La mano que mece la cuna

Correo de Buenos Aires

Los analistas profesionales de la realidad argentina y quienes intentan serlo coinciden en que la persona que se encuentra detrás de las principales acciones de Gobierno no es la Presidente sino el Presidente, su marido. Ëste tendría todo el tiempo del mundo para maquiavelizar las acciones que se impondrían desde la Casa Rosada sin responsabilizarse de otras muy muchas que cometen los diversos grupos de choque paraestatales que nadie osa reconocer como tales, pero que a ojos vistas de quien quiera verlos existen, seguro que existen.

Si a los jefes del último gobierno militar los jueces los hallaron responsables de lo que hizo el último de sus subordinados bajo la figura de la "responsabilidad mediata", de la que extrañamente pudo zafar el general Balza por el asesinato del soldado Carrasco, no se ve, como insistimos desde hace un lustro, por qué los políticos son juzgados con distintas varas, ¿o es que acaso sus subordinados no cumplen a la perfección "órdenes aberrantes" como el valijeo desde y hacia Argentina, el sobreprecio en la contrataciones, el pago de exorbitantes comisiones a intermediarios parasitarios o el matonismo hacia los opositores? La continua justificación de que otros suelen actuar en nombre de otros, oculta la responsabilidad en la elección de los gobernantes por parte de los electores y un facilismo preocupante en los análisis: Irigoyen vivía asleep; a Juan Domingo Perón y a María Estela Martínez los orientaba astrológicamente López Rega; a de la Rúa su hijo Antonito; y a Cristina, su media naranja, Néstor, olvidando que un dúo a cuatro ojos y cuatro manos funciona nucho mejor.

Ha llegado el tiempo en que muchos dicen percatarse de la íntima relación que mantienen los gobiernos bolivarianos aunque por el momento mantengan intactas tenues diferencias en sus idiosincrasias "nacionales, populares e indigenistas". Si Hugo Chávez, dejando de lado a Doña Petrona C. de Gandolfo y derrapando para el lado del Dr. Atkins, recomienda "Haced dieta, haced ejercicio, cuidado con el colesterol", al mismo tiempo que exhorta a los venezolanos a tomar leche de soja y zumo en vez de refrescos gaseosos, y comer pasta de arroz en lugar de espaguetis de trigo; y Cristina de Kirchner señala que "La carne de cerdo mejora la actividad sexual", Evo Morales redobló la apuesta culinaria y científica cuando afirmó hace quince días que "El pollo que comemos está cargado de hormonas femeninas. Por eso, cuando los hombres comen esos pollos, tienen desviaciones en su ser como hombres" y "La calvicie que parece normal es una enfermedad en Europa, casi todos son calvos, y esto es por las cosas que comen, mientras que en los pueblos indígenas no hay calvos, porque no comemos otras cosas", remarcó.

Los diversos tendidos de mantel de los mandatarios bolivarianos son apenas una parte del plan de dominación hacia sus respectivos pueblos. Es evidente que existe, como en los años setenta, una fluida comunicación entre gobiernos socialistas a lo que se le ha agregado una gran dependencia hacia el poder económico que ostenta Chávez. El caribeño es banca: puntos son los otros. Se explica entonces la presencia y ausencia de ciertos presidentes americanos en los festejos que se llevaron a cabo en Venezuela con motivo de los festejos por el Bicentenario de esa nación. Ausencias notorias y presencia presidencial argentina alineada junto a uno de los tiranos Castro, Ortega, Morales y Correa, en donde más tarde, uno de los dos presidentes argentinos fue extrañamente "orador de honor" en una sesión preparada especialmente que se desarrolló ante la Asamblea Nacional de Venezuela, lo que podría hacer presagiar que para el 25 de mayo, los argentinos tengan que soportar a Hugo Chávez cantando un tango o bailando un joropo en el Teatro Colón, o a Morales en el Hotel Bauen tratando de convencer a los miembros de la Comunidad Homosexual Argentina de los pecaminoso que es la ingesta de pollo.

En esas jornadas de festejos, frente a la tumba de Bolívar, en un breve discurso Chávez dijo: "Caracas desde siempre fue una cuna y fue una llama que luego contribuyó a encender toda la pradera". El dicho pareciera anticipar una remake brancaleonana de aquel conocido asesino serial elevado a ícono mundial del merchandise cuando dijo en París en su discurso más famoso: "¡Cómo podríamos mirar el futuro de luminoso y cercano, si dos, tres, muchos Vietnam florecieran en la superficie del globo, con su cuota de muerte y sus tragedias inmensas, con su heroísmo cotidiano, con sus golpes repetidos al imperialismo, con la obligación que entraña para éste de dispersar sus fuerzas, bajo el embate del odio creciente de los pueblos del mundo!". El hombre quería prenderle fuego al mundo y casi lo logra. Sus seguidores deben estar contentos. En América casi lo logra.

Por el mismo precio, ante la presencia de los presidentes amigos de Chávez se desarrolló un desfile militar del que participaron efectivos de Argentina junto a los integrantes de las milicias bolivarianas formadas por trabajadores, campesinos, pescadores e indígenas, llevando uniformes y pancartas de color rojo y cantando consignas revolucionarias de las cuales la más escuchada fue la que decía "Somos socialistas antiimperialistas". La solemne parada fue clausurada por el general Celso Canelón, comandante del acto, al grito de "Patria, socialismo o muerte".

Todo parece indicar que una media docena de líderes de América tienen ganas de sumergir a sus territorios en las luchas del pasado, quizás porque ellos mismos, al ser lo único que conocen, lo son. Pero como dijimos antes, cada país bolivariano tiene su propia peculiaridad y temperamento. Es imposible por el momento que Argentina, teniendo en cuenta la actitud de los tribunales revolucionarios que juzgan a los integrantes de las Fuerzas Armadas y de Seguridad que combatieron a la guerrilla, compre helicópteros rusos y aviones chinos. Eso se dará cuando se forje el Nuevo Hombre que será un producto compartido en su génesis por la cátedra de los Derechos Humanos subsidiados, el Fútbol para Todos y la programación de Canal 7. De esa manera el Gobierno puede desviar el dinero ahorrado en la compra de armamento para destinarlo a la manutención de sus milicias que aquí se denominan grupos de choque, que permite que día tras día la millonaria gorda Hebe Pastor monte un circo parodiando un juicio popular a periodistas liberales de centroizquierda, piqueteros corten los accesos de esta ciudad o barrabravas irrumpan en la Feria del Libro para impedir que se expresen disidentes cubanos o quienes critican los manejos del INDEC. Eso se llama, bolivarianamente hablando, implantar el miedo como política de Gobierno.

Dice al respecto el cubano Pedro Corzo: "El indigenismo ha sustituido en gran medida la lucha de clase. La violencia guerrillera o terrorista ha sido relevada por el caos y la desestabilización que generan manifestaciones públicas que practican una violencia de intensidad variable que puede acentuarse o disminuir según los progresos del proyecto. Ya no se trata de llegar al poder por medio de la insurrección, cuyo uso no esta descartado por principios, sino por conveniencia. El método actual es provocar la anarquía. Programar el caos, la desestabilización social para dar oportunidad a que surjan salvadores que ofrezcan tranquilidad al pueblo y seguridad a la clase dirigente, que con el tiempo, pero tarde, se percatara que fue usada para la toma del poder pero que son prescindibles en la práctica del mismo. El desconcierto del pueblo y la clase dirigente facilita el acceso de un líder que aparentara gobernar en comunión con el resto de los poderes públicos y que respetara aquellas libertades que no afecten su autoridad. Un César que gusta de elecciones controladas, de leyes hechas a su voluntad y del baño de la multitud que respalda su proyecto. En fin, un Chávez.", u otro, u otra. ¿Les dará el cuero?

El "socialismo nacional" del siglo XXI argentino tiene su base de sustentación en las clase medias vividoras del estado (Grupo Fénix, intelectuales "abiertos", Empresarios por el Modelo (que los beneficie) y los sectores más necesitados que se apiñan en villas miserias del conurbano bonaerense y en barrios obreros. Se mantiene, fundamentalmente, con el aporte económico de las clases medias altas y lo que aún queda de la "media media" que financian la compra de soga con la que están siendo ahorcados, eso sí, lentamente, porque todo acto de ajusticiamiento social, como el de los jubilados, debe ser realizado en su medida y armoniosamente. Así sucedió con algunos periodistas que de la noche a la mañana descubrieron lo arbitrarios que podrían llegar a ser los Kirchner. Hay que esperar, otros despertarán más tarde.

El Gobierno no necesita de guerrillas comunicacionales adolescentes porque para eso tiene la mayor concentración de medios de prensa privados y oficiales jamás visto actuando aceitadamente, óleo que alcanza a la coordinación que existe entre ellos y al dinero público que utilizan. Tiene el socialismo, por ejemplo, numerosas variantes, como la carita buena del cura Farinello, que desde su programa del canal oficial no tiene empacho en manifestar que a la gente bien que vive en los countries le molestan "los negros", los pobres, o "el sistema capitalista es un sistema de muerte, asesino, donde el pobre es la víctima, por eso tiene tantos hijos, porque a cada muerte de uno de ellos le ofrece más vida". Semejante descubrimiento científico, emparentado con los dichos de Evo Morales acerca de la homosexualidad, no son mera coincidencia en el revolucionario encargado de acercar la palabra de Dios porque les suma otras cansadas frases acerca de la lucha de clases "para que no haya opresores y oprimidos, ricos y pobres", en síntesis, un verdadero y exquisito Mundo feliz.

Los socialistas entienden que la programación de Canal 7, el diario "gratuito" El Argentino, la asignación universal por hijo, los aprietes a jueces y periodistas, el Fútbol para Todos, los codificadores para ver la nueva televisión y la puesta a nuevo del Teatro Colón, ayudará a los oprimidos en su lucha contra los poderosos a salir de la pobreza. ¿Realmente creerán que los ayudará?