Mockus si, pero no: El dilema colombiano

(Puede verse también Aparece primera encuesta que da como ganador a Mockus en Colombia).

Antanas Mockus, líder del partido verde, pudiera ser un buen presidente si fuera el momento.

El fenómeno Mockus es interesante y debería hacernos pensar: no solo los verdes y los bogotanos que consideran que hizo un buen trabajo como alcalde anhelan que sea el triunfador electoral, sino lo que es más curioso: las fuerzas más peligrosas –incluso las exteriores- se están coaligando para que gane, no porque les simpatice sino porque la victoria de Mockus sería estratégicamente recomendable. Sería primeramente la derrota del enemigo a derrotar que es el uribismo. Y además, permitiría un aprovechamiento del cambio, que siempre comienza con cantos de sirenas y aperturas. Así es la política.

Mockus es apoyado por fuerzas diversas y a veces tangenciales. Por ejemplo, los jóvenes ponen siempre sus ilusiones en quien les promete un mundo mejor, lo que es legítimo y son por eso los más manipulables. Los verdes lo consideran un genio que puede reinventar la historia colombiana. Por ahí hay otros que utilizan la teoría de la izquierda filosófica maniquea para argumentar que no queda otro camino que seguir a Mockus, pues el otro es el malo.

Y está ese estrato desencadenado que inunda la propaganda de todo tipo, especialmente la red internet y los lobby de alta política, lo que llamo fuerzas peligrosas: toda la izquierda colombiana, incluyendo sus sustentadores internacionales, así como la derecha oportunista, los liberales antidemócratas, los resentidos, los vendedores de sueños bolivarianos, los pro-chavistas, los comunistas, los pro-FARC, los tontos útiles y muchas masas desalentadas que son manipulables, y desde luego, el cabildeo sistemático de Chávez, públicamente y tras bastidores. Ultimamente hasta los adormilados argumentos marxistas han resurgido para explicar por qué Colombia sería un mejor país sin Santos y dicen que quien no lo vea así es un absurdo político.

Para todos el objetivo prioritario es derrotar a Juan Manuel Santos, personificación del presidente saliente, Uribe. ¿Por qué? Nadie duda que Chávez  es el enemigo primero de Santos, y hará lo que pueda con sus disparates públicos y sus petrodólares para que no salga presidente, pues cree que con Mockus será más fácil influir en Colombia y rehacer las menguadas FARC. Hay por ahí ingenuos y miopes que no ven este lado del drama colombiano.

La enorme campaña contra Santos lógicamente lo presenta como un ogro uribista, militarista, fracasado, etc. En esta campaña por supuesto el gobierno de Uribe ha sido calamitoso y hay que cambiar el status quo como sea. Claro, este es el bando donde ciertos expertos sabelotodo juzgan a Uribe sin tomar en cuenta la opinión del pueblo en su conjunto ni el intríngulis histórico real. Como es normal mucha gente cree lo que dicen estos expertos.

El dilema colombiano es por quién votar. Si por un sueño que es propulsado por una espectacular propaganda que presenta a Mockus como un santo reinvindicador, sin que nadie sepa si lo es. O por un político realista que, lejos de lo que dicen los detractores, ha estado junto a Uribe en el establecimiento de una Colombia más resarcida económicamente donde la seguridad democrática ha dado un respiro a los colombianos, con una guerrilla arrinconada. Las encuestas mantienen a Santos en el tope. Parece que no todos los colombianos se dejan llevar por los cantos de sirena, y seguramente muchos agradecen que con Uribe hayan pasados aquellos tiempos cuando Colombia tenía una imagen mala ante el mundo y las guerrillas parecían todopoderosas. Sin dudas, es Uribe quien ha mantenido a raya a Chávez que sueña con una Colombia a sus pies, roja rojita.

Tal vez la mayoría de los colombianos votarían por Mockus si no quisieran tanto a Uribe. En otro momento Mockus ya fuera presidente. Este es el momento de votar por una política que ha dado resultados positivos, pero para mejorarla. Esto es lo que quiere Santos, pero sin Chávez.