Orgullosa Mary
La sonrisa fue inevitable. Y la razón es que ciertas expresiones, ingeniosamente amplificadas por el humorismo político, terminan adquiriendo vida propia cuando retumban en los oídos de quienes somos oriundos de determinadas latitudes.
En efecto, escuchar (en verdad, leer) que alguien utilizó recientemente como alegato de defensa una supuesta "campaña de desprestigio" en su contra, trajo a mi memoria el discurso de varios ex presidentes argentinos. Nada cambiaba que quien la pronunciase en este caso tuviese acento salvadoreño. La expresión era la misma.
Quizás, al igual que sus colegas del sur, el cuscatleco creyó que de tal forma lograría defenderse de las sospechas señaladas por la columnista Mary O`Grady, cuyo profundo conocimiento de la región latinoamericana queda siempre reflejado en los implacables y precisos artículos que semanalmente publica en el Wall Street Journal.
Compartida o no, la posición ideológica de ese periódico es clara. Las convicciones de la columnista lo son aún más. Ambos, periódico y columnista, habitualmente severos críticos de los desvaríos populistas de cierta izquierda latinoamericana, esta vez habían enfocado sus cañones a las presuntas inclinaciones cleptómanas de cierta derecha vernácula.
Se trata de inclinaciones que, mientras no se demuestren, sólo serán presuntas como realidades. Pero que desde hace tiempo son reales como percepciones. Que es lo que cuenta en materia de transparencia, de facilidad para hacer negocios, y de otros indicadores del atractivo de un país para los inversionistas. Quienes, precisamente, son los que generan empleos y riqueza. Nada menos.
¿Hizo daño O´Grady? El mensajero no puede hacer daño real: de ser falsas las sospechas apuntadas, la forma de disiparlas sería con una auditoría internacional, como la misma O´Grady sugiere. Nunca servirá un formal, pero carente de credibilidad ante el mundo, dictamen de la politizada corte de cuentas local. Eso no mejora la percepción.
Menos aún contribuye el hecho de agitar etéreos fantasmas de misteriosos "personajes vinculados a grandes intereses económicos", muy poco creíbles en este caso: quien los denuncia fue presidente de la ANEP. Hablando de acentos, a este discurso uno lo imaginaría por estos días con tono venezolano. Eso empeora la percepción.
Muchos de los graves problemas que actualmente afectan en El Salvador a familias, empresas y finanzas públicas, lejos de tener su raíz en aspectos estrictamente económicos, se originan en la falta de confianza motivada por factores extra-económicos.
La percepción de corrupción es uno de ellos. No es un tema de izquierdas o de derechas: las ideologías no garantizan honestidad. Tampoco deshonestidad.
Se suman, por supuesto, la inestabilidad política, la inseguridad ciudadana, y la debilidad jurídica, agravando la situación. Nuevamente, estos factores son realmente extra-económicos.
Quizás el principal factor pendiente de naturaleza estrictamente económica, por cierto importante, sea la incertidumbre sobre el demorado plan quinquenal. Que no servirá de mucho si no se resuelven antes los temas extra-económicos.
Y mientras en las sesiones dedicadas a evaluar penas a menores infractores los legisladores hacían alarde de sus conocimientos literarios, citando al Flautista de Hamelín (para tratarse mutuamente como ratas), en la tapa de los periódicos aparecía una foto surrealista: un asesino, aparentemente menor de edad, en plena faena. Ojalá no lo nombren hijo meritísimo.
Finalmente, una muestra de que los problemas no radican en lo estrictamente económico ni en la falta de financiamiento disponible (leyó bien), puede verse al analizar el coeficiente de liquidez del sistema bancario salvadoreño, superior al 40%, valor que excede ampliamente lo habitual.
En efecto, dinero para proyectos y negocios no falta: la reducción de la actividad económica produjo una contracción de la demanda del crédito, que pasó de 8,776 millones de dólares en 2008 a 8,257 millones de dólares en 2009. Hay oferta disponible, por ello tanta liquidez. Pero mientras siga fallando el clima de negocios las inversiones no tendrán factibilidad. Ni obtendrán financiamiento.
Mary puede estar orgullosa de su artículo. Izquierdas y derechas criollas, por el contrario, debieran reflexionar sobre él. Para no seguir dando vergüenza.
Hasta la próxima.
El autor es Ingeniero, Máster en Economía (ESEADE, Buenos Aires) y columnista de El Diario de Hoy.
- 28 de diciembre, 2009
- 26 de enero, 2014
- 23 de junio, 2013
- 27 de noviembre, 2024
Artículo de blog relacionados
BBC Mundo Colombia y Estados Unidos firmaron este miércoles un tratado de libre...
23 de noviembre, 2006The Wall Street Journal CARACAS—El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, está acumulando millas...
12 de enero, 2015- 23 de junio, 2012
ABC El primer ministro ruso, Vladímir Putin, ha mostrado sus sospechas de que...
28 de agosto, 2008