Los ‘ninjas’ se apoderan de Silicon Valley
El antiguo trabajo de Nicole Sullivan consistía en promocionar lo último en tecnología, así que su currículum la describía como una "evangelista". Pero cuando montó su propia empresa, necesitaba enfatizar otra clase de destrezas. Ahora, le gusta que la conozcan como una "ninja".
Sullivan no es una experta en artes marciales japonesas. Es una programadora informática de 32 años que vive en San Francisco y que aplica la maestría precisa de los guerreros feudales japoneses a la hora de escribir software.
En el folclore japonés, los ninjas eran guerreros entrenados para el espionaje, que viajaban de incógnito y que a menudo recurrían a técnicas de lucha sigilosas. Hoy en día, ser un ninja es el nuevo trabajo de moda, con aspiraciones de convertirse en el "gurú" del nuevo siglo.
En 2009, el crecimiento de "ninja" como un término para describir una especialidad laboral superó el de otros títulos vanguardistas, según LinkedIn Corp., un sitio web que facilita la creación de contactos a más de 65 millones de profesionales. Pese a que las cifras aún son discretas en LinkedIn (hay unos 800 ninjas con perfiles públicos en el portal), ninja se ha impuesto sobre otros títulos de moda, como los "gurús" y los "evangelistas", señala Monica Rogati, una científica de Linkedln dedicada a estudiar patrones en los datos laborales.
Pese a que la mayoría se dedica a la programación informática, el término se usa para describir el grado de maestría en cualquier campo, desde la atención al cliente a los trabajadores de una compañía de mudanzas. Jon Carlson vende los servicios de "trabajadores ninja" en el área de Salt Lake City, en el estado de Utah. Por US$10 la hora por cada 'ninja', su equipo hace de todo, desde vigilar una casa a deshacerse de trastos viejos.
Con confianza
"El concepto del ninja es metafórico. Se trata de confianza", dice Alex Schliker, que quiere contratar a uno para su nuevo negocio de software, Cure CRM. Ninja es "más sexy" que su predecesor, opina. "Gurú ya se siente como de la vieja generación de Internet".
En finanzas, ninja tiene un significado más negativo: en EE.UU. es un acrónimo para una clase de préstamo en que el banco no verificó los ingresos, el trabajo ni los activos de un solicitante. Tras el estallido de la burbuja inmobiliaria, muchos de estos créditos se declararon en mora y los deudores parecían desaparecer como ninjas.
Valerie Frederickson, presidenta ejecutiva de una firma de recursos humanos del mismo nombre en Silicon Valley, dice que el término de 'ninja' es el más reciente en una serie de títulos poco usuales que empezaron a surgir en los años 90 con los "evangelistas".
"La tecnología estaba cambiando con tanta rapidez que las compañías necesitaban a alguien que pudiera convencer a los clientes a probar algo nuevo", dice.
Sin embargo, la economía actual necesita más trabajadores que puedan hacer mucho con muy poco. "El concepto de ninja atrae a los jóvenes o a quienes se sienten jóvenes. Está diseñado para hacer que trabajen más duro pero con entusiasmo", explica Frederickson.
La pasión en el mundo de los negocios por los títulos profesionales llamativos se remonta al menos al "cinturón negro", que se popularizó en los años 80 gracias a la estrategia de gestion Seis Sigma. Los teóricos de la gerencia crearon una generación de "gurús", pese a que uno de los más famosos, el difunto Meter Drucker, una vez señaló que sólo utilizaban la palabra "gurú" porque "charlatán" era demasiado larga para ser incluida en un titular.
Bonobos Inc., una pequeña empresa de Nueva York que fabrica ropa para hombres y la vende por Internet, llama ninjas a sus empleados de servicio al cliente. El primero que contrataron resultó ser un cinturón negro de cuarto grado, recuerda su presidente ejecutivo Andy Dunn, que desató la fiebre en la empresa.
Sin embargo, todo este frenesí en EE.UU. con los ninjas está generando confusión en Japón, donde el término no se usa para describir carreras profesionales. Los ninjas se encuentran en su mayoría en series de época en televisión y en dibujos animados.
Jinichi Kawakami, maestro honorífico del Museo Ninja de Iga-ryu, en la ciudad de Iga, es conocido como uno de los últimos ninja japoneses sobrevivientes. Kawakami, de 60 años, cree que apodar a los trabajadores eficientes como ninjas no es totalmente inexacto. Aún así, le decepciona que el término haya perdido su conexión con sus raíces en las artes marciales. "Como japonés que soy, me incomoda un poco", admite.
Los ninjas no son asesinos, insiste Kawakami. Un auténtico ninja debe ser discreto, inteligente, paciente y honrado, dice. "Eso también son requisitos en el mundo de los negocios".
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