¿Una alta población de inmigrantes ayuda a reducir el crimen de una ciudad?
No hay escasez de teorías para explicar la dramática caída en el índice de criminalidad que transformó la ciudad de Nueva York en la década de 1980.
La llamada "teoría de las ventanas rotas" (que indica que el desorden y el abandono en los barrios, tal como el no reparar las ventanas que se rompen, atrae al vandalismo y al crimen) adorada por el jefe de policía de la era de Rudolph Giuliani como alcalde, Bill Bratton, tiene sus seguidores y sus escépticos. La economía robusta hizo su parte. Las mayores tasas de encarcelamiento probablemente ayudaron también.
Pero nueva evidencia sugiere que el milagro del crimen en Nueva York podría haber sido impulsado, en parte, por la gran población de inmigrantes que tiene la ciudad.
Tim Wadsworth, un profesor de sociología en la Universidad de Colorado, estudió a ciudades de EE.UU. con más de 50.000 habitantes y reunió estadísticas sobre asesinatos y robos entre datos del FBI e información demográfica del censo entre 1990 y 2000. Su conclusión desafía una percepción común que indica que un influjo de inmigrantes puede aumentar los problemas sociales, incluido el crimen.
"Las ciudades que experimentaron el mayor crecimiento inmigratorio fueron las mismas que experimentaron los mayores descensos del crimen violento", indicó. "Aunque no creo que yo ni nadie más vaya a sostener que la inmigración pueda explicar la mayor parte de la disminución del crimen, parece que es una parte importante del rompecabezas".
El académico ofrece una cantidad de teorías para explicar este descubrimiento: los inmigrantes a menudo viven en enclaves homogéneos dentro de las ciudades, lo cual ofrece un grado de cohesión social que podría producir índices de criminalidad menores; puede haber un efecto de selección, en el cual aquellos motivados a inmigrar o (elegidos por sus familias para buscar trabajo en EE.UU.) son los más adecuados y con menos probabilidades de dedicarse al crimen.
Los siguientes con extractos de una conversación telefónica con el profesor Wadsworth, desde su oficina en Boulder, Colorado.
WSJ: ¿Puede explicar las cifras detrás de su estudio?
Wadsworth: Observé una cantidad de factores que ya se han estudiado: cambios en la pobreza, cambios en el desempleo, cambios en las tendencias demográficas; sabemos que los hombres jóvenes participan en una cantidad desproporcionada de hechos criminales. Así que analicé una variedad de factores que los criminólogos consideran desde hace tiempo como útiles para explicar el crimen y luego agregué medidas de inmigración a ese modelo. Vemos de forma consistente un patrón que indica que más inmigración es igual a menos crimen.
WSJ: ¿Y esto tuvo un rol en la caída del crimen en Nueva York durante la década de 1990?
Wadsworth: Nueva York experimentó un crecimiento significativo en la inmigración durante ese período (Nota: más de un tercio de los residentes de Nueva York nacieron fuera de EE.UU.). Ahora, obviamente había otras cosas que sucedían en Nueva York. Si le pregunta al ex jefe Bratton o a Giuliani, sostendrían que se relacionó con estrategias policiales y otros enfoques de cumplimiento de la ley, y no dudo de que tuvieron un papel. Pero el problema con esa explicación es que muchas ciudades no hicieron nada para cambiar sus estrategias policiales y de todos modos experimentaron estos grandes descensos en los índices de crimen.
¿Qué compartía Nueva York con otras ciudades que también experimentaron una gran caída en el crimen? Una importante población de inmigrantes, por empezar, y un crecimiento significativo de esa población de inmigrantes.
WSJ: Su estudio no distingue entre inmigrantes legales e ilegales. ¿Es eso un problema?
Wadsworth: El censo reúne información sobre si las personas nacieron en el extranjero o no, no pregunta sobre su estatus inmigratorio de forma intencional. Lo cual es desafortunado desde la perspectiva de la investigación. Sin embargo, una de las cosas sobre las que nos sentimos bastante confiados es que las ciudades que experimentan altos niveles de inmigración ilegal también son ciudades que experimentan niveles relativamente altos de inmigración legal. Nueva York es un buen ejemplo.
WSJ: Su descubrimiento de que la inmigración reduce el crimen, ¿también se aplicaría a través de la historia? Hay muchas narrativas clásicas de Nueva York de bandas de inmigrantes, al estilo de "El Padrino".
Wadsworth: Si observamos algunos de los primeros informes —que datan de 1931 o 1932— lo que descubrieron fue que los inmigrantes de hecho cometían menos crímenes que sus pares nacidos en el lugar. Lo que les preocupaba eran los inmigrantes de segunda y tercera generación. No recuerdo si en "El Padrino" se trataba de inmigrantes de primera generación.
WSJ: Don Corleone vino de Italia. Pero su hijo nacido en EE.UU. fue un mayor criminal que él.
Wadsworth: Estas historias clásicas neoyorquinas sobre crímenes de inmigrantes, obviamente están basadas en algo real. Y sin embargo, en la realidad usted puede ir a la mayoría de los enclaves de inmigrantes, ya sean italianos o mexicanos o cualquier otro, y si hay mucha homogeneidad en términos de trasfondo étnico, estos lugares tenderán a ser algunos de los que tengan las tasas de criminalidad más bajas.
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