La homofobia del castrismo (I)

Panamá América

Hoy se celebra el Día Mundial contra la Homofobia. El 18/1/2006 el Parlamento Europeo aprobó una resolución exhortando a los gobiernos a “luchar contra la homofobia”, que “puede definirse como un miedo irracional y una aversión a las personas homosexuales, lesbianas, transexuales y bisexuales basado en prejuicio similar al racismo, la xenofobia, el antisemitismo y el sexismo”. Solicita a los Estados miembros que “se aseguren de que las parejas del mismo sexo disfrutan del mismo respeto, dignidad y protección que el resto de la sociedad”.

Aunque en Cuba existían prejuicios homofóbicos, es con Fidel Castro cuando se constituyeron en política de Estado. En 1962 Nikita Jruschov, máximo dirigente soviético, retiró las armas nucleares desplegadas en Cuba. Fidel montó en cólera y organizó manifestaciones que coreaban: “Nikita, mariquita, lo que se da no se quita”. ‘Mariquita’ es uno de los vocablos utilizados en Cuba para llamar despectivamente a los gays.

Unos meses después, el 13/3/1963, Fidel declaró: “Muchos de esos pepillos vagos, hijos de burgueses, andan por ahí con unos pantaloncitos demasiado estrechos; algunos de ellos con una guitarrita en actitudes ‘elvispreslianas’, y que han llevado su libertinaje a extremos de querer ir a algunos sitios de concurrencia pública a organizar sus shows feminoides por la libre. (…) Porque nuestra sociedad no puede darles cabida a esas degeneraciones. La sociedad socialista no puede permitir ese tipo de degeneraciones”.

La homofobia del castrismo alcanzó su clímax entre 1965 y 1975. En una entrevista concedida en 1965 al periodista Lee Lockwood y publicada en el libro Castro's Cuba, Cuba's Castro, Fidel dijo: “nunca hemos creído que un homosexual pueda personificar las condiciones y requisitos de conducta que nos permita considerarlo un verdadero revolucionario, un verdadero comunista. Una desviación de esa naturaleza choca con el concepto que tenemos de lo que debe ser un militante comunista”.

El 19/11/1965 Fidel creó los campos de trabajo forzado, las Unidades Militares de Ayuda a la Producción (UMAP), donde sufrieron prisión unos veinticinco mil hombres cuya conducta desagradaba a Fidel: jóvenes que usaban el cabello largo y/o pantalones estrechos, admiradores de los Beatles, gays, pastores de iglesias evangélicas y sacerdotes católicos -entre ellos el actual cardenal Jaime Ortega Alamino, arzobispo de La Habana.

El castrismo persiguió y/o condenó al ostracismo a destacados intelectuales; por ejemplo: Virgilio Piñera y José Lezama Lima -su novela Paradiso fue sacada de la circulación. El I Congreso Nacional de Educación y Cultura realizado en 1971 con la participación de Fidel, declaró: “El carácter sociopatológico de las desviaciones homosexuales ha sido reconocido. Se resolvió que todas las manifestaciones de desviación homosexuales serán firmemente rechazadas y se evitará su propagación”.

En varios artículos he demostrado que Fidel Castro acostumbra a mentir. Por ello, no debe asombrar que en 1992 en declaraciones recogidas en el libro ‘Un grano de maíz’, Fidel expresó: “no sufro de este tipo de fobia contra los homosexuales. Realmente, en mi mente, esto nunca ha estado y jamás he sido partidario, ni he promovido, ni he apoyado políticas contra los homosexuales”.

Continúa.