Vienen más cubanos
Es algo más, mucho más, muchísimo más que un simple mentiroso, embustero o cobero… porque también es trápala (que habla mucho y sin sustancia), macaneador (decidor de desatinos), bolero (que propaga falsedades) y cualquiera de los 39 sinónimos de farsante que trae el Diccionario español de sinónimos de F. C. Sainz de Robles.
Es un auténtico campeón del hablar por hablar, del arrimar el mingo a las bolas, del repetir una y otra vez, hasta completar las mil veces que recomendaba el arrastrado Goebbels y de hacerlo, además, con acento cubano, cambiando la muy criolla interjección "ah", de la que abusaba hasta hace menos de un año, por la cubanizante y supuestamente más fina (por española) "eh". Podemos imaginarlo frente a un espejo repitiendo mil veces "eh" y flagelándose cada vez que le salía un "ah", hasta mentirse a sí mismo sobre el origen del "eh" y llegar a atribuirlo, cualquier día de estos lo hace, a enseñanzas de la abuela Rosinés. Dicen que cuando Fidel traspasó su goebbelito venezolano a su hermano, el dictador cubano movía la cintura y los hombros, como ordenaba el gran Dámaso Pérez Prado y marcaba el ritmo con un guiro: "¡Cuídame a ese/ mira que vale un millón!", le diría. Y no era para menos, pues dejaba en sus manos al propio genio de la lámpara de Aladino, siempre dispuesto a concederle cualquier deseo.
Farsante al fin (+ 39 sinónimos) vive del cuento… y de las cadenas televisivas que le han permitido soñar con un socialismo que unas veces es perezjimenismo, otras peronismo, en forma de ceresolismo o de militarismo puro (carapintadas) y finalmente adoptar el comunismo a la cubana, tan falso como el amor a la cubana…
El régimen cubano asumió la responsabilidad de gobernar el país (se ocupa hasta de la restauración del centro de Caracas) para que el Presidente pueda dedicarse a tiempo completo a su mandato mediático, y tomó el control de todos los servicios de inteligencia, identificación y vigilancia, para tener bien informado al jefe sobre lo que piensan y hacen sus conciudadanos, tanto civiles como militares…
No hay invasión, pérdida de soberanía ni traición a la Patria, porque lo dice Raúl y lo ratifica Hugo "Cuba y Venezuela son una misma cosa"…
Pero ahora resulta que las autoridades cubanas confrontan un grave problema: hay 1 millón de empleados sobrantes (de los 4 millones del sector estatal), a los que no se puede pagar, como antes, con jubilaciones o becas de estudios, y sólo hay 2 soluciones, estimular la empresa privada o enviarlos a Venezuela.
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