terremoto de 7,9 grados en Sichuan, China, donde murieron cerca de 70.000 personas. Pocos días después, el 14 de junio de 2008, se produjo otro terremoto de 7,2 grados en Iwate, Japón, donde sólo murieron 12 personas a pesar de ocurrir en un país con una elevada densidad demográfica (y no muy lejos del gran Tokio, la metrópolis más grande del mundo, con más de 30 millones de habitantes y numerosos rascacielos). Las consecuencias de ambos terremotos fueron muy diferentes, aunque los dos temblores eran en principio comparables. Centenares de edificios cayeron en China, principalmente aquellos del Gobierno. Muchas escuelas públicas colapsaron, mientras las escuelas privadas (donde curiosamente los políticos locales mandaban a sus hijos) aguantaron. Por otro lado, en Japón no colapsaron los rascacielos y las pérdidas humanas y materiales fueron mínimas.
Experiencias similares se repiten ahora en Latinoamérica. El 12 de enero de 2010 se produjo en Haití un terremoto de 7,0 grados que ha resultado en cerca de 250.000 muertos. A pesar de haber pocos y pequeños edificios en Puerto Príncipe, casi todos colapsaron y muchísima gente murió en la capital haitiana. Por otro lado, el 27 de febrero de 2010 ocurrió un terremoto en Chile de 8,8 grados, el octavo terremoto de mayor magnitud registrado en toda la historia humana. El terremoto se centró entre la capital (Santiago) y la segunda ciudad chilena (Concepción), ambas urbes con muchos y elevados edificios que afortunadamente aguantaron, pero sólo 279 personas fallecieron debido al enorme temblor.
Japón y Chile han demostrado estar preparados para terremotos, mientras que China y Haití están muy atrasadas todavía. La razón principal es que en Japón y Chile los derechos de propiedad están claramente definidos y los gobiernos son poco corruptos. Lamentablemente, en China y Haití los derechos de propiedad no están bien definidos y los gobiernos son muy corruptos. Los chinos y los haitianos no fueron víctimas sólo de los terremotos, sino de sus gobiernos corruptos que no garantizan los derechos de propiedad.
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