Argentina: ¿Vuelve Duhalde?

Diario de América

En la que viene a ser la nota más interesante de cara a las elecciones presidenciales argentinas de 2011, Eduardo Duhalde dio a entender que se postulará como candidato.

El reingreso a la arena política del ex presidente no podría ser más propicio. El kirchnerismo tiene asqueado al país, y la oposición no cuenta con nadie que pueda decir tres frases sin contradecirse.

La sobria y elocuente presentación de Duhalde en el Club Americano, abre una puerta de alivio a la clase productiva argentina, de la que algunos de sus representantes se dieron cita en sus salones. La elección del club para empezar su retorno a la contienda política, alienta además un acercamiento a los Estados Unidos, que vio decaer su amistad con la Argentina como nunca antes.

Empezando la alocución con una analogía sobre la política de otrora, aquella del populismo y el enfrentamiento que siguen postulando los Kirchner, habló de unidad, apertura y convergencia, mirando al futuro.

Expresó su admiración por países como Brasil, Chile y Uruguay, que aprendieron las lecciones del liberalismo económico para llevar a su gente hacia un cambio en prosperidad, utilizando las herramientas de la socialdemocracia, que la Argentina podría calcar con buenas posibilidades de éxito.

Recordó que la función del estado es garantizar la seguridad de sus ciudadanos y agradeció a las Fuerzas Armadas Argentinas por su labor institucional, más allá de las pretensiones políticas que la obnubilaron en el pasado.

Se manifestó contra el armamentismo, a diferencia de Hugo Chávez y los demás orates del Siglo XXI.

Dijo que el mayor problema de los argentinos es la mezcla de ignorancia con soberbia, grata acotación aplaudida por los presentes, que manifestaron un nivel de evolución fuertemente anhelado ante la arrogancia pasada, que hizo de los argentinos el pueblo menos querido de América.

Destacó atinadamente que el dilema argentino es político y no económico. Difícil galimatías que les cuesta descifrar a los demás políticos, quienes habitualmente echan la culpa de su incapacidad y sus fracasos a los fácilmente reemplazables ministros de economía.

Comparó el sistema gubernamental presidencialista norteamericano adoptado por los países sudamericanos, con el sistema parlamentario empleado por los europeos, señalando los nefastos efectos que tuvo el primero en el cono sur, llevándonos a dictaduras oprobiosas, debido al desmedido poder que adquieren los presidentes, sugiriendo que el parlamentarismo es la solución política para la Argentina.

Elogió a Chile por su pacífico y civilizado cambio de gobierno desde una izquierda que gobernó por 20 años sin resentimientos, a una derecha con las mismas cualidades, como ejemplo de civilidad y democracia a seguir en el continente. 

En conclusión, Duhalde vuelve a salir a la palestra pública, con el discurso más honesto y coherente que político alguno haya pronunciado en la última década en la Argentina.

Pero este es apenas el comienzo. Sus adversarios son muchos, y están fuera y dentro del Partido Justicialista. Los de afuera no tienen peso específico, experiencia ni claridad. Dentro del partido, Hugo Moyano es una pieza clave, que goza de un apoyo estimado entre el 10 y 15 por ciento del electorado nacional. Números significativos en la carrera hacia la Casa Rosada.

Muchos podrán sentirse incómodos, o confundidos, con un peronista como adalid de la democracia liberal, o la socialdemocracia, pero ¿qué mejor que un peronista para hacer los cambios desde adentro sin temor al rechazo popular?

Estamos en el lejano e incipiente inicio de la campaña, mucha agua correrá bajo el puente, pero no quepa la menor duda, de que ninguno de los probables candidatos conocidos hasta ahora, goza de la lucidez de pensamiento que exterioriza Eduardo Duhalde.