Colombia: El pescado ya está vendido el domingo
Bogotá. – La única emoción para el próximo domingo es saber si los cuatro del pelotón de cola lograrán sacar el 4 por ciento como mínimo. Y no sólo por los fondos que el Estado paga a las campañas por voto conseguido, siempre y cuando alcancen el porcentaje señalado, sino por mantener un caudal electoral que les permita seguir vivos en política y negociar con mejores cartas con los dos favoritos.
Ya nadie piensa en la victoria en primera vuelta. Antanas Mockus y Juan Manuel Santos dan por buenas las encuestas que señalan que obtendrán entre un 34 y un 40 por ciento, lejos del 50 requerido para vencer. Los demás quedarán a años luz, sin capacidad de inquietarles.
Santos debería contar con el Partido de la U, donde hay mucho barón electoral, y con la confianza, según los sondeos de opinión, de las clases populares, las gentes del campo y de algunos sectores empresariales que quieren más uribismo y sienten que quien ocupó en diferentes gobiernos las carteras Defensa, Comercio Exterior y Hacienda, habla su lenguaje. Para ese electorado, Mockus es un salto al vacío.
El ex alcalde, por su parte, gana en las ciudades y su mayor potencial está en los jóvenes.
A solo cuatro días de los comicios, Santos debe ser consciente de que su maquinaria apenas está trabajando, tal vez en espera del 20 de junio, y Mockus sabe que sacar a los jóvenes a las urnas es una labor titánica y no tiene la seguridad de lograrlo en los números que querría.
Para los círculos urbanos que quieren un cambio y para la mayoría de la clase periodística, que se ha enfundado la camiseta verde, Mockus encarna la decencia, el sueño de una Colombia limpia y respetuosa, y a Santos le endilgan todo lo malo que hizo Uribe: falsos positivos, espionaje a la Corte, politiquería.
Alertan, además, sobre la posibilidad de que el ex ministro y la maquinaria gubernamental roben las elecciones o promuevan hechos que atemoricen a la población para que piensen que el uribista es la única salida.
Pero es una posibilidad muy remota, no ha sido la norma en las presidenciales; la compra de votos y los fraudes se cometen en los comicios locales y en las legislativas. En la historia reciente el único caso de irregularidad grave fue el de Ernesto Samper, elegido en 1994, al aceptar una suma millonaria del cartel de Cali para pagar gastos de campaña.
Por tanto, pese a las prevenciones, lo más probable es que no ocurra nada extraño en volúmenes significativos y menos el 30 de mayo cuando para todos es evidente que no será el último capítulo.
Rafael Pardo y Noemí Sanín, por su parte, cabezas de los dos partidos tradicionales, el Liberal y el Conservador, ya no piensan en ampliar su espectro ni en acercarse a los que van liderando, sino en mantener por lo menos el respaldo de los incondicionales.
Germán Vargas Lleras está en alza y su anhelo es conquistar un caudal suficiente que le deje en buen lugar de cara al 2014 porque sólo tiene 48 años y su campaña ha dejado buen sabor de boca. El último en discordia, Gustavo Petro, también ha repuntado en las últimas semanas, lo que haría que el ala moderada del Polo que representa, logre por fin hacerse con las riendas de un partido aún inmaduro.
Todos ellos pueden ser aliados de Mockus y alguno de Santos. A partir del lunes comienzan las partidas y dependerá del domingo el que puedan hacerlo con pocas o muchas fichas..
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