Bolivia y su «populismo penal»: Ojo por ojo, miedo por miedo
La Paz. - Cuatro ex mandatarios bolivianos serán procesados. ¿Por qué? Ninguno de ellos representa un verdadero peligro político para el gobierno. El ex presidente Eduardo Rodríguez no actúa en política; Carlos Mesa no participó en ninguna justa electoral desde que dejó el cargo; Jorge Quiroga y Víctor Hugo Cárdenas no tienen partidos y es improbable que los puedan formar en el futuro. Todos ellos son figuras locales destacadas, como es lógico, pero no los caudillos ascendentes de los que Maquiavelo recomendaba cuidarse.
Al contrario, el procesamiento colectivo de estos personajes seguramente atraerá sobre Bolivia, como ya lo está haciendo, la atención de los organismos internacionales de derechos humanos y fortalecerá las críticas que los gobiernos "fans" de Evo Morales, tanto en Europa como en el vecindario, reciben de parte de sus opositores de derecha. ¿Para qué comprarse este pleito, entonces?
La respuesta oficial: hay que hacerlo porque el gobierno ha declarado la guerra a la corrupción. El presidente Morales ya calificó a los acusados de "delincuentes", lo que no sólo implica un prejuzgamiento y pone en duda que vaya a haber un debido proceso; también expresa la visión del gobernante sobre las supuestas faltas de sus antiguos colegas.
Sin embargo, los cargos contra ellos no son de corrupción; a los cuatro se los acusa por decisiones que tomaron en el ejercicio de sus funciones, que el credo actual considera lesivas a la soberanía del Estado por estar relacionadas con la privatización de la industria petrolera y la cooperación militar entre Bolivia y Estados Unidos. Las denuncias vienen envueltas en abundante papel crepé leguleyo, claro está, pero aún así denuncian un fondo ideológico y político.
Por tanto, el procesamiento de los ex mandatarios satisfará una necesidad simbólica: echar a los leones a los representantes más conspicuos (es decir, los que quedan) del modelo social que Morales está derribando hasta los cimientos promete dar suficiente circo nacionalista como para que las tribunas olviden que, mientras tanto, el gobierno ha desistido o está seriamente atorado en la realización de las medidas nacionalizadoras que prometió tomar en estos meses.
En efecto, la expropiación de las generadoras de electricidad, los ferrocarriles y los aeropuertos parece haber quedado archivada por motivos de realpolitik. ¿Con qué llenar el vacío que esta ausencia dejará? Volvamos a Maquiavelo: aunque no siempre sea necesario ser algo (en este caso, estatista), es imprescindible parecerlo.
Pero esta explicación, si se quiere "racional", no resuelve del todo el enigma. Igual que en la película de Ridley Scott, poner a estos cuatro gladiadores en la arena sólo para distraer al pueblo no carece de riesgos para el César. Pensándolo mejor, podría sustituirse por una buena matanza de cristianos de segunda fila, digamos, o por la estruendosa salida de unos cuantos aurigas antiimperialistas.
Y entonces aquí hay que considerar otro poderoso factor: el humor del "emperador". El no sólo indiscutido, sino también indiscutible caudillo del MAS y del Estado boliviano, Evo Morales, participa de la sed de cárcel que también siente el pueblo y que lleva a tantas personas, que seguramente son decentes y buenas en general, a llorar de placer cuando el vicepresidente Álvaro García Linera promete en los mítines que "cortará las manos de los ladrones" de las arcas públicas. En Estados Unidos llaman a este sentimiento "populismo penal": el deseo morboso (y lujurioso) de ver a todos los que un día se envidió o temió entre rejas. Una serie de oscuras necesidades psicológicas se sacian con eso.
Pues bien, en "populismo penal", como en casi todo, Evo es el primero y el más típico de los bolivianos. Cada vez que habla del juicio a los ex dignatarios, recuerda, con candor, que casi todos ellos un día lo trataron de perjudicar y lo persiguieron. De una u otra manera, estos políticos le hicieron sentir miedo e incomodidad, lo acorralaron. Y entonces no va a perdonarlos, no importa el precio que le cueste su revancha.
- 12 de enero, 2025
- 14 de septiembre, 2015
- 16 de junio, 2012
- 8 de junio, 2012
Artículo de blog relacionados
BBC Mundo La Corte Internacional de Justicia de la Haya concedió a Honduras...
8 de octubre, 2007Editorial – ABC El Gobierno socialista se equivoca al pretender ignorar la...
5 de marzo, 2010Por Colin P.A. Jones El Instituto independiente Las sociedades conyugales podrían diseñarse a...
2 de diciembre, 2023Por Marcos Carrillo El Universal No puede sino causar un inmenso estupor la...
11 de mayo, 2012