¿Qué es un mercado emergente?
Érase una vez un mundo (feliz) en el cual los mercados emergentes se diferenciaban fácilmente de los desarrollados. Pero este mundo se está desvaneciendo ante nuestros ojos (atónitos).
Por un lado estamos contemplando el auge creciente de economías, hasta hace poco, consideradas como periféricas. Por otro lado estamos viendo, de Islandia hasta Grecia, cómo los altos riesgos de países, antes de ayer exclusividad de los emergentes, se están haciendo hueco en el corazón de los países europeos, después de haber presenciado un colapso sin igual en la primera economía del primer mundo (Estados Unidos).
Los mercados emergentes están dejando de ser países exóticos, remotos, de alto riesgo y alta volatilidad. Obviamente existen situaciones muy contrastadas. En una misma región emergente como Europa del Este, por ejemplo, nos encontramos hoy con economías como Polonia y Rusia con diferenciales de crecimiento, en 2009, de casi 10 puntos: mientras Rusia ha sufrido una contracción cercana al 9% en su PIB, Polonia seguía creciendo a casi 1%. En América Latina también hay contrastes: México sufriendo un desplome histórico de su PIB, mientras Brasil apenas rozaba el cero crecimiento en 2009. Incluso algunos países se han dado el lujo de poder ostentar tasas de crecimiento positivas cuando casi todos los países OCDE sufrían contracciones. Así Perú, pero también India, Indonesia o China han mostrado crecimientos positivos e incluso muy positivos en 2009.
Hoy los países emergentes están de nuevo mostrando ser las grandes reservas de crecimiento a nivel mundial. Es el caso de los que pueden apoyarse sobre amplios mercados internos como Brasil, India o China, pero también Egipto, Vietnam o Indonesia.
Más llamativo todavía es el hecho de que los ciclos políticos en muchos de estos países no hayan alterado las economías. En 2009, India e Indonesia presenciaron elecciones que incluso han impulsado los mercados financieros. A principios de 2010, las elecciones en Chile también corroboraron cuánto este país ha recorrido camino a la largo de las últimas décadas. La transición y la alternancia son un ejemplo para muchas democracias desarrolladas, con equipos salientes organizando de manera ordenada el paso de mando a los entrantes.
La paradoja es que también somos testigos de hechos insólitos en los países OCDE. Esta categorización es, de hecho, cuestionable: muchos países OCDE son en realidad también economías emergentes: México, Corea del Sur y ahora Chile se han ganado a pulso su admisión en este selecto club, del cual forman también parte economías como Polonia o Turquía. Pero lo que llama la atención es cómo en el corazón de Europa y de los países OCDE emergen situaciones que pensábamos sólo posibles en países emergentes.
Los déficits fiscales desbocados ya no son sinónimos de estos mercados (muchos de ellos han mostrado comportamientos ejemplares). Se ha acusado a Argentina de maquillar sus estadísticas nacionales, pero este maquillaje se dio también en Grecia, un país europeo de la OCDE y miembro de la Unión Europea. En octubre de 2009, justo después de ganar las elecciones, el nuevo gobierno griego descubrió que el déficit fiscal, lejos de alcanzar el 5% del PIB, como se estimaba, estaba en realidad rondando el 12,7%. De repente los mercados financieros se pusieron nerviosos y los diferenciales de las primas de riesgos entre Grecia y Alemania se dispararon.
Como consecuencia, los mercados iniciaron una especulación inimaginable hace apenas dos años sobre las posibilidades de un default griego. Estas anticipaciones son exageradas, aunque, como lo recuerdan Carmen Reinhart y Kenneth en su último libro. This time is different, a lo largo de los dos últimos siglos Grecia pasó casi la mitad del tiempo en default. Es una situación inédita en la cual los analistas empiezan a comparar las historias de Argentina y Grecia. Algo difícil de imaginar para los europeos era vislumbrar la entrada del FMI en un país de la zona euro. En 2009 este tabú se acabó con las operaciones del FMI en Europa, Hungría y Rumania. Aún queda otro tabú: el rescate de un país europeo de la zona euro.
El alto riesgo también está en Islandia y en el inédito colapso de su economía. A principios de 2010 el presidente del país sometió a referendo la decisión de pagar o no una deuda privada de un banco quebrado. Otro ejemplo de que las categorías tradicionales han dejado de ser pertinentes.
La crisis de estos últimos años, originada en el corazón de los países OCDE, está acelerando la transición hacia un mundo donde el protagonismo de los mercados emergentes es mayor, como lo fue en la primera década de este siglo. Un mundo donde también surgen nuevos riesgos (y oportunidades) que la lectura dicotómica de países OCDE–países emergentes no agota: se trata de un mundo más complejo que debemos afrontar con más humildad cognitiva.
Javier Santiso es director y economista Jefe, Centro de Desarrollo de la OCDE y Chair del OECD Emerging Markets Network (EmNet).
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