La Argentina, muy lejos de Europa

Fundación Atlas1853 

Desde la asunción de Cristina Kirchner como presidente, el matrimonio gobernante y los funcionarios kirchneristas se han ufanado de la “profundización del modelo”. Dicha estrategia, que dice alentar el “crecimiento y la igualdad”, no tiene mayores logros que una creciente inequidad social, incrementos en la ineficiencia del gasto, aceleración de la inflación y el despilfarro de los activos nacionales. En otras latitudes, los gobiernos europeos están aceptando los errores de sus respectivos modelos y buscan soluciones realistas y de largo plazo.

En Argentina la inequidad social está a la vista, y se observan mayores niveles de pobreza tras la “profundización del modelo”. Consultoras privadas estiman que entre un 30% y un 33% de los argentinos es pobre, mientras que en 2007 la tasa rondaba el 28%. Además, el 30-33 por ciento actual se acerca peligrosamente al 36% que mostró la Argentina “en llamas” en mayo de 2001. La correlación entre pobreza e inequidad es alta, y hasta el mismo INDEC con su datos “acondicionados”, confirmó el aumento de la brecha entre ricos y pobres entre 2008 y 2010 (en 2008 el sector más rico ganaba 23 veces más que el más pobre y hoy 28 veces más). Respecto de la ineficiencia en el gasto, para muestra basta un botón; nadie podrá argumentar que el “fútbol para todos” o la entrega de decodificadores representan incrementos en la productividad. Por otra parte, la inflación es galopante y demasiado comprometedora. Con proyecciones cercanas al 30% para 2010, varios analistas sospechan que la Argentina se encuentra además en “estanflación”, proceso de orden complejo y dolorosa resolución. Por último, el gobierno ya ha echado mano a recursos como los fondos de pensión (Anses) y las controvertidas reservas, y el Ministro de Economía volvió a mostrar enormes falencias durante la renegociación con los holdouts, imposibilitando el acceso al crédito externo y augurando un nuevo saqueo en cuanto surja la oportunidad.

En la vereda de en frente se ubica Europa. Tras la pavorosa crisis de 2008/09, las naciones europeas (incluso las de corte socialista) se inclinan hacia planes de austeridad y saneamiento de las cuentas nacionales, primando la racionalidad por sobre los intereses políticos de corto plazo. En vez de acentuar los errores del pasado, los gobernantes llevan adelante políticas que atacan los problemas en su raíz; esencialmente el alto endeudamiento y laxitud en el control del déficit fiscal. La Eurozona y Gran Bretaña han adoptado fuertes recortes, so pena de pérdidas en niveles de popularidad de los gobernantes. Alemania anunció recortes para los próximos años de entre 0,5% y 1,5% de su PBI, que incluyeron reducciones salariales en el seno del gobierno. En Inglaterra, los recortes han costado una disminución de 1% en las proyecciones de crecimiento del PBI (de 3.5% a 2.6%), y aunque las medidas son impopulares, la coalición conservo-demócrata aceptó que debía realizar sacrificios. España también aceptó los ajustes y aún discute la metodología, y hasta la mismísima Francia acaba de comunicar un plan de austeridad para acortar el déficit del 8% actual al 3% en 2013.

Aún no sabemos si Europa logrará salir de la crisis sin mayores contratiempos, pero al contrastar la “profundización” argentina con la rectificación europea, se patentizan los errores del gobierno nacional y su tozudez por continuar con recetas estructuralmente fallidas. Los esfuerzos por mantener el barco a flote son entonces tan vanos como la vergonzante pretensión de aleccionar a Europa. Es paradójico que hace cien años estuvimos a la altura de estas naciones y que hoy, “profundizaciones de modelo” mediante, estemos a cien años de ellos.