¿Es Estados Unidos el nuevo enemigo de Israel?
“Enemigo – persona que siente odio por, alienta intenciones dañinas contra, o se dedica a actividades antagonistas contra otra; un adversario u opositor.” Dictionary.com
A pesar de la reciente promesa del Vicepresidente Joe Biden de firme fidelidad hacia Israel hecha durante su reciente visita allí, la retórica y la presión de la Administración Obama en contra de la única democracia funcional en el Medio Oriente se parece a la conducta de un enemigo. Cada vez más en esta administración – aunque también estuvo presente en administraciones republicanas – la política de los EE.UU. hacia Israel está llena de “intenciones dañinas” y “actividades antagonistas”. Las intenciones puede que no sean deliberadas, pero el resultado llevaría al mismo dañino fin.
El último pretexto para ponerle más presión a Israel para hacer más en “busca de la paz” viene de una decisión del Ministro del Interior de Israel de construir 1,600 nuevas casas en el vecindario Ramat Shlomo en el este de Jerusalén, que está situado en “territorio disputado”. Para los palestinos y sus vecinos árabes y musulmanes, especialmente Irán y Siria, todo Israel es “territorio disputado”. Es difícil comprender por qué el Departamento de Estado de los EE.UU. cree que no construir unas cuantas casas más va a disuadir a los enemigos de Israel para que quieran menos de lo que quieren ahora.
El fracaso de esta fórmula ha sido evidente por décadas, pero la política estadounidense continúa usándola, siempre con los mismos resultados. Cuando las concesiones de Israel han sido unilaterales – más recientemente cuando abandonó la franja de Gaza, que como era de esperarse dio lugar a ataques desde ese territorio – o cuando ha negociado tratos que los palestinos nunca han cumplido, Israel siempre acaba siendo perjudicado. Entonces, los Estados Unidos, las Naciones Unidas, Europa y Rusia exigen que dé más y más para que continúen haciéndole daño.
Un titular del diario Washington Post ilustra la relación en deterioro entre las dos naciones, “EE.UU. Empuja a Netanyahu a Aceptar 3 Exigencias”. No hay una exigencia similar para que los palestinos y especialmente Hamas, que ha dicho que lo único que aceptará será la erradicación de Israel, acepten algo, ni siquiera la mínima aceptación del derecho de Israel a existir. Mientras tanto, Hamas les ha pedido a los palestinos que lancen una tercera “intifada”.
Después de pedirle excusas a la Secretaria de Estado Hillary Clinton por la “ofensa” del anuncio sobre las viviendas durante la visita de Biden, Natanyahu le recordó al Parlamento israelí que Israel ha estado construyendo en el este de Jerusalén desde hace cuatro décadas. Dijo, “La construcción de esos vecindarios judíos no dañan en ninguna forma a los árabes en Jerusalén este y no se hace a costa de ellos”.
Esto no importa cuando se usa la fórmula equivocada. En esta confusión de ideas, cualquier cosa que Israel haga no está justificada si el lado palestino-árabe-musulmán está inconforme. ¿Qué parte de la palabra aniquilación es lo que el Departamento de Estado no comprende? Lo que el Departamento de Estado no comprende es que el “conflicto Israel-Palestina” como erróneamente se le llama, es parte de una guerra religiosa mundial contra todo lo que sea judío, cristiano, secular, moderno y occidental.
Hacer exigencias sólo a una de las partes antes de que comiencen negociaciones serias, especialmente en temas sobre Jerusalén, los llamados “refugiados” y las fronteras, en efecto presiona a Israel a hacer concesiones en los tres temas, algo que dañaría seriamente sus posibilidades de continuar existiendo.
¿Por qué no hacerle primero estas exigencias al lado palestino-árabe-musulmán: (1) Una promesa de no más guerra con Israel, o terrorismo; 2) Una declaración de parte de un poderoso clérigo islámico de que su Dios ya no requiere que ellos maten a aquéllos que no piensen como ellos; y 3) dejar de enseñar en libros de texto palestinos y en sus medios de información que los judíos crearon el SIDA y que descienden de monos y puercos?
Después que se cumplan estas tres exigencias, el Departamento de Estado podrá comenzar a hacerle exigencias a Israel. Nunca antes. Algo menos que esto pone a los Estados Unidos en el lado equivocado. ¿O es que el Departamento de Estado no se ha dado cuenta que Israel y los EE.UU. tienen los mismos enemigos?
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