Por amor de Dios, dejen de «ayudar»
No lo va a creer, según cuenta Libertad Digital, el gobierno de Haití pide detener los programas de asistencia alimentaria.
Según William Easterly, EEUU y sus aliados destinaron más de US$ 1 billón (millón de millones) para ayuda externa desde 1945, y resulta que los países que más recibieron hoy tienen más problemas. Sucede que la "ayuda", cuando no es natural, cuando no es el resultado de la acción libre y espontánea de las personas sino que es estatal, es decir, que se realiza por decisión arbitraria de algún funcionario y con dinero coactivamente retirado a las personas por vía impositiva, entonces se convierte en destructiva. Ya lo sabíamos, la violencia (la coacción con que se retiran esos fondos) es siempre destructivo.
Desde Haití, Katie Courie de la cadena CBS News revela que el ingreso de alimentos desde el exterior en forma gratuita hunde los precios, y los granjeros no pueden vender sus productos lo que los lleva a la quiebra. Así, muchos ciudadanos que no habían sido afectados por el terremoto, debieron trasladarse a campos de refugiados para comer y tener asistencia médica. Obviamente la UNICEF, que vive de las ayudas, está en desacuerdo. Además, el programa de ayuda de la ONU genera corrupción. Bandas de delincuentes, con apoyo de las fuerzas gubernamentales, interceptan los envíos y venden la mercadería en el mercado negro.
Por su parte, continúa Libertad Digital, la economista africana Dambisa Moyo, en su libro "Dead Aid", rechaza las ayudas de los países desarrollados porque, explica, están matando a África. La mayoría de gobernantes africanos siguen en sus puestos gracias al dinero que llega desde Occidente: US$ 50.000 millones cada año, y la evidencia muestra que esta ayuda ha hecho más pobres a los pobres. En mi opinión, la ayuda debe quedar exclusivamente en instituciones privadas y voluntarias, para no fortalecer a Estados parasitarios, y debe ser distribuida exclusivamente por el sector privado, para evitar que los funcionarios utilicen los fondos políticamente.
Como contrapartida, si los gobiernos destrabaran el comercio mundial, se calcula que aumentarían los ingresos anuales de los países en desarrollo en US$ 350.000 millones y los de los países ricos en US$ 170.000 millones, sacando de la pobreza a 144 millones de personas alrededor del mundo. Por otro lado, si el dinero de las ayudas estatales no se lo quitaran al sector privado a través de impuestos, ello resultaría infinitamente más beneficioso porque, en definitiva, no hay mejor ayuda que un mercado natural donde las personas puedan desarrollar todo su potencial sin la interferencia coactiva, destructiva, del gobierno. Veamos el caso de Steve Jobs.
El presidente del gigante informático Apple, fue considerado el empresario más influyente del mundo por Fortune que señaló que Jobs revolucionó dos veces la informática, la primera en 1977 cuando lanzó la Apple II e inició la era de las computadoras personales y, la segunda, en 1985 cuando su popular Macintosh estrenó su interfaz gráfica, referente para otros sistemas. Desde que se reincorporó a Apple en 1997, Jobs revitalizó la compañía gracias al lanzamiento del iPod y la plataforma de iTunes, y ha vuelto a triunfar gracias al iPhone.
Pero, para lograr todo esto, ¿cuánta ayuda estatal obtuvo? ¿Quizás educación gratuita, algún subsidio o fondos estatales para investigación y desarrollo?
En un discurso pronunciado en ocasión de la apertura del ciclo lectivo de la Universidad de Stanford, él mismo describió la cantidad de ayuda que recibió de los organismos estatales. Empezó reconociendo que nunca se había graduado. Llegó a ser tan pobre que, mientras asistía a la universidad de manera irregular, dormía en los pasillos y solía ir los domingos a un centro religioso para poder tener una comida normal a la semana. En el garaje de una casa comenzó su empresa, sin ayudas estatales para educación, sin subsidios ni créditos, sino sólo a partir de su iniciativa personal y gracias, eso sí, a la libertad que tuvo para hacerlo.
El autor es miembro del Consejo Asesor del Center on Global Prosperity en el Independent Institute de Oakland, California
- 23 de enero, 2009
- 13 de abril, 2025
- 23 de julio, 2015
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