Cuando «La ley» no garantiza nuestros derechos
Instituto Ecuatoriano de Economía Política (IEEP)
Me permito citar a un prestigioso economista y filósofo Murray Rothbard que nos decía: “Por supuesto que es inmoral levantar falsos cargos contra otra persona, pero digamos que para el libertario, el que cree en el valor de la libertad, lo moral y lo legal son dos categorías muy diferentes”.
En estos tiempos más que antes están amenazados nuestros derechos fundamentales o naturales, y digo más que antes porque desde que tengo conocimiento de nuestras leyes, reglamentos o normas incluida nuestra constitución política, en gran parte no han garantizado ni protegido estos derechos a nuestra vida, libertad y propiedad de manera absoluta como debería ser, y en eso hay una gran responsabilidad en los encargados de administrar justicia en nuestro país, que no han sabido cuestionar las leyes que vienen desde los congresos o los presidentes con la fuerza que corresponde, y más bien se han “acatado” a lo que disponen las mismas sin importar si cumplen con los mínimos requerimientos de justicia. Como decía Frederic Bastiat en uno de sus ensayos más importantes: “¡La Ley, convertida en instrumento de todas las codicias, en lugar de ser su freno. La Ley, sirviendo a la injusticia, a la iniquidad que ella misma debía castigar!”.
También hemos sido responsables los ciudadanos en general por reflexionar muy poco sobre estos temas por estar ocupados en nuestro diario vivir, como es normal, cediéndole demasiado poder a nuestros gobernantes y pretendiendo que ellos sean los que resuelvan todos los problemas de la sociedad. Esta vez se ha emitido una sentencia de prisión contra un periodista por un periodo de tres años, e incluso se piden que sean dos más, cuando no existe la igualdad ante la ley como uno de los requisitos para que exista justicia todo es posible.
Mi solidaridad con Emilio Palacio y con todos a los que se les ha privado de su derecho a la libertad por similares circunstancias porque ahora se dice que esto es algo que pasa a menudo para todas las personas que lanzan calumnias o injurias, que es algo de todos los días, que ahora se hace escándalo porque se trata de un periodista o de alguien conocido; como si a la justicia la deberíamos medir por el número de sentencias pronunciadas de la misma manera, como si lo que se hace miles de veces mal quiere decir que estar bien, y cuando me refiero a esto lo hago desde un punto de vista de respeto a los derechos individuales, más no desde un punto de vista de moralidad. Me permito citar a un prestigioso economista y filósofo Murray Rothbard que nos decía: “Por supuesto que es inmoral levantar falsos cargos contra otra persona, pero digamos que para el libertario, el que cree en el valor de la libertad, lo moral y lo legal son dos categorías muy diferentes”.
Es preciso aclarar que esta libertad que pregonamos supone una obligación correspondiente igual, si alguien tiene libertad para expresarse necesariamente a este derecho corresponde la obligación de no impedir esa misma libertad a otros. Las libertades naturales son necesariamente duales pues cada libertad que tenemos va acompañada de una obligación inherente y también supone otro importante componente que es el de la responsabilidad de las consecuencias de sus actos, sean buenas para gozar de ellas o malas para padecerlas.
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