¿Cambio en Inglaterra?

Analítica

El próximo jueves se realizarán en el Inglaterra unas elecciones particularmente interesantes porque existe una buena probabilidad de que ninguno de los  partidos  logre alcanzar la mayoría necesaria para imponer a un nuevo Primer Ministro.

Aunque resulte difícil de entender esta vez ha sido la primera ocasión en la que los británicos han podido ver y oír  a los candidatos en un debate en vivo transmitido por televisión.

Como es de conocimiento público el primer debate proyectó un ganador distinto al de los representantes del bipartidismo. En efecto el  líder  de los liberal-demócratas, Nick Clegg, se impuso y de pronto las reglas de juego tradicionales se vieron sacudidas por un aire fresco y renovador, que de lograr los votos suficientes para que ninguno de los partidos tradicionales triunfe, pudiera producir un cataclismo en la muy tradicional política electoral británica caracterizada por un sistema injusto en el que no se toma en cuenta la proporcionalidad.  A manera de ejemplo, en las elecciones de 2005, los liberal-demócratas consiguieron el 22% de los votos y eso sólo les permitió tener  9.6% de representantes en la Cámara de los Comunes. En cambio el partido laborista con el 35,3% de los votos obtuvo el 55,2% .

Si algo ha caracterizado  el sistema político inglés ha sido la estabilidad constituida esencialmente por la alternabilidad en el poder de   dos principales partidos  que han tenido diversos apelativos en el tiempo. El último cambio radical fue la decapitación del Rey Carlos I que dio lugar  al relativamente breve protectorado de Oliver Cromwell. Esa experiencia “ revolucionaria” hizo que los gobiernos sucesivos de la monarquía parlamentaria se sostuviesen por la presencia de una cada vez más importante Cámara de los Comunes en la cual se disputaban el poder los dos partidos políticos de cada época.

Ahora, a pesar de que en las ultimas encuestas y en los últimos debates ha repuntado el líder del partido conservador David Cameron, no ha logrado aún sacar definitivamente del juego a Gordon Brown y tampoco desinflar la burbuja del que ya denominan como el Barak Obama británico.

¿Será Clegg un globo que terminará desinflado por el sistema electoral británico? ¿O más bien será la expresión de un cambio de mentalidad en el Reino Unido? . Es evidente que hay signos de fatiga en el electorado y deseos de algo nuevo y si eso se convierte en una manifestación de un voto protesta cualquier resultado puede ocurrir. No existen diferencias sustanciales programáticas entre los distintos candidatos salvo que los liberal-demócratas han venido luchando por reformar el sistema electoral para que se incluya  la proporcionalidad del voto.

Para algunos analistas del sistema electoral  del Reino Unido lo que existe actualmente es una “dictadura democrática electa”. El partido que gana las elecciones así sea con menos del 50% de los votos obtiene la mayoría de los miembros de la cámara de los comunes. Si los liberal-demócratas logran  un alto porcentaje de votos  y un número sustancial de escaños en el Parlamento, pudiera darse la situación por primera vez en la historia del parlamentarismo británico se constituya un gobierno de coalición.

La decisión final va a tener que ver con la percepción de los electores sobre quien está más capacitado para enfrentar la difícil situación económica del país tomando en cuenta el déficit  publico actual está en el orden del 12 % por lo que se imponen severos ajustes en el presupuesto.  Por lo que se ha visto en los debates en esta materia los candidatos  no son muy precisos aunque Cameron  ya anunció un ajuste presupuestario de 7000 millones de euros. Por su parte Brown ha afirmado que esos recortes pondrán en peligro la recuperación económica.  Y Clegg insiste en proyectar un mensaje de cambio.

¿Estará Inglaterra  en condiciones de innovar o más bien irán por lo que consideren más seguro ? Creemos que dependerá de si prevalece, como hasta ahora ha sido, el voto de las personas mayores  o si la juventud británica que es la que mas desea el cambio  se decide a participar,  votar y por lo tanto cambiar el sistema.