¿Por qué no te callas, otra vez?

El Universal

El asunto de la cooperación ETA-FARC puede abordarse al menos desde dos puntos de vista cuya evaluación es igualmente lamentable. Lo primero que podemos decir es lo sospechoso del hecho de que una actuación del Poder Judicial español tenga que ser percibida como un "casus belli" y una interferencia en los asuntos internos de Venezuela. La reacción es tan insólita que sugiere que se pudo haber pisado algún callo.

Sin duda priva en la mente de Júpiter su propia percepción acerca de lo que es la relación entre el Poder Ejecutivo y los demás Poderes del Estado en una sociedad democrática sea esta republicana o monárquica. El Comandante practica sin rubor alguno la sumisión de todas las instituciones a su omnímoda voluntad y por tal razón no puede concebir que en España y en otros lugares la cosa sea diferente. Siendo esa la concepción del Todopoderoso tropical no extraña que también lo sea de sus acólitos cuya inflexibilidad mental solo les permite concebir alternativas entre socialismo o muerte.

Lo mismo ocurrió hace apenas un par de semanas cuando el locuaz sabanetero se dirigió a Isabel II con la frase " tú& reina de Inglaterra&" solicitando de aquella monarca constitucional renunciar las reclamaciones que pueda tener Gran Bretaña sobre las islas Malvinas y aguas adyacentes a favor de Argentina. Por más que la causa y la intención puedan tener valía, es lamentable el irrespeto, irreverencia y la más descalificada falta de educación hacia una venerable anciana que -con todas sus joyas y sombreros ridículos- es apenas la Jefa del Estado de una monarquía constitucional donde el poder político yace en manos del Primer Ministro y el Parlamento electo popularmente.

La segunda manera de abordar el caso ETA-FARC es la comprobación -nada insólita ya- de lo inaceptablemente pragmática que se ha vuelto la política exterior del gobierno de Zapatero que, con tal de proteger intereses españoles en el exterior, es capaz de inclinar la cerviz ante un caudillo tropical con chequera.

Muy lamentable ha sido comprobar el "jala y afloja" del actual Gobierno español que arrancó solicitando "explicaciones" a Venezuela sobre la supuesta complicidad con el terrorismo para luego transarse con "informaciones" y finalmente con un escueto comunicado conjunto en el que ¡solo faltó que ellos pidieran perdón! La verdad es que la repetida y obsecuente intervención del canciller español Moratinos dio pena y hasta asco.

Entendemos, naturalmente, que el Gobierno español ni es ni tiene por qué ser garante, custodio ni albacea de la democracia venezolana pero tampoco esperábamos tamaña sinvergüenzura.

Y por si aún fuese poco, el inefable canciller Maduro se despachó con una sarta de improperios contra "la mafia de Aznar y la extrema derecha española" que al menos tuvo la virtud de provocar la reacción de Zapatero en defensa de su antecesor, igual que el noviembre de 2007 en Santiago de Chile cuando la incontinencia verbal del fundador y vocero del tal "socialismo del siglo XXI" requirió ser contenido por aquel histórico "por qué no te callas&" proferido por Don Juan Carlos. ¿Hará falta otro?